CAPITULO 27: "Baile Real"

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En realidad cuando en la cena dije que estaba usando un vestido de dama victoriana, fue una exageración que no pasará en esta ocasión. Adelina escogió un vestido de un azul cenizo, tan esponjado que creí que no pasaría por una puerta normal, y con tantos holanes y listones que me sentí ahogada en tela.

― Estoy usando un corset, Adelina ― le dije viendo el espejo.

Me había quedado quieta durante todo el proceso, pero solo por el pánico.

― Si, ajusta tu cintura y acomoda tu pecho, una bendición.

― Si, ¡Hace un siglo! ― exclamé alarmada.

― Ese es el punto.

El escote de corazón me dejaba un poco al descubierto, y había una tela delgada y traslucida desde mis hombros que parecía una capa.

Ella tambien me puso algunas joyas y botas de tacón blancas, en realidad ni siquiera se verían, podría usar unos deportivos sin problema pero Adelina descartó mi idea con el ceño fruncido.

Los guantes blancos eran un chiste, no cubrían del frio, asi que su utilidad era dudosa.

La joven me recogió el cabello y me maquilló para la ocasión. Algunos mechones cortos rizados caían alrededor de mi rostro y todo el conjunto me hacía sentir como sacada de una película.

― Cuando subas escalones, trata de alzar el vestido para no pisarlo, es un poco más difícil que el que usaste antes.

― Ni siquiera puedo moverme bien con esto.

― Ya te acostumbraras.

Cuando ella retrocedió y me miró analizando los detalles, me sentí feliz de que este terminado con eso.

― Siento que esto si va a destacar.

― Bueno, eso es un poco el punto.

― No, de hecho no.

― Todo saldrá bien Bastet, tranquila.

Di unos pasos hacia delante tanteando el terreno al que me enfrentaría toda la tarde-noche, el conjunto era pesado, y me obligaba a pararme recta, en una postura que me recordaba a la que Dylan siempre usa. Tan principesca

― Supe por tus amigas que usarían tiaras ― me dijo mientras acomodaba las capas de vestido por milésima vez.

― Si, parece que sí.

― Asi que tome una de la colección de la familia real.

Voltee a verla alarmada, no creo que eso estuviera dentro de los limites.

― No.

Era algo arrogante ir ahí con una corona, era peor si consideramos el hecho de que realmente pronto usaré una.

No pude evitar sentir pánico ante la idea, y ella parecía emocionada al mostrarme la tiara con joyas azules de la familia real.

― No.

Mi respiración de había agitado. No puede evitar sentirme más presionada por el compromiso, la boda, el ser la reina, el tener que casarme con una persona que había conocido solo apenas un mes atrás. Un completo desconocido, y ascender a la cabeza del país.

Quizas ella interpretó mal mi cara de pánico, porque de igual manera me puso esa cosa en la cabeza.

Me quedé paralizada y esta vez no por la aceptación de que de todos modos ella haría lo que querría, sino por el shook de sentir la carga en mi cabeza.

Sentí mis manos frías bajo los guantes y pasé un mechón de mi cabello tras mi oreja solo para distraerme.

― Te ves como una verdadera princesa.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora