CAPITULO 11: "Un Secreto Problemático"

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Hay muchos estereotipos en este capitulo y tanto yo, la autora, como los personajes estamos conscientes de que así no vive la gente, así que no se me alebresten.

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Después de colocarme ropa cómoda, baje a cenar. En realidad me sentí más agusto sin Adelina cerca ayudándome con todo. Pero me sentía incapaz de decírselo directamente.

Mi elección de vestuario no fue trascendental, solo un pantalón verde militar de tela elástica que se ajustaba a mis piernas completamente y una playera ancha color negra con la palabra Dynamite en el pecho con cada letra de un color distinto junto con todo eso unos deportivos negros completamente.

Cuando bajé la reina no estaba ahí, asi que me senté cómodamente a la derecha de Dylan que estaba en la cabecera.

Los cubiertos en el palacio eran más simples y agradecía eso. Independientemente de eso, mis modales en la mesa habían mejorado un poco. Bueno, viniendo de una casa donde comer en la misma mesa con la maldad encarnada significaba una lucha constante de no terminar con un pedazo de comida entre los cabellos, había avanzado mucho.

En ese punto ambos optamos por ignorar la presencia del otro. Después de una silenciosa y rápida comida cada uno se fue a su habitación.

Los días se estaban volviendo aburridos y monótonos, como estar en una cárcel. Una lujosa y gigantesca cárcel.

La noche pasó y la mañana llegó...

¡Diablos! Soy poeta

― ¿No te llevas bien con el príncipe? ― Preguntó Adelina interrumpiendo el silencio de la mañana.

Estaba corriendo por todos lados en busca de mi corbata azul, que apenas unos segundos me atrás me había entregado la joven.

― Podría decirse ― respondí al tiempo que veía un poco de la tela cuadriculada que sobresalía debajo de la cama.

La tomé con satisfacción y la pasé por detrás de mí cuello rápidamente. La pelirroja estaba metiendo mis libros a mi mochila mientras tanto, que había sacado y dejado regados cuando hacia mis deberes.

― Él no se comporta como contigo ― mencionó cerrando la mochila.

― ¿De qué hablas? ― pregunté alzando un ceja pero sin dejar de verme en el espejo para poder hacerme el nudo.

― Él es más... ― La vi por el reflejo dudar de sus palabras ― ¿Amable?

― ¿Amable? ― pregunté de vuelta riendo ― El podrá ser todo, menos eso. Intenta de nuevo.

― A él no le desagradan mucho las personas ― siguió, y yo camine hasta la cama para tomar el saco negro ― O si lo hacen no lo demuestra por lo menos, así que es raro que te diga a ti directamente lo mucho que le desagradas.

Voltee a verla con los ojos entrecerrados.

― ¿Estas queriendo decir que me odia tanto que no puede ocultarlo?

Se encogió de hombros ― Supongo.

Reí nuevamente por la idea, en realidad era un poco gracioso. Que le príncipe perdiera los estribos conmigo.

― Lo conozco hace mucho ― me dijo acercándose a la puerta al ver que mi rutina de las mañanas había terminado ― Así que parece que también se divierte molestándote.

― Me encanta ser el juguetito del príncipe ― respondí con sarcasmo saliendo de la habitación en dirección al exterior ― La verdad es que parece que a eso he venido a este lugar.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora