CAPITULO 34: "Dos veces"

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Tenía buenas noticias, asi que empecé el lunes un poco más contento de lo normal, mucho más contento de lo normal. Bannett llegaría hoy según lo que se me había informado.

Sentado al final del aula, miraba el reloj en mi muñeca que se negaba a avanzar más deprisa.

No sabía si Bannett se presentaría a clases aunque sea tarde, pero estaba empezando a imaginarla entrar por la puerta con una sonrisa y disculpándose por llegar tarde como siempre.

― ¿En qué piensas? ― me preguntó el castaño más bajo.

― Asuntos ― Respondí con indiferencia.

Lo vi sonreír por el rabillo del ojo, seguro imaginando la razón real de mi distracción.

Mikaru no había podido relajarse estos dos meses, aun con Bannett fuera encontró la manera de mantenerse siempre peleando con las alguien que se acercara demasiado a Oliver, hace años paré de intentar solucionar ese problema en su relación, simplemente porque parecía importarme más a mí que a este último.

― Escuche de Karla que Bastet regresaría hoy ― me susurro inclinándose hacia mí.

― ¿En serio? no lo sabía ― mentí, pero él desde luego no me creyó.

Casi al mismo tiempo que el timbre sonó indicando el comienzo de las clases el destello dorado en la puerta me hizo voltear inmediatamente, quizas pude ver mi desesperación salir de mi cuerpo.

La chica rubia de gran sonrisa recorría con la mirada el salón mientras entraba, su pelo estaba extrañamente bien arreglado y ligeramente ondulado, lo adornaba con un listo blanco que descansaba sus puntas sobre su cabello. Sus labios brillaban en un rosa suave, su uniforme bien portado y su saco cerrado me impresionaron, asi como los tacones negros que remplazaban sus usuales botas. Sus calcetas negras que llegaban a los muslos tenían pequeños moños a los costados que lucían adorables.

Su caminar era recto y seguro, sus ojos mostraban decisión, ni una sola pisca de inseguridad, miedo o desconocimiento, como si estuviera segura del suelo que pisaba y de la gente que la rodeaba.

Era elegante, y firme, mostraba la misma precisión al caminar y mirar que mostraría una princesa, una heredera.

Nada estaba fuera de lugar en ella, pero al mismo tiempo el pánico invadió mi cuerpo, porque todo parecía fuera de lugar para mí, como alguien diferente. Lucia diferente a la persona que yo había conocido, pero ahí estaba.

― ¿Esa se supone que es nuestra Bastet? ― le oí preguntar a Mikaru. Miraba a la chica que decidió sentarse en la primera línea de sillas.

― ¿Nuestra? ― alcé una ceja en su dirección.

Usaba un bolso rojo de marca en lugar de su mochila negra de uso rudo, la dejó en la mesa y miró hacia atrás, a donde nosotras estábamos y me sonrió directamente.

Yo le correspondí el gesto aun cuando me tomó por sorpresa.

― Quizas le lavaron el cerebro en ese intercambio.

― O está probando un nuevo estilo ― Oliver sonrió ― Creo que se ve hermosa.

― Nadie te preguntó ― le respondió el castaño resoplando y cruzándose de brazos, se inclinó hacia atrás y dejó olvidado el tema de Bannett.

Todos en el aula ya estaban hablando de ella, susurraban o hablaban sin decir su nombre, como si eso las salvara de que les recriminaran sus palabras.

Pero la rubia parecía firme en su postura y ni se inmutaba. No lucia tensa ni enojada, o eso indicaba su postura, no la estaba mirando de frente.

Vi a Gray hacer amago de levantarse y caminar hacia su encuentro pero la profesora Wretter lo detuvo, ya que la clase estaba por comenzar.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora