CAPITULO 1: "El comienzo"

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En algún lugar del mundo, se encuentra el país donde vivo. Un lugar único y especial, y no solo lo digo yo, sino los muchos turistas que recibimos. Aunque también he de admitir que es muy poco conocido en comparación con grandes países.

Me pregunto si alguien en fuera de aquí podría ubicarlo en el mapa.

Pareciera que vivimos en un universo diferente.

Lo que hace especial a este país, así como a muy pocos en la actualidad, es que aún tenemos a una familia real.

Pero a diferencia de los demás, la nuestra sigue en el poder.

Justamente Soleil es la capital del país y el orgulloso hogar de la familia Anderson.

Por mi lado, bueno, soy una chica en cuya vida no cabe nada de eso.

― Te casaras con el príncipe ― me dijo mi madre mientras yo miraba el ornamento de la sala.

Seguía aturdida por el simple hecho de estar en la sala formal del palacio real.

― He sabido esto por mucho tiempo ― comentó la reina aligerando el ambiente ― sobre el antiguo rey y tu abuelo concertando un matrimonio arreglado para sus nietos.

Mi mirada pasó del ornamento al mármol en el suelo, después a las alfombras importadas y los muebles de diseñador de hace un par de siglos, las luces cálidas que caían del cielo y las pinturas al aleo.

― La coronación de príncipe está cerca y estará en edad para ascender al trono, pero es indispensable que lo haga al lado de la mujer que será su esposa por el resto de su vida.

Vaya, los jarrones también se veían caros, hasta las orquídeas en ellos parecían espolvoreados con virutas de oro. El tocado sobre la cabeza de la reina se veía pesado como el país entero ahí arriba, su corona tenia piedras tan grandes y deslumbrantes como para poder vivir con solo ese dinero.

― ¿Te sientes bien, Bast? ― preguntó mi padre con preocupación colocando su mano sobre mi antebrazo.

― Sé que ustedes no se conocen siquiera y eso podría preocuparte...

Bien, quizás se pregunten a que venía todo esto sobre un príncipe y matrimonio totalmente de la nada. Pero déjenme decirles, que yo tambien me lo pregunto, y es que justo esta maña había sido como cualquier otra y jamás me hubiera imaginado estar en ese preciso lugar.

Asi que lo mejor será que empiece por ahí.

Corría a correr por mi habitación dando vueltas hasta encontrar todo lo necesario

― Es muy tarde ― murmuraba para apresurarme a mí misma.

Había dejado hecho un desastre como todas las mañanas, deseando que no estuviera así cuando regresara por la tarde pero sabiendo también que nada cambiaría, además de más polvo sobre las cosas.

― Bast, date prisa. Faltan diez minutos para las siete ¡Llegaras tarde otra vez! ― Me regañaba mi madre desde la planta baja haciéndome apresurar más. Tomé mis patines del suelo y bajé apresurada las escaleras de dos en dos temiendo a caer y morir.

― No llegaré TAN tarde ― dije despreocupada mientras pasaba por un lado de ella sonriéndole para trasmitirle una confianza que no tenía, cuando llegue al exterior me puse mis patines tan rápido como pude mientras ella me miraba fijamente desde el marco de la puerta.

― Te aseguro que no detendrás el tiempo si me sigues mirando así.

― ¡Siempre es lo mismo contigo! ― Me volvió a regañar, era algo de todas las mañanas asi que ya lo tiene bien ensayado ― No importa si te levantas dos horas antes, siempre llegas tarde.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora