Ron POV.
La casa se me estaba cayendo encima. La cama aún seguía teniendo su olor. Aún sentía su presencia en casa a través de ese fantasma que me perseguía varías veces. El olor a ese café que ella tanto adoraba tomar aún seguía en la cocina. Cada rincón y cada objeto me recordaba a ella. Habíamos vivido tantas cosas en esta casa que era muy difícil mirar a algún rincón sin recordar algo. Me detengo en la entrada del salón, sintiendo como aquel recuerdo me invade por completo.
Faltaba tan solo una hora para que me nombrasen auror. No me sentía para nada preparado. Mar ya llevaba un año siendo la jefa del ministerio junto a su hermana y hacía tan solo un mes que había sido nombrada jefa del departamento de aurores. Yo sería la nueva incorporación, pero no solo era eso. Sería un nuevo auror que nada más tener su cargo también tendría a un grupo de aurores bajo su mando. Entre ellos se encontraba Harry, que ya llevaba un mes siendo auror. Había habido polémicas respecto a esto. Muchos se habían quejado de que alguien nuevo entrase y ya fuese el encargado, lo que me ponía más nervioso. Sabía que habría malestar, lo que me hacía sentirme aún peor.
¿Estás listo? —pregunta Mar, observándome desde el marco de la puerta—
No estuve preparado para el baile de navidad y mucho menos lo estoy para esto. —suspiro, evitando su mirada—
Es solo una simple ceremonia. —dice Mar, acercándose a mi y acariciando mi mejilla— Habrá mucho bla, bla, bla y luego te darán un puesto que te mereces.
¿Enserio crees que me merezco eso? —pregunto, observando sus preciosos ojos— Se que había mucha gente más cualificada que yo.
Y a pesar de toda esa gente cualificada que tu dices te han dado el puesto a ti, así que acepta que te lo dieron por algo. —sonríe Mar, frotando mi espalda— Porque eres mejor que todos ellos.
Sonrío y asiento ante sus palabras. Mar deposita un suave beso en mi mejilla y vuelve a dedicarme una sonrisa tranquilizadora mientras se asegura de que mi corbata este bien. Antes de que salga por la puerta la llamó, haciendo que se detenga en el marco de la puerta.
Cariño, vamos a llegar tarde, así que si no es algo urgente puede esperar hasta luego. —dice Mar con una leve sonrisa—
Déjame observarte. —le pido con una sonrisa— Déjame observarte al menos durante un minuto.
Mar se sonroja hasta no poder más y me mira con esos ojos brillosos con los que siempre me mira. Ante mi petición, obvia el hecho de que podríamos llegar tarde y se queda parada ante mi. Observó esas manos tan suaves que siempre que establecen el mínimo contacto conmigo me hacen sentir en las nubes. Observo esos ojos que me hacen sentir vivo y en paz cada vez que los miro. Observo esos labios que me transmiten todo el amor que ella siente por mi. La observo detenidamente, detalle por detalle. Observo no solo a mi novia, sino a mi hogar. Mar, que no puede mantenerse sería por más de treinta segundos, comienza a bailar y a mirarme con una sonrisa. Me rio ante sus movimientos y me enamoro aún más de esa locura que la hace ser así, tan espontanea.
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Sempiterno
RandomTras la segunda guerra mágica, Nazaret, Draco, Mar y Ron tendrán que enfrentarse a otra nueva lucha; su futuro.