CAPITULO 37: "¡Mierda!"

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MIKARU DOMINÉ

El martes por la mañana llegue con Oliver a la escuela, el pasaba a por mí todas las mañanas a petición mía.

Me gustaba que el hiciera lo que yo pidiera, no ponía objeciones sin importar la petición. Aun si nunca lograba nada mas con él, este tipo de cosas me hacían feliz, quizas era lo mejor que obtendría de él.

Sabía que era egoísta, mi peticiones y ordenes habían logrado que en nuestros diecisiete años de vida el jamás haya tenido una novia formal. Estaba al tanto que el hecho de que me sintiera feliz por eso era malo, pero no podía evitarlo, era una persona egoísta.

― Mi madre me dijo que me quedara cerca de Osiris.

― Por supuesto que te lo dijo ― respondió él caminando por el pasillo para llegar nuestra clase.

― La odio, es irritante y molesta, quisiera que desapareciera de mi vista.

― Básicamente como a todos ― Oliver me sonrió.

Una sonrisa encantadora que solo me pertenecía a mí.

Sabía que era especial para él, no en la forma en la que él lo era para mí, pero aun asi ese hecho no dejaba de alegrarme.

La forma en la que Oliver reservaba sus expresiones me fascinaba, era tan honesto que no podía evitar quererlo más cada vez que sus expresiones eran dirigidas hacia mí, realmente estaba feliz por ser su amigo de la infancia, porque eso me dejaba estar a su lado justo como ahora.

― No hay muchas personas agradables en este lugar.

Lo empujé lejos con fuerza, pero el regreso a mi lado rápidamente con una sonrisa.

― Me alaga que creas que yo lo soy.

― Por supuesto ― le dije sonriendo con burla ― me agradan las personas que obedecen todo lo que yo les digo.

― Aunque no es la primera vez que insinúas que soy tu sirviente, sigue siendo grosero.

― No te veo haciendo algo para remediarlo ― le sonreí con satisfacción.

― Quizas lo haga algún día.

― ¿Cuándo dejes de ser tan complaciente conmigo? ¡Jamás te lo permitiré!

Él se encogió de hombros como respuesta.

― Serás mi sirviente hasta que muera, y aun asi, lo serás el infierno.

― ¿Es una amenaza?

― Una promesa.

Lo escuché reír ante mi afirmación y eso me hizo feliz. Para mí era una declaración escondida, para él, una broma, no me molesta del todo que ese malentendido lo pusiera contento.

Osiris se sentó al lado de Dylan en el aula, no hacía muchos comentarios, solo se sentó en silencio y prestó atención a clases, de vez en cuando miraba en dirección a Bastet, quien estaba más abajo del otro lado, junto a Juan y Gray. En una ocasión la vi sonreír hacia allá, tan tenuemente que pareció una ilusión. Oliver mantuvo su mirada al frente, desinteresado en todo.

Dylan tambien miraba en dirección a Bastet, pero eso no era nuevo, no desde hace años. Al principio creía que solo era interés por una chica fácilmente irritable, después, por supuesto, me di cuenta que era más que eso. Él cree que nadie lo nota, y quizas engañó a todos por años, pero cualquiera que le prestara atención un momento se daría cuenta de hay algo más.

En el receso, me separé de Oliver y fui al jardín cerca del salón de baile para buscar a Sora, ella se sentaba por ahí a leer cuando quería estar sola, y después de lo del día anterior, era obvio que lo quería.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora