Capítulo 34

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El Secreto de James.°}


James estaba de pie frente a la puerta de su hogar esperando la llegada de la familia Hargrove, su padre y su hermana estaban a sus espaldas, ambos viendo lo nervioso y asustado que estaba, aún no lograba entender cual podría ser el motivo de la carta que había recibido, solo sabia que tenia que explicar todo lo que había pasado hace años a esa familia al igual que a la suya, seria algo que dolería, para todos en diferentes maneras, que los lastimaría, pero también era algo necesario decir, no dejaría que la reputación de su familia quedara manchada por algo de lo que se le culpaba.

Los tres escucharon el traqueteo del carruaje y el relinchar de los caballos, alzaron la mirada y lograron ver a la distancia un carruaje acercándose hasta dónde ellos estaban, dos caballos iban detrás de este con dos jóvenes en sus lomos, solo cuando se detuvieron frente a ellos James se dio cuenta de que todos, a excepción de Brigith y sus dos hermanos mas pequeños, habían acudido a su hogar.

-Vizconde de North – el patriarca de la familia Hargrove saludo al hombre que estaba de pie delante de él – Duque de Leynard, Señorita MacConnell – saludo a las otras dos personas frente a él.

-Conde de Tersgbury, Condesa – James los saludo a ambos pero evito cualquier contacto, sabia que eso ya no era posible – Mí lady, Mi Lord – la pareja de adultos mayores lo miraron con algo parecido a su propio dolor, pero sabia que ese dolor era por su nieta – Nicholas, Geoffrey, Jeffery – saludo a los tres hombres que lo miraban de una forma que lo hizo sentir, si es que era posible, aun mas miserable.

Todos se miraron en silencio, ninguno de ellos sabiendo como proceder ahora, fue Corina la que no soporto ese silencio y se adelanto hasta estar frente a su hermano – pasemos al salón, de esa forma podremos hablar de forma más cómoda.

-Gracias Señorita MacConnell – Nicholas le agradeció, por mas molesto que estuviera con James, eso no cambiaba el echo de que Corina no tenia que pagar por los errores de su hermano.

Todos se encaminaron hasta el salón, les sirvieron el té y solo cuando las mujeres de la servidumbre dejaron la habitación fue cuando James supo que ya no tenia otra alternativa, aclaro su garganta y todos los presentes lo miraron.

-se que deben de odiarme por los problemas que he causado – miro a la familia Hargrove – por el dolor que he causado a Brigith, pero lo único que les pido es que me escuchen, que escuche lo que en verdad ocurrió hace años.

-será mejor que lo diga de forma rápida y concisa Milord – Catalina Hargrove le reprocho con la mirada – queremos volver con nuestra hija – él asintió y, con un inmenso dolor en su corazón, miro a su padre y a su hermana.

-cuando estuve en la universidad fue cuando comencé mi amistad con Nicholas, era una piedra en el zapato – se rio pero la risa no llego a sus ojos, Nicholas paso saliva – pero pronto se convirtió en un gran amigo y confidente, fue entonces cuando ambos comenzamos a tomar, fama, por decirlo de una manera en la universidad, íbamos a fiestas y eventos importantes, fue en uno de esos bailes cuando todo se vino abajo – miro a Geoffrey -fue cuando vi de nuevo a Johanna Kaufmann.

-¿de nuevo? – Geoffrey pregunto - ¿la conocías?

-si – asintió y juro ver culpa en su mirada – al igual que mi padre y que Corina – todos miraron a los mencionados, ellos nunca dejaron de ver a James – mi padre y el padre de ella tenían algunos negocios juntos, la conocía desde hacia un año, cuando la vi en ese baile me di cuenta de como había cambiado para volverse una señorita, hablamos y ella me dijo que estaba conversando con un joven – el corazón de Geoffrey se acelero – que lo quería, yo estaba feliz con ella, como no estarlo, su cara se iluminaba al mencionarlo – Geoffrey encontró su mirada – al mencionarte, me dijo que comenzaba a enamorarse de ti, y yo pensé que tú serias bueno con ella, me buscaba para pedirme consejos sobre como actuar contigo, me pareció extraño que me buscara a mi y no a Cassian – todos los Hargrove se tensaron al escucharlo pronunciar ese nombre – después de todo… él era su hermano.
                                                                     Nunca pensé en preguntarle porque me buscaba a mi y no a él – se encogió de hombros – supuse que seria por que temía que su hermano le negara el hablar contigo, así que intente ayudarla de la mejor forma posible, pero pronto me di cuenta de como ella se alejaba de su propio hermano, como si le temiera, como si él fuera el peor de sus temores, me pareció extraño pero no pregunte, nunca le pregunte hasta que fue demasiado tarde – dejo de hablar por un segundo, sumido en el dolor de sus recuerdos, nadie lo apresuro – fue una tarde, lo recuerdo claramente, yo estaba terminando mi día de estudio y me preparaba para regresar a mis habitaciones, para cuando llegue a la puerta ella estaba de pie frente a esta, pensé que solo quería algo, otro consejo, pero estaba equivocado, enteramente equivocado, cuando pude verla de cerca me di cuenta del estado en el que se encontraba, tenia una herida en su rostro, parecía que llevaba horas llorando, las lagrimas se mesclaban con la sangre, temblaba y estaba pálida.
                                                                                                                                              La lleve dentro de mi habitación de inmediato, no podía permitir que alguien la viera de esa manera, dentro lloro hasta que no pudo más, me dejo limpiar su rostro y solo un par de horas después cuando logro calmarse pudo decirme, con una gran vergüenza y un profundo dolor, la razón de su estado, su hermano… Él hombre que se suponía debía cuidarla, esa bestia… La había golpeado y… La había deshonrado, la había violado solo un par de horas atrás – Geoffrey deseo morir en ese momento, eso era algo que nadie más, además de James, sabia, ni siquiera Nicholas sabia esa parte de la historia, era algo cruel, algo que nunca se le desea a nadie – ella me rogo que no hiciera nada, que mantuviera su secreto y eso fue lo que hice, por el bien de ella, no se lo conté a nadie hasta ahora.

-¿Por qué nunca me lo dijiste? – Nicholas lo miro con dolor al saber todo lo que su amigo tuvo que guardar en silencio durante años.

-¿Qué cambiar si te lo decía? – miro a todos los presentes – nada cambiaria, además de que ella no quería que nadie además de mi lo supiera, la deje dormir esa noche en mi habitación y yo salí en cuanto ella estuvo dormida, no podía quedarme sin hacer nada, no después de saber algo de ese tamaño, busque a Cassian esa misma noche y lo encontré caminando en una calle enteramente desierta, una suerte para mi, lo encare, le grite, lo golpe hasta casi matarlo, él lo acepto todo, me dijo que de esa manera el dinero de su familia se quedaría solo en su familia – las mujeres en la habitación lloraban al saber lo sucedido, los hombres estaban horrorizados y enfurecidos – lo amenace hasta que me canse, hasta que me dolieron las manos y la piel de mis nudillos se rompió, pero a él no le importo, tenia un plan de respaldo, esa cucaracha siempre tiene un plan de respaldo, me advirtió que si yo o Johanna decíamos algo de lo que había pasado se vengaría de ambos, me advirtió que si alguien mas lo sabia él mismo se encargaría de volverlo a hacer con sus hermanas pequeñas, la más chica solo tenia diez años, pero… Lo que me detuvo en verdad fue la siguiente persona a la que amenazo – miro a su hermana y todos comprendieron por que guardo silencio durante tantos años – me dijo que le haría lo mismo a Corina – su hermana tembló al escucharlo – ella era solo una niña y no permitiría que la dañara, que siquiera respirara su mismo aire, lo deje ir – se hundió en el asiento, lleno de culpa – deje que se fuera por el bien de mi hermana y de las hermanas de Johanna, volví a mi habitación antes de que saliera el sol, ella estaba despierta y cuando me vio entrar cubierto de sangre se enojo conmigo, creyó que había matado a su hermano, y lo hubiera echo.  
                                                                                                                                           En cambio le explique lo que había pasado, sus amenazas, me rogo que no dijera nada por el bien de sus hermanas y de mi hermana, ambos juramos que nunca diríamos nada, era un secreto que nos llevaríamos a la tumba, pero ella se encerró en si misma, se dejo consumir por su dolor y yo no pude sacarla de ese agujero, logre que aceptara irse de su casa, con la condición de que lograría que sus hermanas la siguieran, lo logre, no sin mucho esfuerzo, las envié a todas ellas a una de nuestras propiedades al norte del pies, una propiedad de la que nadie, además de mi propia familia – los miro – tuviera conocimiento, estuvieron tranquilas y a salvo durante dos meses, meses en los cuales ella lloro por tener que alejarse de Geoffrey, ella no dejaría que tú vivieras una vida con una mujer que ya no fuera lo que siempre espero – le explico al hombre con el cual Johanna hubiera querido pasar su vida.

-eso no me hubiera importado – susurro, se sentía miserable y un egoísta al saber toda la historia, se sentía un idiota al saber que se había echo amigo del moustro que le había arrebatado todo – yo solo la quería a ella, la hubiera aceptado, siempre la hubiera aceptado.

-ella lo sabia y por eso nunca te lo dijo, porque sabia que dejarías todo atrás y te irías con ella – James se sentía entumecido al recordarlo todo – y eso le hubiera dolido más que nada, el ver como lo dejabas todo, ella se alejo de ti, nunca más te busco, ella lloro por ti, porque te amaba, pero te amo lo suficiente como para dejarte ir – Geoffrey inclino el rostro y lloro, al fin, después de todos esos años, lloro – le enviaba cartas y veía por ellas, pero supe que tenia que hacer aun más cuando recibí una carta en donde ella me pedía visitarla de inmediato, deje todo y me movilice lo mas rápido que pude, cuando pude verla de nuevo frente a frente me di cuenta de que Cassian seguía detrás de ella, estaba embarazada – bajo el rostro y tomo un momento para continuar, sabia que seria duro recordarlo todo, pero nunca pensó que seria tan difícil – para ese momento mi abuelo ya había fallecido y me había dejado estipulado que tenia que casarme para acceder a mi titulo y a todo lo que este conllevaba, Johanna lo sabia, y me pidió que me casara con ella, me dijo que lo hacia por el bien de ambos, para que ella y su hijo no vivieran en desgracia y para que yo pudiera obtener mi titulo.

  Le pedí un par de días, me centre en pensar todo lo que podría pasar si me negaba y si aceptaba, envié a sus hermanas de regreso con su madre, sabia que Cassian había dejado el país así que ellas estarían a salvo, dos días después le dije que aceptaba casarme con ella, lloro agradeciéndome y prometiéndome que ni ella ni su hijo serian una carga, eso era seguro, ni ella ni nada que viniera de ella podrían ser una carga para mí, así que lo planeamos de forma rápida, cuatro días después ambos nos casamos en una pequeña capilla, Nicholas fue mi testigo y su madre también cumplió esa función, claro que ella no sabia el motivo real del matrimonio de su hija, los meses siguientes fueron difíciles, ella intentaba seguir su vida igual que antes y yo intentaba ayudarla y animarla en todo, pero el embarazo se torno difícil y peligroso, ella se debilito con rapidez, el bebé no la dejaba obtener fuerzas para seguir adelante, pero ella sonreía aun así, siempre sonreía… después tuvo un sangrado, el bebé se adelanto, eso fue lo que me dijo después el doctor, yo corrí y busque ayuda, la deje sola y es algo que me seguirá todos los días, pero ella me lo pidió y yo se lo cumplí, para cuando llegue con el doctor ya era tarde, pero fue un consuelo saber que ella no había muerto sola, que murió al lado del hombre que siempre amo pero que nunca pudo tener - el silencio en la habitación solo era roto por los sollozos de Geoffrey – no se como, pero los rumores sobre lo que Cassian había echo comenzaron a correr poco después.

todos miraban a James, se dolían con él al saber por todo lo que tuvo que pasar, todo lo que tuvo que vivir por los errores de alguien más, Corina fue la primera que se movió, ella se puso de pie y camino hasta estar frente a su hermano, hizo que la mirara a los ojos, estaban rojos y llorosos, ella se inclino y beso su frente.

-lo siento, hermano, lamento haberte causado todo este dolor – ninguno de los dos pudo contenerse un momento más, ambos lloraron frente al otro, lagrimas de dolor y de agradecimiento corrían por sus rostros – y gracias, por cuidar de mi… Aun cuando yo no sabia que lo hacías, pero prefiero mi dolor al tuyo, lo siento, lo siento con todo mi corazón.

James la atrajo hasta que estuvo sentada en sus piernas y la rodeo con sus brazos, no le importaba que eso se viera mal, que fuera algo incorrecto, al final había dejado ir ese peso de sus hombros, y necesitaba sostener a su hermana, por que la amaba y el dolor había valido la pena al saber que ella estaba allí, con él, y que estaba a salvo.

-te equivocas Corina – susurro, pero en el silencio de la habitación todos lo escucharon – mejor mi dolor al tuyo, mejor yo que tú, siempre será así.

Sintieron como un par de brazos los rodeaban a ambos, no tuvieron que levantarse para saber que era su padre, lo recibieron y se dejaron sostener y proteger como cuando eran niños pequeños, y aunque James no levanto la mirada sabía que todos a su alrededor lo veían y que todos ya lo habían perdonado, aun cuando no tenían que hacerlo.

Sonrió libre de ese peso, ahora solo necesitaba decírselo a Brigith.

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