Capítulo 16

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   {°Palabras Susurradas.°}

Especial mes del libro.


-Madame – James llamo a la mujer mayor antes de que dejara la habitación, ella se acero a él, ambos esperaron a que los dejaran solos.

-¿Qué necesitas? – miro a su nieta, su corazón le dolió al verla tan delicada.

-¿Cómo puedo ayudarla?

-es difícil de explicar, mi madre fue la que me dijo lo que podia pasar si algo así pasaba, según recuerdo el enfermarse por el rechazo de la persona amada puede llegar a matarla – él paso saliva – solo ha pasado un par de veces y es una fortuna que mi madre me lo dijera antes de fallecer – ambos se sentaron a los lados de Brigith – este… Don es algo que aun no logro comprender del todo, y que tal vez no logre comprender del todo, pero se de algo que la pueda ayudar a mejorar – lo miro y lo insto a tomar la mano de Brigith – por algún motivo el que tú te alejaras de ella la puso demasiado débil, nosotras, aquellas que logramos robar sueños, siempre necesitamos de una ayuda, una persona que nos mostrara su apoyo, que nos ayudara a soportar el peso de lo que podíamos hacer, cuando te alejaste de ella su cuerpo lo tomo como un rechazo y creyó que ella no seria capaz de cargar con el peso, así que la enfermo, la debilito lo suficiente como para que ella rechazara su don, no se como explicarlo con claridad, han pasado muchos años desde que mi madre me explico todo esto y ya no lo recuerdo tan bien, pero… Lo poco que recuerdo para ayudarla, es que tú la aceptes – lo miro – si la aceptas su don vera que ella aun puede cargar con ese peso y, con el tiempo, ella ira recuperándose.

-yo nunca la rechace – quito un mechón de cabello de su frente, el calor de su piel le quemo los dedos – nunca quise que ella pasara por esto.

-yo lo se, pero su cuerpo no – tomo la mano de él y le dio un apretón – estoy segura de que ella comienza a quererte, al igual que tu a ella – su sonrisa tenia un conocimiento que solo se adquiría con los años.

-yo… Yo no… – tartamudeo.

-tranquilo, estoy segura que ni siquiera tú te habías dado cuenta – miro de nuevo a su nieta, limpio el sudor de su frente con unos de los trapos puestos allí para eso – solo… Dile que la aceptas, de la forma que tu se lo digas estara bien, su don se dará cuenta de que tiene a alguien para ayudarla a cargar ese peso y la ayudara a recuperarse – se puso de pie y camino hasta la puerta – te dejare a solas con ella.

-gracias, por haberme dicho todo esto – ella le sonrió y salió de la habitación.

Cuando estuvo solo con ella se sintio diferente, como si solo él fuera capaz de ayudarla, como si ella fuera su responsabilidad, como si ella fuera una parte de él, sin dejar de mirarla se puso de pie y se quito el abrigo, acomodo las cobijas alrededor de su cuerpo y limpio el sudor de su frente, miro alrededor de la habitación y fue solo entonces que se dio cuenta de la falta de los ramos de flores que él mismo le había mandado, se sentó de nuevo junto a ella y tomo su mano, estaba caliente y leves gotas de sudor le mojaban la palma, pero eso no le importo, queria sentirla y que ella lo sintiera a él.

-se que esto es mi culpa – hablo sin dejar de mirarla – y lo lamento, nunca quise provocarte todo esto, nunca debí dejarte en el jardín de esa manera, debí quedarme contigo y dejarte explicarme, pero no resolveré nada pensando en lo que debería haber echo, hare algo mejor, te prometo que hare lo necesario para que te recuperes, para que vuelvas a pasear por los jardines, hare lo necesario para que vuelas a ser tú misma – se acerco más a ella y su voz bajo hasta volverse un susurro – te quiero Brigith, he comenzado a quererte – ella se removió y él se acerco un poco más a ella – llevo semanas conociéndote, mirando cada rasgo de ti, cada faceta de lo que tu eres y he comenzado a querer todas y cada una de ellas, he contado esa ligera línea punteada de lunares que tienes encima de tu codo – paso su dedo por ella – me he perdido en los rizos de tu cabello y en el aroma tan distintivo que tienes, te he admirado y anhelado por semanas, ni siquiera se en que momento comencé a hacerlo, me he alegrado al ver la forma en la que tratas a tu familia, e incluso, a mi familia, he contado mis secretos a las estrellas durante todas estas noches desde que chocamos en el baile, y con cada noche que pasaba tu presencia en mis secretos y deseos se ha vuelto más y más persistente – no hablo por un momento, solo la miraba, la admiraba – te quiero, te quiero – susurro – y are lo posible para que te sientas mejor, eso te lo aseguro, nunca más tendrás que cargar con nada por ti sola porque yo estaré para ayudarte – se inclino hacia ella y beso su frente y su mejilla, y aunque él no se dio cuenta su fiebre comenzó a bajar en ese mismo momento.

La Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora