Cambios.

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Mar POV.

Después de la boda y de lo ocurrido en ella, el ministerio no tenía otra cosa de que hablar. Nazaret y Draco se habían ido el día después de las vacaciones a pasar su luna de miel, por lo que volverían dentro de una semana. Ron se iba a encargar del departamento de Draco y del suyo al mismo tiempo, ya que no habíamos encontrado a nadie que quisiese o pudiese sustituir a Draco, mientras que yo me haría cargo del departamento de mi hermana y de su parte del ministerio. 

Termino de darle de comer a los animales que se encuentran en proceso de curación que mi hermana tiene actualmente en su zona, en una de las enormes salas debajo del ministerio y salgo de la habitación, cerrando con llave y echando un último vistazo a través del cristal de la puerta para asegurarme de que todos están bien. Sonrió al ver que todos se encuentran comiendo de sus respectivos cuentos y tomo el ascensor para volver a mi departamento, en donde me encuentro a Ron en la puerta, con una sonrisa y con la bolsa del almuerzo.


¿Llevas mucho tiempo esperándome? —le pregunto a Ron mientras me dedicó a abrir la puerta del despacho—

He llegado hace tan solo unos minutos, no te preocupes. —responde Ron, depositando un beso en mi mejilla— 

¿Todo bien en el departamento de Draco? —pregunto, ordenado el escritorio y dejándole espacio a Ron para que ponga la comida—

Si y, hablando de eso, tengo que comentarte algo. —responde Ron mientras saca la comida de la bolsa— Mañana tengo que irme a Argentina un par de días con el grupo de investigadores que están a cargo de Draco. Parece ser que han encontrado algo que quieren que veamos, así que como Draco no está yo iré como el jefe.

Está bien, no hay problema. Seguro que Draco estaría de acuerdo con esa decisión. —digo, dedicándole una leve sonrisa— Me ocupare de todo en tu ausencia.

¿Podrás con todo tu sola? —pregunta Ron mientras mueve la silla para sentarse junto a mi—

Ron, he podido con cosas peores, esto estará chupado. —respondo, sentándome frente a él— Tu vete tranquilo, si en algún caso necesito algo cuento con muchísimas personas más en el ministerio.


Ron asiente no muy convencido ante mis palabras y comienza a calentar la comida con ayuda de la magia. Saco las bebidas y los cubiertos mientras Ron termina con la comida. Una vez que todo está en su sitio, ambos nos sentamos frente a frente y comenzamos a comer tranquilamente mientras hablamos de diferentes cosas y nos reímos ante las locuras del otro. En cuanto la comida termina, Ron me ayuda a recoger todo y a volver a meterlo en la bolsa antes de darme un beso y dirigirse hacía su departamento, donde pasara la mayor parte de la tarde. 

Me siento frente a la mesa y saco todos los documentos que tengo, tanto los de mi hermana como los míos y comienzo a revisarlos y a firmar uno por uno aquellos con los que estoy de acuerdo o con los que se que mi hermana estaría, mientras que a los que no son de nuestro agrado me dedico a meterlos de vuelta en un sobre adjunto con las razones por las que no pensamos firmarlos bajo ningún concepto. En el caso de que acepten mejorarlas firmaríamos, pero si no es así les puedes ir dando. Cuando la tarde llega y el sol va desapareciendo de mi ventana, decido volver a bajar a ver a los animales y darles de comer y de beber de nuevo y también para dejarles comida y agua para que tengan por la noche hasta el siguiente día. 

Los animales me rodean rápidamente en cuanto empiezo a echarles la comida y la bebida en sus respectivos cuencos. Con una sonrisa, me tomo mi tiempo y me detengo a acariciarlos a todos y a darles un poco de juego y, sobre todo, a curarles las heridas y cambiarles las vendas sucias por unas vendas limpias. 

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora