CAPITULO 49: "Somebody call me wrong"

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OSIRIS BANNETT

El flujo de las conversaciones había aumentado, ya no había tantos silencios incomodos o miradas de extrañeza; eso me hacía sentir más relajada, pero aun revisaba en mi mente demasiado las palabras antes de sacarlas para ser oídas, analizadas y convertidas en objeto de crítica.

― Ire a tomar una ducha ― Bastet subió los escalones de dos en dos rápidamente ― Ahi se ven.

― Comeremos en un rato Kitty, no lo olvides.

― Eres muy regañón ― exclamó sin detenerse ― Ya te dije que dejaría de comer dulces a escondidas.

Su pelo se movía de un lado para otro, y ya iba quitándose los abrigos en el camino, todos la seguimos con la mirada hasta que desapreció de nuestro rango de visión.

― Me daré un baño, realmente lo necesito ― El rubio subió las escaleras lentamente, seguramente cansado.

― Ya se lo he preparado majestad ― oí decir a alguien que lo seguía, era Emma, quien había venido con nosotros desde Soleil.

Yo me quedé parada en medio del pasillo frente a Gray, sin saber que hacer o que decir.

Los dos nos miramos el uno al otro rápidamente.

― ¿Puedo tomar un tentempié de la cocina? ― pregunté con cuidado, señalando la dirección.

― Claro, si ― el pelinegro caminó hacia las puertas y las abrió para permitirme el paso.

No pude evitar encogerme al caminar, metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta, pensando seriamente en quitármela, pero sentí que eso me dejaría más expuesta.

― ¿Qué te gustaría comer? ― el pelinegro entró después de mí pero se adelantó para revisar la nevera ― La cena estará lista en unos  minutos, no será tan exquisita como la del restaurante de la familia Illeano, pero estará bien.

― Si ― murmuré insegura.

Tenía miedo de decir algo que sonara grosero, ofensivo o controversial, asi que me limitaba a mono sílabos, lo que de hecho, quizas sonaba como todo lo anterior.

― ¿Te gustaría beber algo caliente? ― me pregunto irguiéndose de repente.

― Si.

Me miró como si esperara una respuesta más larga, pero cuando no la recibió cerró la puerta de la nevera y se acercó a la isla en medio de la cocina, yo me mantenía alejada un poco, cerca de la puerta, si saber qué hacer.

― ¿Café?

Estaba a punto de responderle de forma afirmativa, pero la palabras no salieron, solo me quede con la boca abierta intentando hablar.

El me miró con una ceja levantada, extrañado por mi comportamiento.

― ¿Sucede algo?

― En realidad ― dije por fin ― prefiero el té.

Se me quedó viendo solo unos segundos antes de reír.

― Si, yo tambien. Bastet es quien me metió al mundo de la cafeína, pero soy ingles después de todo, sigo prefiriendo el té.

Sonreí.

― El café tiene un sabor muy fuerte y amargo...

― Si ― continuó sonriendo mientras se alejaba de la cafetera ― Tampoco entiendo que es lo que tanto le ven, yo solo lo tomo cuando necesito mantenerme despierto.

― y ya es la hora del té ― me acerqué a la barra ya un poco más confiada.

― Si, de hecho lo es. Una de las pocas tradiciones que no podido inculcar en Bastet.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora