CAPITULO 51: ¡Por Helios!

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Estaría mintiendo si dijera que no me sentía relajada, aliviada, y feliz. Mentiría tambien si afirmara que no me importaba las relaciones románticas de Dylan. Maldita sea, mentiría si dijera que mi corazón no se aceleraba cuando él estaba acerca, que no me ponía nerviosa y que no miraba sus lindos lunares.

¿Podía alguien hacerte reaccionar así incluso después de tanto tiempo?

Quiero decir, si, no es que hubieran pasado décadas, pero sabemos que las emociones adolescentes son pasajeras, lo que un día te gustaba, quizas al otro ya no, jurabas amor eterno, pero después te das cuenta que solo fue debido a las hormonas en aumento.

Todo se siente muy amplificado a esa edad.

Entonces, ¿Por qué seguía reaccionando como una adolescente?

En un día más cumpliría los veinte años, comenzaría con los dígitos después de 2, eso te daba una pequeña crisis. No debería caber en la cabeza tu chush-principe, ahora rey, de la preparatoria. Ahí no debería haber nada más que informacion de mi carrera y preocupación generales de la vida como: ¿La leche en la nevera aún no ha caducado?

― Es porque te sigue gustando ― había firmado Gray cuando lo comenté.

― Han pasado dos años, soy mejor que eso.

Se encogió de hombros y se arrojó a la cama. Después de comer, todos coincidimos en el hecho de que estamos agotados por el pequeño viaje en auto; Además, Osiris y Dylan habían hecho un largo camino hasta acá.

Gray, parecía tener mucho que decir sobre el día de hoy, asi que se había colado en la habitación.

― A veces es la persona, pero no el momento ― mencionó mirado el techo, yo me encontraba cerca de la ventana con el celular en la mano, platicando con los chicos en Soleil ― Quizas necesitabas volar antes de poder formar tu propio nido.

― ¿Qué es esa metáfora cursi? ― le arroje el cojín que había utilizado para apoyarme y él se rió cuando le pegó en la cara.

Se recargó en sus codos para alzar la cabeza y mirarme a los ojos.

― ¿No crees que Osiris ha tenido un comportamiento extraño?

Dejé el telefono a un lado y le presté atención.

― Claro que si ― suspiré ― es extraño, pero agradable.

― Me preocupa que esté actuando falsamente, ya sabes, actuando linda para agradar, y luego apuñalarte por la espalda.

Hizo nuevamente esa señal que había hecho cuando comprábamos, en la que apuñalaba a alguien con una daga imaginaria.

― No, creo que es lo contrario.

Su ceja se alzó y giró su cuerpo hacia mí para poder apoyar la cabeza en su mano y su codo a la cama

― Antes parecía sola, triste, ahora luce más.... ― me detuve a pensar en un adjetivo adecuado, pero el pelinegro sonrió.

― ¿Libre?

― Libre.

― Bueno, es un poco adorable, eso hay que admitirlo.

Reí por su repentino cumplido; pero no supe que expresión puso al decirlo ya que volvió a acostarse boca arriba en la cama.

― ¿Te agrada esta parte de ella?

― Ni siquiera sabemos si es real.

― Sabes que sí.

Me levante de mi lugar y me arrojé junto a él.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora