Capítulo 11

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{°Un Poco De Té°}


Lo único que la había detenido de tirarse de un puente había sido la insistencia de su padre en tener calma y paciencia, aun cuando eso era lo ultimo que tenia, su madre la había abarrotado de salidas a tomar el té, bailes, paseos por los jardines centrales de la ciudad y un sin fin de cosas más, estaba, en pocas palabras, enteramente agotada, no había tenido un solo día de descanso en esa semana, desde hace cinco días que había salido a pasear con el Vizconde su madre no le había dado ningún descanso.

“todo mundo debe ver lo que has logrado, Brigith debes de comenzar a mostrarte más en sociedad.”

Ya no podia, ni siquiera la había dejado sola para que pudiera escaparse a las caballerizas con sus hermanos pequeños, ahora se daba cuenta de la vida que le esperaba, incontables invitaciones a bailes, almuerzos, paseos, fiestas de té, eso era lo que había recibido esta semana y lo que le esperaría en su vida futura, solo queria un poco de descanso, todas las madres estaban deseosas de conocerla, las señoritas de su edad le hablaban para pedirle consejos sobre como encontrar a un hombre como el Vizconde, para sorpresa de ella, todas ellas la veían como una heroína.

-hola papá – entro en su despacho, había logrado escabullirse de su madre cuando esta había recibido otra carta - ¿puedo pasar?

-claro que puedes – dejo a un lado su periódico y le indico el asiento frente a él, ella camino hasta sentarse frente a su padre – lograste escabullirte de tu madre – ella sonrió y asintio - ¿Cómo te encuentras con todo lo que esta pasando?

-cansada – no encontró otra palabra más acertada – no se cuanto más pueda durar de esta forma, mamá no me ha dejado descansar desde hace varios dias.

-ya veo – tomo un sobre que estaba a su lado – para calma tuya el día de hoy estarás más tranquila – ella no entendió – el Vizconde ha enviado una invitación para ti – le extendió el papel que tenia en sus manos – desea verte en su casa esta tarde y que tomes el té con él y su hermana.

-¿tomar el té? – tomo el sobre y leyó su contenido.

Estimada Brigith.

Me complacería invitarla a tomar el té conmigo y con mi hermana, ella quiere verla de nuevo, por desgracia mi padre no estara presente, tiene asuntos pendientes en la ciudad, pero nos honraría si acepta nuestra invitación, si es así la esperamos a las cinco de la tarde, puede traer a cualquiera de sus hermanos si eso la hace sentir más cómoda.

Atentamente. James MacConnell, Vizconde de North.

-es tu decisión – su padre hablo cuando ella bajo el papel – si quieres asistir tienes todo mi permiso, si en cambio deseas quedarte y seguir al lado de tu madre – la miro con la ceja alzada y ella rio ante el gesto - ¿Cuál es tu decisión?

Solo le tomo un segundo decidir - ¿Nicholas puede acompañarme?

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-aquí vamos de nuevo – le sonrió a su hermano – solo espero que en esta visita no se vea involucrada la sangre.

-espero lo mismo – acomodo sus guantes – estoy segura de que esta sera una visita diferente.

La puerta del carruaje se abrió y Nicholas fue el primero en bajar, Brigith lo siguió un segundo despues, ambos miraron al frente, el Vizconde y Corina los esperaban al píe de las amplias escaleras, ambos se acercaron a ellos.

-que bueno es verla de nuevo señorita Hargrove – Corina fue la primera en saludarlos.

-opino de igual manera – ambas se inclinaron ante la otra, sus hermanos a su lado saludándose entre ellos – es bueno volver, aunque me apena el que no podre ver a su padre.

-volverá por la noche, tenia varios asuntos que resolver de forma urgente en la ciudad – la voz del Vizconde las interrumpió y ambas giraron a verlo – Brigith – tomo su mano y dejo un beso en su dorso – es bueno volver a verte.

-igualmente Vizconde – él alzo una ceja ante la forma en que lo llamo, ella se rectifico de inmediato – James – ambos sonrieron.

Nicholas carraspeo - ¿seguimos adentro? – se acerco más a su hermana, ella lo noto como un gesto protector para con ella, y tal vez, un gesto de celos hacía el Vizconde.

-tomaremos el té en un lugar un poco diferente esta tarde – le ofreció su brazo a Brigith - ¿vamos? – ella asintio y lo tomo.

Nicholas acompaño a Corina ambos un par de pasos atrás de James y de Brigith - ¿Brigith no sabe de lo que sucedió hace un par de años, verdad? – ella le susurro.

-no – la miro – no soy quien debe de decirle lo que paso, eso es algo que debe de decirle James, nadie mas – miro de nuevo al frente – espero que tu no se lo digas.

-¿Geoffrey no le ha dicho nada? – ambos hablaban en voz baja, no querian que ella se enterara.

-Geoffrey puede ser un impulsivo - la hizo detenerse – pero él nunca haria algo para dañar a Brigith.

-ustedes – lo señalo a él y a James – incluso yo, la estamos dañando al no decirle, cuando se entere, y además sepa que todos nosotros sabemos lo sucedido, ella se sentirá traicionada, y talvez no quiera perdonarnos a ninguno.

Él la animo a seguir su camino, ambos sabían que tenían que decirle, pero ninguno se todos los que sabían se atrevían a decirlo en voz alta, lo ocurrido había lastimado a más de uno, y eso era algo que nunca se perdonarían, si ella podia obtener un poco más de tiempo sin saber… Un poco más de tiempo viviendo en calma, se lo darían, por supuesto que se lo darían.

James se detuvo hasta que estuvo frente a la estructura de madera y cristal, Brigith lo miro maravillada, aun recordaba todas las veces que le había pedido a su padre que construyeran un solárium, un lugar que estaba segura a su madre le encantaría, su padre al final había accedido y ella se había encontrado rebosante de alegría, se le informo a su madre y la idea le agrado, hasta que supo que la queria el solario era Brigith, en cuanto lo supo detuvo el proyecto y se negó a darle ese gusto.

-espero que le guste que tomemos el té aquí, supuse que seria un buen lugar – James la distrajo de su ensoñación con la estructura frente a ella.

-es hermosa – lo miro.

-mi padre la construyo en honor a mi madre – ella lo miro con comprensión – es… Una forma de recordarla.

-eso solo lo hace mejor – lo observo sonreír – me hubiera agradado conocerla.

-estoy seguro que ella te hubiera aprobado sin tener que mirarte dos veces – se acercaron a las amplias puertas dobles y él las abrió para ella.

Ella se sorprendió al ver la gran variedad de flores a su alrededor, rosas, lirios, tulipanes, azucenas, topacios, flores hasta donde alcanzaba su vista, el solárium era grande, lo suficiente como para que entran en el más de cincuenta personas sin estar apretadas, él la guio hasta el centro de este y ella miro la mesa y las sillas predispuestas en el centro de todo, el sol daba un agradable calor y una hermosa luz, lo que solo lograba que todo se vera mucho mejor, creyó que él la llevaría hasta las sillas, pero en lugar de guiarla hasta la mesa la llevo a uno de sus costados, dos grandes arbustos de flores estaban predispuestos estratégicamente en esa zona, ella lo miro maravillada, eran peonias y hortensias, ambas de color blanco, eran las únicas flores de ese color en esa pared, a su alrededor solo había flores de colores fuertes, rojos, azules y amarillos, lo que solo lograba que estas resaltaran en medio de tanto color.

-mande que las colocaran en este lugar, pensé que te gustaría verlas – le explico y ella sintio algo distinto.

-¿están aquí… Por mi? – pregunto, dudosa de la respuesta, pero cuando el asintio al verla a los ojos, ella solo sintio que, por esta vez, tenerlo de compañía no seria tan malo – Gracias.

-es una forma de que mires, que te des cuenta de que… Aunque este compromiso sea tan repentino, estoy dispuesto a hacerte feliz – ambos se miraron, ignorando todo a su alrededor – es una forma de darte tu lugar a mi lado.

No pudo responderle, se había quedado sin palabras, ¿Cómo un total desconocido la trataba mejor que su propia madre? Nicholas y Corina entraron en ese momento, distrayéndolos de esa pequeña burbuja que habían formado para si mismos, se sintio feliz mientras el la guiaba hasta la mesa, por un momento se olvido de lo que cargaba sobre sus hombros, se olvido de lo que su madre le había dicho y echo durante todos estos años, se olvido del deseo de ser alguien diferente, y, en su lugar, obtuvo lo que siempre había querido, obtuvo consuelo, comprensión y amor de alguien ajeno a su familia, y para cuando ella y Nicholas se retiraron un par de horas despues, ella comprendió que no todos eran tan crueles y malos como había pensado, y algo dentro de ella le dijo que talvez, si le decia a él de lo que ella era capaz él no la vería diferente, que él la apoyaría y la comprendería al igual que su padre lo había echo.

Sabia que tenia un largo camino por delante, pero si se sintio así de bien por solo un poco de té, ¿Qué tan bien podría llegar a sentirse más adelante?

La Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora