Amelia Martín.

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Mar POV.

Mi descanso se acababa en apenas dos días, así  que estaba aprovechando al máximo lo poco que me quedaba, aunque realmente me alegraba de volver. Era consciente de que Ron estaba haciendo un excelente trabajo, pero me dolía ver que todo el peso cargaba sobre él. Me dolía ver como llegaba tan agotado a casa, con unas enormes ojeras y unos ojos apagados. Así que tenía claro que en cuanto volviese, Ron sería el que tendría una semana de descanso para así poder recomponerse de todo el peso que ha estado llevando y que ha sido demasiado para él. 

Aunque estaba de descanso no podía permanecer quieta durante mucho tiempo, así que me dedicaba a hacer cualquier cosa; desde limpiar la casa de cabo a rabo pasando por hacer deporte durante varias horas y terminando por aprender nuevas recetas de comidas. Así que cuando Ron llegaba exhausto a casa, esta estaba completamente limpia y un plato de comida caliente lo esperaba en la mesa. Aprovechando los pocos días que me quedan, decido ordenar tanto el armario de Ron como el mío. Cuando justo termino con el de Ron, mi móvil suena y puedo ver que la pantalla se ilumina con el nombre de Papa. 

Hola, papa. —digo, sosteniendo el móvil entre mi oreja y mi hombro— ¿Qué tal todo? Desde que cenamos la semana pasada no se nada de ti.

Hola, pajarito. —dice mi padre al otro lado de la línea, consiguiendo sacarme una sonrisa— Todo está bien y mejora día a día. Solo te llamo para comentarte algo.

Dispara. —digo, sosteniendo el móvil con mi mano—

Quiero cenar esta noche contigo y con tu hermana y, claro esta, con los chicos también. —comenta mi padre— Quiero deciros algo a todos.

Claro, papa. Dime el lugar y la hora y allí estaremos Ron y yo. —afirmo, abriendo mi armario— Que sepas que me dejas muy intrigada.

Nos vemos a las nueve en el restaurante chino al que siempre vamos. —indica mi padre— Bueno, tengo que dejarte para llamar a tu hermana. Nos vemos esta noche.

Esta bien, papa. Te quiero. —digo, parándome junto a mi armario—

Yo también te quiero. —dice mi padre y, tras eso, escucho el sonido que me indica que ha colgado—

Cierro la pagina de la llamada y le envió un mensaje a Ron para que está noche salga antes del trabajo por el tema de la cena. A los pocos segundos Ron responde al mensaje diciéndome que saldrá sobre las 7, se dará una ducha y se pondrá una ropa algo más cómoda. Dejo el móvil en el escritorio y me dispongo a ordenar mi armario, dejando a un lado todo aquello que no me pongo y volviendo a ponerlo todo en orden. Cuando termino con mi armario, son las tres menos cuarto de la tarde, así que me dispongo a bajar a la cocina a comer algo. 

Tomo el plato de pollo con verduras y lo caliento un poco, ya que lo hice por la mañana para que Ron se llevase algo de comida al trabajo. Tomo una de las sillas que hay junto a la encimera y me dispongo a comerme el pollo con verduras mientras veo un capítulo de alguna serie en el móvil. A las tres y media ya he terminado de comer, he lavado el plato y los cacharros sucios y me he lavado los dientes. Como aún es muy temprano, decido ir al supermercado a hacer la compra de lo que nos hace falta, así que apunto en una nota de mi móvil lo que nos hace falta para no olvidar nada.

Tomo mi bolso y las llaves del coche y me dirijo hacía el garaje. Decido tomar el coche ya que la lista se ha hecho bastante larga y muchas de las cosas son pesadas, así que me será más fácil ir a comprar y traerlo todo si llevo el coche. Ya que el supermercado cuenta con aparcamiento no tardo mucho en aparcarlo. Tomo un carro de los grandes y comienzo a pasar entre los miles de estantes que tiene el supermercado. Justo cuando voy a girar hacia otro pasillo, escucho esa voz tan familiar pronunciar mi nombre bien claro y alto. Tomo aire y me giro lentamente, encontrándome con Damon, quien mantiene su mirada en mi mientras sus manos están cruzadas y apoyadas sobre el carro de la compra.

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora