Capítulo 42

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Verdad Y Familia.°}


Brigith miro como sus hermanos pequeños regresaban al interior de su hogar ante el llamado de su nana, ambos ignorando la forma en la que su hermana los veía a ellos y a sus manos, ¿Cómo? Eso era lo único que Brigith se preguntaba, ¿Cómo no había ocurrido nada?

Eso era algo simplemente imposible,  necesitaba a su padre y a sus abuelos en todo caso, ellos eran los únicos que sabían de lo que era capas, camino de regreso a su hogar, recogió los guantes y, aunque sentía que ya no los necesitaba, se los coloco de nuevo, era algo difícil dejar de hacer esas cosas que te habían mantenido a salvo, camino hasta donde estaban sus medias y sus zapatos y los tomo, subió veloz a su habitación en un intento de que nadie la viera, al menos hasta que se adecentara.

Se limpio los pies con agua y lavo también su rostro, se cambio los guantes y se coloco de nuevo las medias y los zapatos, todo lo hizo en silencio, nerviosa por lo que eso significaba en ella, escucho más voces en la planta baja, sabía que eran James, su padre y su hermana, y que ya no debía, ni quería, permanecer encerrada en su habitación, tomo un largo respiro y salió de su habitación, bajo las escaleras al mismo tiempo en el que James alzaba la mirada y la veía, en ese momento todo alrededor de él dejo de tener importancia, ahora solo la veía a ella, tan frágil y a la vez tan valiente, tan hermosa y… Tan suya.

Llevaba en sus manos un ramo de peonias blancas, quería volver a darle flores por el simple echo de que la felicidad en su rostro cuando las recibía era todo lo quería ver, camino hasta ella bajo la atenta mirada de su padre y de su hermana, ella termino de bajar la escalera y se detuvo al final de esta, ella temió que solo viera sus heridas, pero lo único que él veía era a la mujer que amaba.

-Brigith, que alegría ver que has dejado tú habitación – ella asintió con la cabeza y se acerco otro paso.

-supuse que era mejor que quedarme encerrada con mi dolor – ella aparto la mirada y la dirigió a sus pies, algo dentro de ella no quería que James la mirara de esa forma.

-solo existe algo que lo haría mucho mejor – acerco su mano, aquella donde no tenia el ramo de flores, y le toco la barbilla, le alzo el rostro y la obligo a mirarlo – que la mujer que amo me mire a los ojos.

-pero… Es solo que pensé que no te gustaría… Verme… De esta forma – lo ultimo lo susurro y deseo que no la hubiera escuchado, pero lo hizo.

-¿de que forma? – le sonrió con amor, demostrándole que no tenia motivos para pensar en eso – lo único que yo veo es a una mujer que ha sobrepasado demasiado dolor y perdida en su vida, pero que aun así sigue de pie, fuerte y hermosa - ella asintió con la respiración temblorosa, él le extendió el ramo de flores y ella sonrió al sentir el aroma de estas en su nariz – espero que no extrañaras las flores, y si es así, yo me encargare de que nunca vuelvas a extrañarlas.

-gracias – las tomo entre sus manos y las admiro – son hermosas.

-en verdad lo es – pero Brigith no se dio cuenta de que él no hablaba de las flores, hablaba de ella.

-Corina, Eleazar – la voz del líder de la familia Hargrove llego desde su derecha y todos giraron a verlo – James – los saludo a todos y sonrió a su hija – que alegría que decidieran acompañarnos.

-queríamos asegurarnos de que Brigith estuviera bien – el Duque miro a la mencionada y ella le agradeció con una sonrisa, la forma en la que entre ellos ya no utilizaban los formalismos de los títulos y los saludos los alegro a todos – espero que no seamos una molestia.

-por supuesto que no, ustedes siempre serán bienvenidos, por favor – extendió su brazo – acompáñenos al salón, estábamos conversando y jugando a las cartas.

-será un placer – Corina se inclino y siguió a su padre y al Conde, miro a Brigith antes de dejarlos atrás y le sonrió, ella le correspondió de inmediato.

James y Brigith caminaron detrás de ellos con un paso más lento y tranquilo, simplemente gozando de la compañía del otro, Grace paso a su lado y Brigith le pidió que dejara las flores en su habitación, cuando ambos entraron ella sonrió al ver a su familia reunida en todo su esplendor, todos se detuvieron y los miraron, o más en concreto a Brigith, todos sonrieron al verla en otra parte de la casa que no fuera su habitación, incluso su madre sonrió al verla.

-hermana – Nicholas y Jeffery fueron los primeros en acercarse a ella, se turnaron para estrecharla entre sus brazos y ella se sintió completa al sentir a sus hermanos junto a ella, o al menos a dos de ellos – que bueno ver que has dejado tu recamara – Nicholas le sonreía, una sonrisa tan grande que era imposible de imitar.

-los extrañaba a todos, no quería quedarme más tiempo del necesario en mi habitación, incluso he paseado por los jardines – miro a James al decir esto – me ha encantado ver las flores – él no necesito más explicaciones.

-¿quieren jugar? – Jeffery les pregunto a ambos mientras apuntaba hacía la pequeña mesa circular del fondo en donde Corina estaba sentada mientras miraba las cartas – podemos comenzar una nueva partida.

-me encantaría – todos se dirigieron a sentarse alrededor de la mesa, Brigith se detuvo por un segundo al ver a Geoffrey a solo unos pasos de distancia, él sintió su mirada sobre si y giro, se miraron por un instante pero fue ella la que se aparto y, mientras sonreía, se sentaba en medio de James y de Jeffery, Geoffrey finalmente entendió todo lo que había perdido.

Jugaron varias rondas entre risas, con las voces de los mayores a sus espaldas y las risas de Harry y Anika mientras jugaban con algunos bloques de madera, ella se sentía ligera, casi como una pluma, fuera lo que fuera a ella le gustaba, miro a su alrededor y comprendió que aun quedaba algo que debía hacer, una ultima cosa para ser plena y totalmente libre.

Bajo sus cartas y miro a James – tengo que decirles algo, a todos – su voz fue lo suficientemente fuerte para que todos en la habitación la escucharan, todos se detuvieron y le prestaron atención, ella se puso de píe – necesito decírselos.

James, su padre y sus abuelos la miraron sorprendidos cuando ella les dirigió una mirada que solo ellos comprendieron, James se levanto y, tomando su mano, hizo que lo mirara - ¿estas segura? Una vez que lo hagas no habrá vuelta atrás.

-estoy segura, es lo que necesito – él asintió y guio a todos a sentarse en la salita del otro lado de la habitación, Harry y Anika permanecieron jugando, Brigith se los diría, algún día, cuando fueran mayores y lo comprendieran – de acuerdo – se dio ánimos, todos la miraban atentos, incluso aquellos que ya sabían lo que les diría – yo… Bueno, solo les pido que no me interrumpan, que me dejen terminar de contarles todo y hasta entonces pueden preguntarme… Todo lo que quieran, ¿de acuerdo? – los miro a todos y estos asintieron – ni siquiera se como decirlo – bajo la mirada a sus manos – yo puedo hacer algo que nadie más puede, al menos hasta donde se, las mujeres de mi familia, de parte de mi padre, han podido, se ha pasado de generación en generación, antes de mi lo obtuvo mi abuela y después yo, yo puedo… Tomar los sueños de las personas, solo necesito tocarlos y su sueño más anhelado se me transfiere, como si fuera una copia de este – se detuvo y alzo el rostro, sus hermanos y su madre la miraban como si eso no fuera una sorpresa, como si lo hubieran esperado escuchar, en cambio Corina y su padre la miraban sorprendidos, incrédulos, con miedo incluso, pero ya no se detendría – lo he podido hacer desde que tenia ocho años, llego de repente, como una brisa de aire, algo que yo nunca quise me fue dado, busque ayuda y la obtuve en mi padre y en mis abuelos – ellos le sonrieron y solo de esa manera pudo continuar – pero nunca obtuve la forma de desacerme del peso que sentía desde niña, pero… Supongo que fue lo mejor, quizás si no lo tendría no hubiera llegado hasta este momento, no hubiera conocido a James – él le sonrió y ella se sonrojo – ni a su familia en todo caso – a ellos no se atrevió a mirarlos, pero sentía su mirada pesada sobre ella – me quede con ese secreto por años, años en los que mi padre me ayudo con mis miedos y dudas, años en los que un par de guantes me ayudaron a tener una vida relativamente normal – miro a sus hermanos y les sonrió, una forma de agradecerles todos los guantes dados con el paso de los años – tome sueños con el paso de los años, a mi nana, a un par de personas que, para este momento, ya no recuerdo, tome el sueño de mamá – su madre paso saliva cuando todos en el cuarto la miraron – y ella me tuvo miedo.

--no la culpo de que me alejara, al menos ya no – se retorció las manos – el miedo nos obliga a hacer cosas de ese tipo, y esta bien, pero… Hasta hace poco no había tomado un sueño durante años, no hasta que James corto la palma de mi mano en su jardín – se paso los dedos por el borde de la cicatriz que había en sus palma, la razón de que todo esto comenzara – y por accidente Corina – la miro – tomo mi mano sin un guante de por medio y tome el sueño de ella, pero no todos los sueños son buenos – su tono en la voz bajo y Corina, sin preguntar, supo que era lo que había tomado – y cuando tomo uno me enfermo, por eso me enferme después de ese día, y por eso me enferme después, nunca tuve el valor de decírselo a nadie más de mi familia hasta que conocí a James un poco más – se miraron en silencio por un segundo – él me dio el valor que necesite para dejar ir un poco el peso de mi secreto, tú, James MacConnell – pareció que solo le hablaba a él, cuando en realidad su historia era escuchada por todos en el salón – me diste el valor necesario para decirle a alguien más de lo que era capas, y me diste el valor para imaginarme una vida con alguien que supiera de lo que era capas y que aun así él me amaría por lo que yo era – sus abuelos sonrieron al escuchar a su nieta, el hombre mayor tomo la mano de su esposa y la beso – desde entonces me has ayudado a ver el mundo de forma diferente, única e increíble, y te estaré eternamente agradecida por eso.

El silencio en el salón parecía la calma antes de la tormenta, ella los miro a todos y sintió que la repudiarían, que Corina y su padre le negarían el casarse con James, y que el haberles dicho había sido el mayor error de toda su vida, miro hacia el piso incapaz de sostener la mirada de todos sobre ella, pero cuando escucho como un cuerpo se levantaba de su asiento alzo veloz la mirada y vio a Jeffery caminar hacía ella.

-mi hermana – susurro hasta que estuvo frente a ella – eso es lo que eres y lo que siempre serás, no importa lo que ocurra, lo que haya ocurrido, no importan tus secretos, no importa nada además de que eres mi hermana pequeña, y que cuando te vi por primera vez prometí quedarme a tú lado sin importar nada - extendió sus brazos y la jalo hasta su pecho, ella lo rodeo de inmediato y dejo salir un respiro tembloroso, de todas las cosas que podrían pasar esta nunca se le hubiera ocurrido – además… Prometí que siempre te amaría y pienso cumplir esa promesa hasta el día en que muera.

-te amo Jeffery – lo apretó más a su cuerpo – te amo, hermano, y lo hare siempre.

Un segundo después otro par de brazos los estaban encerrando desde otro ángulo, ambos separaron sus cabezas un poco y lograron ver el rostro de Nicholas junto a ellos – te amo Bri, y no me importa quien seas o que puedas hacer, tú siempre serás mi hermanita y siempre te amare por eso – los estrecho a ambos entre sus brazos, y aunque Geoffrey seguía lleno de culpa sabía que si se acercaba sus hermanos, ni siquiera Brigith, lo alejarían, así que con miedo y duda se puso de pie y se acerco hasta ellos, fue el ultimo par de abrazos que los rodeo y cuando hablo en voz baja se aseguro de que nadie además de sus hermanos lo escucharan.

-lo lamento, lamentare siempre lo que te he provocado Brigith, pero me asegurare de que me perdones, aun cuando pasen años para eso, siempre intentare que me perdones, pero tomare el tiempo que eso tarde como mi castigo – beso la cima de su cabeza y ella se giro un poco para mirarlo – te amo por lo que eres y lo que nos dijiste nunca lo cambiara.

-los amo a los tres, y puede que me tome tiempo – se dirigió solo a Geoffrey – pero por el amor que te tengo podre perdonarte.

Se quedaron de esa forma hasta que lo creyeron necesario, solo abrazándose entre todos ellos y susurrándose promesas a los oídos, promesas de siempre permanecer juntos, como hermanos, sin importar las circunstancias, ni los tropiezos, por que todos ellos se amaban lo suficiente como para vivir los problemas mientras estuvieran juntos, cuando se separaron ella miro a todos los demás que los miraban con cariño en sus ojos, Corina abrió la boca y, para sorpresa de todos, lo primero que dijo fue un agradecimiento.

-gracias – Brigith se alejo de sus hermanos y se acerco hasta que se sentó al lado de ella – por que se que fue lo que viste, porque… - se detuvo a tomar aire cuando sintió como su voz temblaba – porque no me juzgaste después de que lo viste, y aunque aun estoy sorprendida por lo acabas de decirnos a todos tengo la certeza de creerte, y gracias por que no se lo dijiste a nadie.

-ningún sueño que he tomado lo he contado ha nadie, puedes estar segura de eso – se sonrieron y todos pudieron ver como nacía una complicidad entre ellas.

Miro a los adultos a su alrededor y por las miradas que recibió de ellos supo que todos le creían, que ninguno la juzgaba y que podía seguir adelante, nunca pensó que decir la verdad la dejaría tan tranquila, siempre pensó que una vez que se supiera se desataría el fin del mundo y nadie más volvería a dirigirle la palabra, que seria repudiada por su familia y por la sociedad, pero allí estaba, feliz y libre, dijo la verdad y se dio cuenta de que todos a su alrededor, su familia de sangre y por elección, no la juzgarían y la ayudarían en todo lo que pudieran.

Después de todo eso es lo que hace la familia.

Te ayuda, te apoya, te jala lejos del dolor y del miedo, te ama y nunca te juzga, y para su fortuna, Brigith había obtenido todo eso, y más, de su familia.

Cuando observo como se llevaban a Harry y a Anika del salón recordó la ultima cosa que quería decirles a todos, a su padre y a James en especial, se giro a ver a su padre y camino hasta donde él estaba sentado, se sentó a su lado y tomo su mano, él dejo de hablar con sus padres y los tres se giraron a verla.

-¿Qué ocurre hija? – le dio un apretón a su mano - ¿todo esta bien?

-si, bueno existe otra cosa que necesito decirles – los miro a ellos y después a James, él le presto su atención de inmediato – a los cuatro, ¿podríamos ir a tú despacho? – su padre asintió con el ceño fruncido y se puso de píe.

-si nos disculpan – se dirigió a todos – necesitamos hablar de algo en privado.

Todos asintieron y los dejaron ir, no sin sentir duda y curiosidad por su repentina partida, caminaron hasta el despacho y todos entraron en silencio, Brigith se sentó en la salita que su padre tenia para visitas importantes y todos se sentaron a su alrededor, James a su lado y su padre y abuelos frente a ellos, miro sus manos y bajo la atenta mirada de todos les conto lo que había ocurrido hacia pocas horas.

-parece que algo más cambio, algo que no se puede ver pero que lo puedo sentir – miro a James – algo que siempre quise.

-¿y que es eso, Brigith? – James le acaricio la mejilla y ella sonrió ante la caricia.

-había salido al jardín a despejarme un poco, además quería ver las flores que dejaste para mí – él le resto importancia y ella siguió contando – me había quitado los guantes – todos miraron sus manos recubiertas de estos – quería sentir la suavidad de los pétalos y no había nadie cerca, pero… De un momento a otro se me acercaron Harry y Anika, me hablaron de todo y de nada a la vez – se humedeció los labios – yo… Extendí mis manos y toque sus cabellos, eso fue todo – los miro intentando que le creyeran – fue solo eso, pero Harry se movió demasiado rápido, ni siquiera me percate de eso hasta que fue muy tarde, su mano toco la mía – todos la miraron sorprendidos – fue solo un rose y fue más que suficiente.

-¿tomaste otro sueño? – su abuelo le pregunto, pero para sorpresa de todos ella soltó una carcajada.

-no – se rio, llena de nervios y de felicidad – eso es lo mas extraño de todo – su risa se fue calmando y pudo volver a hablar sin que el aire le faltara – no paso nada, cuando él me toco… No tome nada, no le robe ningún sueño.

Todos se quedaron en un tenso silencio, nadie sabia que decir ahora, pero todos tenían preguntas, ¿eso era, remotamente, posible? Su abuela nunca había escuchado nada acerca de que se podían deshacer del robo de sueños, nunca ninguna de sus antepasadas había pensado que eso fuera algo posible, por dios, ni siquiera lo habían intentado, todas ellas habían aceptado el echo de que vivirían con ese don por toda su vida y que no había nada que pudiera cambiarlo, se habían resignado a vivir toda su vida sin sentir el calor de la piel de otra persona en sus palmas, todas habían vivido de esa forma, todas, menos Brigith.

-es sorprendente – su abuela se puso de pie y se sentó a su lado en un pequeño sillón individual – nunca había pensado que esto fuera posible, pero tú mi niña – tomo su mano enguantada y la apretó – lo has hecho posible.

-vivirás la vida normal que siempre quisiste – su padre la miro con lagrimas en los ojos – lograste lo que tantas generaciones no pudieron, vivirás como te mereces vivir, libre y sin miedo.

-y no lo harás sola, lo harás con nosotros – su abuelo le sonrió – has roto la cadena, Brigith, y lo hiciste por tú propia cuenta.

Ella miro a James y se sorprendió al ver como sus ojos y mejillas estaban llenas de lagrimas, ella se apresuro a limpiar el agua de su rostro - ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? – él le tomo las manos y las alejo de su rostro, las llevo a sus labios y beso su palma repetidas veces.

-por que estoy inmensamente feliz por ti, porque te amo lo suficiente como para saber que de esta forma comenzaras a vivir, a vivir como siempre debiste de hacerlo – todos los miraban sin interrumpirlos – y porque podre sentirte de ahora en adelante, porque nuestro futuro depende de nosotros mismos y tú encontraste la forma de vivirlo sin nada que te sujete al pasado de otras personas.

Ella se alejo un poco de él y ante la atenta mirada de todos a su alrededor se quito los guantes y los dejo en su regazo, James sonrió al ver que ella llevaba su anillo debajo de estos, miro sus manos y se giro hacía James, él se quedo quieto al ver como ella extendía su mano hacía su rostro, se detuvo a solo un centímetro de su piel, podía sentir el calor que se desprendía de esta y su respiración golpeándole la muñeca, ella no se movía y todos la miraban esperando, esperando a que ella sintiera, por vez primera, el calor de otra persona, James fue el que dio el siguiente movimiento, acerco su rostro a la palma de ella y cerro los ojos al sentirla, Brigith se rio y sus ojos se llenaron de lagrimas cuando sintió su piel tibia y el picor de su barba, cuando eso fue todo lo que sintió, llevo su otra mano a su otra mejilla, lo sintió y lo amo, sus dedos se movían de forma suave y nunca pensó que el picor de una barba le gustaría tanto, ese era su primer toque desde que era una niña.

Eso era lo que quería vivir de ahora en adelante, quería tocarlo día y noche, sabía que no importara cuanto tiempo pasara de esta forma nunca se cansaría de sentirlo, finalmente podía sentir, finalmente dejaba atrás sus guantes y los limites que estos le ponían, finalmente comenzaba a vivir de nuevo, finalmente dejaba su pasado y su carga atrás, finalmente… Dejaba de ser la ladrona de sueños.

La Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora