Señor y Señora Weasley

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Ron POV.

Pasamos entre todo el montón de arroz y flores que nos tira la gente y logramos llegar hasta el coche. Una enorme sonrisa inunda nuestros rostros y es normal, ya somos oficialmente marido y mujer. Nuestro compromiso final se había sellado definitivamente hacía apenas tan solo unos segundos. Me siento como si hubiese realizado un juramento inquebrantable, aunque en este caso no moriré pase lo que pase. 


¿Preparada para bailar hasta que te duelan los pies y comer hasta reventar, señora Weasley? —pregunto, tomando su mano y acariciando sus nudillos—

Nunca me he sentido más segura de mi misma que hoy, señor Weasley. —responde Mar con una sonrisa, observando como mis dedos se paran en el precioso anillo de matrimonio que adorna su dedo—


Sonrió y me limito a observarla y a escucharla hablar durante todo el camino. Aunque se que esto no es un sueño no puedo evitar sentir como si lo fuese. Aun me sigue pareciendo irreal que una chica como ella haya acabado siendo la mujer de un chico como yo. En cuanto llegamos, le abro rápidamente la puerta a Mar y la ayudo a salir. Nada más que entramos en el recinto donde se celebra convite y el baile, aprovechamos que le queda un poco a la comida y nos dedicamos a tomarnos fotos con todos los presentes, asegurándonos de que no dejamos a nadie detrás. Cuando casi acabamos, vimos que aún nos faltaba una persona cuya presencia nos había sorprendido. No era nada más y nada menos que Snape y es que no pensábamos que fuese a venir. De todas las bodas celebradas solo había ido a la de Draco y Nazaret, por lo que nos sorprendía enormemente verlo sentado alrededor de una de las muchas mesas redondas. 


Nos sorprende mucho verle por aquí, Snape. —le digo, quedándome de pie frente a él— Aunque nos alegra mucho tenerle con nosotros.

Si te soy sincero no quería perderme la boda de una de las personas a la que debo agradecerle estar con vida. —dice Snape, tan serio y distante como siempre, algo a lo que ya nos hemos acostumbrado con los años— Y por otro lado, sino vengo ella me habría matado.

¿Ella? —pregunta Mar un tanto confundida—

Cariño, siento haber tardado una eternidad, pero el baño estaba a rebosar de gente. —le dice una mujer a Snape mientras se sienta junto a él—


Mar y yo nos miramos sorprendidos ante el apodo con el que la mujer se ha referido a Snape. Ninguno de nuestro grupo se había imaginado que Snape volvería a amar a alguien después de lo de Lily, pero había demostrado que no teníamos razón. La mujer tiene el pelo rubio y por encima de los hombros y lleva un vestido negro de encajes que le llega por encima de la rodilla. No para de sonreírle a Snape, por lo que se ve que es una persona bastante alegre y divertida, algo totalmente contrario a lo que es Snape. 


Dejadme que haga las presentaciones. —dice Snape con una leve sonrisa— Chicos, ella es Clarise, mi pareja. Clarise, ellos son Ron y Mar, antiguos alumnos míos y, en parte, puedes considerarlos como amigos. 

Es un gusto conocerlos. —sonríe Clarise mientras nos estrecha la mano a Mar y a mi— Aunque él lo niegue, siempre me habla de un grupo de chicos que aprecia bastante. 

El gusto es nuestro. —sonrió, viendo como Snape pone los ojos en blanco ante el comentario de Clarise—Es un placer tenerte hoy con nosotros.

Espero que te sientas muy cómoda. —sonríe Mar— No quiero ser muy directa, pero... ¿Cómo os conocisteis? 

Empecé a trabajar hace algunos años en Hogwarts. El puesto de profesor de pociones se había quedado libre y como es mi especialidad no lo dude ni un momento cuando McGonagall me llamo para ofrecérmelo. —explica Clarise, entrelazando su mano con la de Snape— Conocí a mucha gente, pero él me llamo mucho la atención. Al principio solo hablábamos para cosas profesionales, luego empezamos a hacernos amigos y al final hemos acabado juntos. 

Es una historia bonita, Clarise. —digo, pasando mi brazo por la cintura de Mar— 

¿Eso quiere decir que..?—pregunta Mar, mirando a Snape—

Que tenéis delante al nuevo profesor de Defensa contra las artes oscuras. —sonríe Snape y, por primera vez en tanto tiempo, es una sonrisa sincera— Ya sabéis que deseaba mucho ese puesto, aunque ahora deseo otra cosa con más ganas. 


La mirada de Snape viaja hasta Clarise la cual, sonrojada hasta los huesos, le lanza una mirada traviesa a Snape junto con una sonrisa de oreja a oreja. 

Decidimos dejar a la pareja a solas tras una foto, ya que no queremos ser pesados ni agobiantes

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Decidimos dejar a la pareja a solas tras una foto, ya que no queremos ser pesados ni agobiantes. En cuanto terminamos con los invitados, la cena se comienza a servir. Los platos van de un lado a otro, las botellas de vino se acumulan, las risas se hacen cada vez más fuertes y la alegría inunda cada rincón de la sala. En nuestra mesa se encuentran mis padres, el padre de Mar y Amelia, Draco y Nazaret. Durante un segundo me detengo en estos últimos. Por lo que se aun no se han reconciliado, pero se que Draco le está poniendo muchísimas ganas a todo lo que hace para recuperarla, para demostrarle que fue un imbécil. Veo como no la deja ni un segundo, pendiente a lo que come, a lo que bebe y a lo que hace. 

Tras comer bastante comida y cortar la tarta para que los presentes coman, nos vamos a la otra sala para dar paso al baile nupcial y empezar la fiesta de verdad. A pesar de que hemos comido bastante, la barra también tiene comida y bebida para que los presentes sigan disfrutando. Mar y yo nos encaminamos hacía la enorme pista y bailamos Thinking Out Loud de Ed Sheeran, un tema que abre la puerta a todos los bailes siguientes y que se convierte en nuestro tema oficial. Después de eso, nos dedicamos a bailar con los amigos. Bailo con Luna, Harry, Ginny, mis hermanos, Nazaret y muchos más. Cuando Mar baila con la mayoría de todos, su padre me pide permiso para llevársela unos segundos y bailar. Acepto con una sonrisa mientras paso mi vista por todos los presentes, deteniéndome en la profesora McGonagall. Está algo más vieja, pero su sonrisa sigue brillando al igual que hace años.


Es un gusto volver a verla, McGonagall. —sonrió, situándome frente a ella—

Lo mismo digo, Ronald. —sonríe McGonagall, soltando la copa de vino— Desde que os fuisteis Hogwarts está siendo un  lugar muy tranquilo.

Creo que eso va a durar unos cuantos años más. —bromeo, sabiendo que ella es consciente del estado de Nazaret— 

Estaré encantada de volver a ver brillar a Hogwarts. —dice McGonagall—

¿Un baile por los viejos tiempos? —pregunto mientras le ofrezco mi mano, recordando aquel día que me obligo a bailar en clase por el torneo de los tres magos—

Será todo un placer. —sonríe McGonagall mientras toma mi mano—


McGonagall se levanta con cuidado y nos dirigimos lentamente hacía la pista, bailando y rememorando los viejos tiempos. Tras eso y, después de muchos bailes y diversión, Mar y yo nos despedimos de los pocos presentes que quedan aún y nos encaminamos hacía la habitación del hotel. Una habitación que será la testigo de la lujuriosa noche de unos recién casados. 


SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora