Educando a la futura princesa (Re-subiendo)

CAPITULO 26: "Aniversario"

Me quedé en silencio solo porque no sabía que decir.

Soy una idiota.

Sabía que sus padres estaban muertos hace una década ya que es algo de conocimiento público, asi como todo con respecto a eso; pero no sé los datos exactos, ni siquiera me paré a pensar en ello. No era importante para mí antes de todo esto del compromiso, nada de la familia real era de hecho importante antes.

― Lo lamento, no lo sabía ― murmuré, como si eso solucionara algo.

En realidad no soy buena subiendo el ánimo.

― Lo imaginé ― murmuró el de regreso ― Aunque no es como que las noticias se llenen de eso ― rio, pero de una forma muy triste.

― No he estado al pendiente ― admití ― Supe que hoy era tu cumpleaños solo porque Fonn lo mencionó en la mañana.

― Eso duele Bannett ― sé que intentaba bromear, pero realmente no parecía muy bueno en eso en estas circunstancias.

― No es como que tú te sepas mi fecha ― dije, para que su intento de broma no quedara opacado.

Lo vi sonreír y mirarme.

― Veinticinco de diciembre ¿No?

Lo volteé a ver sorprendida. Parpadeé un par de veces como si fuera una ilusión.

― Es inusual, justo en navidad.

― ¿Cómo lo sabes?

Se encogió de hombros y volteó a ver nuevamente hacia el cementerio.

― ¿Ya fuiste a visitarlos? ― pregunte acercándome un paso más a él después de verlo quedarse en silencio.

― Nunca fui un buen hijo ― comentó melancólico ― Siempre les reproché el que nunca estuvieran conmigo ― hizo una pausa, pero sabía que debía dejarlo tomarse su tiempo para hablar ― Les decía que les importaba más el estúpido país que su propio hijo.

― Bueno, todos los niños lo hacen Dylan, siempre queremos que nuestros padres nos pongan más atención.

― No es asi ― dijo en un suspiro, uno lleno de tristeza ― siempre fui una persona egoísta, no entendía nada sobre el trabajo que costaba ser un heredero a la corona; pero yo solo exigua y exigía.

Lo vi por el rabillo del ojo, su expresión era inusualmente triste, algo que desencajaba en él pero al mismo tiempo se sentía como algo que siempre estuvo ahí.

― ¿Sabes que fue lo último que les dije?

Esta vez me permití mirarle directamente, aunque él no lo hacía conmigo. Sus cabellos rubios más largos intentaban cubrir desesperadamente su rostro, pero era imposible debido a su tamaño.

― "No me importa que se vayan a ese estúpido viaje y no estén en mi cumpleaños, ya no me interesa nada de ustedes, nunca están conmigo; ¡Por mí nunca regresen, no los necesito!"

Sentí un ardor en mis ojos, sabía que si no intentaba detenerme seria yo la que lloraría. Intenté distraerme pero las lágrimas terminaron rodando por mis mejillas silenciosamente.

― Era un malcriado, estaba furioso por una tontería.

― Eras solo un niño, no puedes culparte por ello.

Volteó a verme.

― ¿Alguna vez lo hiciste? Decirles cosas crueles a tus padres.

Asentí.

― Toda mi infancia fue asi tambien, los niños simplemente....

― ¿Qué fue? ― me preguntó interrumpiéndome.