Ron POV.
Habría dado lo poco que tengo por quedarme en Italia mucho más tiempo. Habría dado lo poco que tengo por haber tenido más tiempo para aprender italiano, para saborear las comidas, para conocer cada rincón y cada historia y, sobre todo, habría dado más tiempo por estar con ella sin tener que estar pendientes de un trabajo. En ese viaje no había nada ni nadie que pudiese distraernos, éramos solo nosotros dos, una pareja de recién casados que disfrutaba de cada rincón que visitaban. Intente con todas mis fuerzas convencer a Mar para quedarnos más tiempo, pero el trabajo siempre era lo primero en nuestras vidas, o más en la de ella.
Entro en sortilegios Weasley y no puedo evitar sonreír. Este sitió tiene algo especial que hace que la gente se sienta feliz nada más poner un pie. Aunque este sitio fue de George y Fred en un primer momento, tiempo después decidieron darme la oportunidad de unirme a este proyecto y lo hice sin pensarlo dos veces, contando claramente siempre con el apoyo de mi querida esposa, que siempre me empujó a ir un paso más allá.
¿Cómo te trata la vida de casado? —pregunta Fred mientras que coloca varios artículos con ayuda de su varita—
Me trata igual que la vida de novios, hermanito. —respondo con una sonrisa— Ya sabes que siempre hemos tenido la mejor de las relaciones y eso no iba a cambiar ahora.
Lo que Fred se pregunta es que cuando le darás a la familia otro Weasley del que hacernos cargo. —comenta George, que se une a nosotros tras terminar de cobrarle a un joven—
Mama no para de preguntarnos a nosotros y de insistirnos que quiere nietos ya. —dice Fred, poniendo los ojos en blanco— Así que nosotros te torturamos a ti.
Sabéis que yo no estoy preparado para ser padre. Ni ahora ni nunca. —comento, soltando un suspiro— Además, esto va entre Mar y yo, nadie mas.
Y una mierda, hermano. —bufa George— Todos estamos listos para ser padres aunque pensemos lo contrario y más las mujeres.
Cierto. Parece que ellas tienen un vínculo muy especial con la idea de tener hijos y nadie podrá arrebatarle esa idea. —añade Fred, dándole la razón a George—
Mar jamás me ha comentando nada de que desease ser madre o que no estuviese de acuerdo con mi forma de pensar. —digo, recordando aquellas veces que hablamos del tema y ella no dijo nada—
Porque no son las palabras, idiota. —ríe Fred—Son los actos. Esos pequeños actos son los que marcan la diferencia.
Exacto. —apunta George, dándole la razón a Fred— Hermione tiene esos pequeños actos que me dejan claro como el agua que quiere tener hijos.
Es cierto que Mar tiene una mano genial con los bebes y con los niños y siempre se gana su cariño y aprecio con solo una sonrisa. —comento, recordando todas esas veces que Mar le sonreía a niños de la calle o niños que conocía de otros aurores—
Pues ese es el pequeño gesto, hermanito. —apunta George— Ese es el pequeño gesto que demuestra lo que ella desea ser madre.
Ambos me miran con una sonrisa de ''te lo dije'' y yo no puedo evitar parar de pensar en sus palabras. Es verdad que Mar tiene una gran mano con los niños, pero ella nunca me había dicho que quisiese tenerlos. Yo siempre había sido claro con ella, así que esperaba que ella también lo fuese conmigo. Pensaba que cuando no decía nada cuando hablaba de que yo no quería tener hijos es porque ella pensaba lo mismo, no porque sintiese lo contrario y no quisiese decírmelo. Se supone que las parejas se basan en la sinceridad, así que... ¿Y si ella no ha sido sincera del todo conmigo?
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Sempiterno
RandomTras la segunda guerra mágica, Nazaret, Draco, Mar y Ron tendrán que enfrentarse a otra nueva lucha; su futuro.