Capítulo 40

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Una Conversación Para Arreglarlo Todo.°}


James la miraba mientras ella miraba hacía su ventana, el día era tan hermoso como cualquier otro de esa primavera, a Brigith siempre la había gustado salir y caminar sin zapatos, por más que esto escandalizara a su madre, por el pasto fresco del jardín, había algo que siempre le causo felicidad al sentir las pequeñas hojas en las plantas de sus pies, pero ahora, herida y llena de tristeza, ni siquiera el pensar en hacer eso la animaba, podía sentir la mirada de James en su espalda, llevaba desde que Nicholas dejo la habitación sin moverse por miedo a que él quisiera hablar con ella.

Pero esta vez no sirvió de nada que pidiera en su corazón una pisca de silencio, por que escucho como James se ponía de pie y caminaba hasta sentarse en donde antes se había sentado su hermano, ella escucho como su cuerpo caía en la silla, como tomaba aire y lo dejaba salir por la boca, y cuando lo escucho comenzar a hablar ella no tuvo el valor de girarse y mirarlo a los ojos.

-se que no me miraras, pero aun puedes escucharme – él la miro y le dolió el como habían roto a una de las mejores personas que habían pisado esta tierra – y tal vez esto te ayude a entender que no me alejare de ti, ni ahora ni nunca, lo que ese… - se detuvo, una furia le recorrió de pies a cabeza en menos de un segundo al pensar en Cassian – hombre, si es que se le puede decir de esa forma, te hizo, no cambia nada la forma en la que te miro, la forma en la que deseo cuidarte y la forma en la que me preocupo por ti, no importa lo que tú pienses de mi, te quiero Brigith – los ojos de ella se llenaron de lagrimas al escucharlo, pero no movió ningún musculo – y eso nunca va a cambiar, lo que te diré… Es mi pasado, un pasado que debí decirte desde el momento en el que supe que me casaría contigo, pero talvez ahora sirva para ayudarte a ver la realidad de todo.

Y él se lo conto todo, sin omitir ningún detalle, sin dejar nada para él, le dijo todo, desde que era un niño hasta que se convirtió en un adulto, y tal vez para ambos fue mejor no verse por que eso solo hubiera echo las cosas mucho más difíciles, pero la presencia del otro les dio cierto consuelo, cierto alivio en todo su dolor, y para cuando el termino de contarle lo que era él, por dentro y por fuera, James logro darse cuenta de que eso era lo ultimo que le hacia falta, decírselo a ella lo había ayudado a dejar, finalmente, hasta el ultimo gramo de culpa en el pasado, aun recordaría a Johanna Kaufmann, pero ahora ya no la recordaría con culpa y un dolor desgarrador, ahora la recordaría como una amiga y una lección de vida, como la mujer fuerte y valiente que siempre fue.

Brigith logro comprender a James un poco más, después de escuchar su versión de la historia ella compendio que él también era un alma rota y lastimada que necesitaba que alguien lo ayudara a seguir adelante, se dio cuenta de la facilidad con la que Cassian los había manipulado a todos, pero sobre todo se dio cuenta de la fuerza con la que lo amaba y de que no quería dejarlo ir, no quería que él se volviera a hundir en su dolor, comprendió que si quería seguir adelante y dejar atrás este horrible episodio de su vida no solo necesitaría a su familia, también lo necesitaría a él.

-ahora sabes lo que soy, Brigith, me conoces, finalmente, al completo – él se dio cuenta de que ella lloraba – espero que de esta manera te des cuenta de que no me iré, no importan los problemas que se nos presenten, me quedare a tú lado, cuidándote y protegiéndote, si eso lo que quieres… Me quedare a tú lado como tú lo decidas, como un amigo o como un hombre que te ama sin condiciones – ella tembló y él sonrió al ver que no todo estaba perdido – me quedare… Porque te amo lo suficiente como para esperar por ti toda mi vida.

El silencio lleno la habitación y ambos se sumieron en sus ideas, ella pensaba en él y él en ella, era, sin duda alguna, la escena más desgarradora que podría verse, dos personas que se amaban hasta los bordes del cuerpo, dos personas capaces de hacer hasta lo imposible por el otro, incluso alejarse y dejar al otro si eso era lo mejor, no importándoles el dolor que eso podría hacerles, y justo cuando James creyó que ella ya no diría nada, que se quedaría en silencio el tiempo suficiente para que él extrañara su voz cada segundo del día, la escucho, su voz suave y temblores le llego a los oídos.

-yo no soy lo que era, no dejare que desperdicies tú vida al quedarte conmigo – ella se sentó en el borde de la cama, aun sin verlo – no puedo permitírtelo, mírame – ella finalmente se giro y el paso saliva al ver los golpes en su rostro – por dentro estoy aun más lastimada, ya no queda nada que pueda darte, tú no te lo mereces y yo no quiero vivir todos los días viendo como te he arruinado al quedarte conmigo, te amo James – él le sonrió al escucharla y esa sonrisa solo se lo hizo más difícil a Brigith – y así como tú me amas lo suficiente como para esperarme – su voz se rompió, pero no se preocupo en ocultarlo – yo te amo lo suficiente como para dejarte ir.

Ambos se miraron a los ojos, se miraron como aquel deseo más anhelado, como una pareja que se ama, se miraron durante segundos y durante horas, se miraron y se amaron, pero ninguno estaba preparado para apartarse, no ahora, no ahora que se tenían tan cerca, ambos se habían esperado lo suficiente, el tiempo suficiente para llorar por el otro, pero ahora eso ya no era necesario, porque estaban allí, juntos, y James sabía que él era capaz de reparar las heridas en el alma y en el corazón de Brigith, no le importaba él tiempo que eso llevara.

-Brigith, mi ladrona de sueños – los ojos de ambos se llenaron de agua y dejaron que esta corriera por su piel, a ninguno le molestaba que el otro lo observara en su forma más vulnerable – no me iré y tampoco te dejare a ti alejarte, eso no te ayudaría en nada – se puso de pie y camino hasta ella, se sentó a su lado pero no la toco, sabía que ella debía de dar ese paso – te amo, te amo, te amo y no te dejare hundirte en tú dolor, así como tú me ayudaste a salir de mi propio dolor y culpa, yo no te permitiré ni siquiera entrar en ellos, tú no te lo mereces, te amo hoy y siempre, con dolor y con alegría, te ayudare a salir de todo esto y ambos, sin nada que nos detenga, podremos vivir como nos lo merecemos, juntos y llenos de amor el uno por el otro, y en un futuro cuando lleguemos a tener hijos – ella sonrió ante la idea de tener hijos a su lado – los dos les enseñaremos como es vivir en una familia en donde el amor es el que lo rige todo, en donde sus padres habrán pasado por el dolor suficiente para que ellos no lo vivan en su vida, te prometo Brigith, que no te dejare vivir en dolor, te prometo que te daré alegría, amor y una inmensa felicidad si me lo permites.

Ella lloraba pero también entendió que lo necesitaba y que lo amaba, asintió entre lagrimas, no dispuesta a vivir como había vivido antes de que él llegara, con esa carga en sus hombros, oculta del mundo, con miedo a cada paso que daba, siempre oculta detrás de su padre y de sus hermanos, no, esta vez quería vivir, vivir de verdad, vivir por ella, vivir sin miedo, sin ocultarse, y si James la ayudaba a lograrlo ella lo aceptaría, había tenido el suficiente dolor en su vida como para rechazar la vida llena de alegría y calma que él le ofrecía.

-y yo te prometo lo mismo – eso fue todo lo que él necesito escuchar de ella, todo lo malo se quedaba atrás, ahora solo eran ellos dos y su futuro juntos, no necesitaban de nada más.

Él se rio, se carcajeo lleno de una inmensa alegría, y ella lo imito con lagrimas en sus ojos, por que una vida sin el otro no valía la pena, y por que al fin se habían dado cuenta de lo fácil que podía ser el perder al otro, porque al fin se habían dado cuenta de que los problemas se volvían más fáciles si estaban con el otro.

Brigith se inclino y tomo sus manos, sus sonrisas eran las mas grandes y llenas de alegría que se habían visto nunca, y lo estrecho entre sus brazos no siendo capas de tenerlo tan cerca y de no sentirlo, y el sintió su aroma, olía a peonias y eso solo logro que él amara esas flores tanto como ella, ella lloro en su hombro y fue feliz, por que entendió que su abuela y su padre siempre habían tenido razón, ella logro encontrar a la persona indicada.

-quiero besarte – Brigith sintió el caliente color en sus mejillas, se separo de él y lo miro, nunca espero que él la mirara de esa manera, aun con todas las heridas y colores que tenia en su rostro él la miraba como el mayor de sus anhelos – quiero besarte y besarte, hasta que me quede sin aliento y solo tú me ayudes a respirar de nuevo.

Ella le sonrió y el deseo se instalo en su pecho – puedes hacerlo, besarme – susurro y él la miro lleno de sorpresa, pero también de deseo – ahora, mañana, puedes besarme siempre, y hare lo mismo, te dejare sin aliento y tú lograras lo mismo en mi, harás que mi corazón lata hasta que me duela, pero también calmaras el dolor,  me besaras y yo te besare a ti desde ahora y para siempre.

-¿me dejas besarte, ahora mismo? – ella asintió y ambos miraron los labios del otro, pero el vio la herida en su labio y algo lo detuvo – no quiero lastimarte.

-no lo harás – llevo sus manos hasta los brazos de él y su calor le quemo las manos – se que no lo harás, lograras lo contrario, me devolverás la vida, me ayudaras a dejarlo a él atrás, me ayudaras a darme cuenta de que aun ahora soy merecedora de ti.

-entonces, te besare y te dejare sin aliento – y se inclino y la beso, y ella nunca se sintió mejor.

Creyó que cuando James la besara recordaría a Cassian sobre ella, pero fue todo lo contrario, lo olvido por completo y solo existió James, solo eran ellos, y mientras más la besaba y tocaba su rostro con sus manos ella más fácil olvidaba lo que le había pasado, más fácil seguiría adelante y viviría una vida plena y feliz con él, se besaron hasta que ambos perdieron el aliento, se besaron hasta que sintieron que eso era todo lo que hacía falta, James la beso y la adoro lleno de amor y deseo, y ella le correspondió de tal manera que James creyó que se incendiaria en ese mismo lugar, ninguno sopeso la posibilidad de que alguien pudiera entrar y verlos en tan comprometedora situación, de todas formas James se encargaría de que nadie hablara mal de ella durante el resto de su vida.

-espera – James consiguió encontrar la fuerza de voluntad para alejarse de ella, las respiraciones agitadas solo lo hacían mas difícil – antes de que siga besándote, por que seguiré haciéndolo – ambos se rieron – necesito darte algo, algo que ya fue tuyo una vez – Brigith frunció el ceño pero lo soltó al ver como él buscaba algo entre sus bolsillos, cuando volvió a sacar su mano ella se rio con lagrimas en los ojos al ver el mismo anillo que ella le había devuelto – no me he separado de él desde que me lo devolviste, tenia la esperanza de que todo mejoría y tú volverías a portarlo en tu mano, estoy feliz de que eso si ocurra, te lo devolveré con las mismas promesas, pero con un amor mayor que antes, así que te lo preguntare de nuevo, - ella le sonrió y él supo que todo estaría bien - ¿Brigith, te casarías conmigo?  Ahora o después, no importa cuando mientras pueda decir que eres mi esposa, que eres la Vizcondesa de North, que eres todo lo que siempre quise.

Ella asintió con una sonrisa que sintió podría partirle la cara – si, si me casare contigo, si seré tú esposas – sintió como le colocaba el anillo, por que sus ojos nunca se apretaron de su rostro -si, viviré toda una vida, llena de amor y sin dolor, contigo y solo contigo.

La tomo de nuevo de las mejillas y la beso una vez mas, feliz como nunca pensó estarlo, lleno de anhelo por esa vida que podía ver hacia un futuro con ella y mientras ella lo besaba deseo, por ultima vez en su vida, que su don se apartara de ella, que la dejara ser feliz al tocar a James con sus manos, sin guantes de promedio, y mientras él tocaba sus mejillas y la adoraba, ella sintió como algo la dejaba, como el peso sobre sus hombros se desvanecía, como después de años lograba sentir lo que era vivir sin una responsabilidad con la que nunca quiso cargar.

Pero lo ignoro y creyó que eso era gracias a James, que era porque por vez primera lo deseaba mientras besaba al hombre que amaba, y mientras él seguía rozando sus labios con los de ella, lo supo, de una forma o de otra, que aun podría olvidar y ser feliz.

Aun podría y lo haría con James de su lado.

La Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora