CAPÍTULO 44: ENFRENTAMIENTO Y BUSQUEDA.

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AÚN EN EL RUIDO QUE PROVOCABAN LAS CHISPEANTES LLAMAS DEL FUEGO, Baghra fue consciente de la presencia de Aleksander cuándo esté todavía no había esbozado ninguna palabra. —¿Vienes por respuestas?— cuestionó despegando su mirada de la fogata para moverla hacía su hijo. 

Los puños de Aleksander temblaron por ira contenida, y Baghra notó que no lo había visto realmente afectado en mucho tiempo. —¿Dónde está el rastreador? 

—Me deshice de él en conjunto con tu esperanza de matar al ciervo. 

—Siempre tengo esperanza madre...ni siquiera tú puedes matar eso.

—Eso no es esperanza, es codicia. Ibas a usar a Alina contra el resto del mundo, lo harás con Skala. 

 —¿Te refieres a nuestros enemigos? Sin mí ellas estan sola contra el resto del mundo. Skala es el futuro de nuestra nación, Alina es el medio para lograrlo cuando sea lo suficientemente fuerte — murmuró antes de apretar la mandíbula. —¿Qué fue lo que le dijiste?— cuestionó refiriendose a la Invocadora de Poder —¿Cómo le lavaste el cerebro para ponerla en mi contra? 

La mujer rio suavemente —¿Ponerla en tu contra?— cuestiono mientras se levantaba para enfrentarle. —Solo le dije la verdad. Lo que hiciste. Lo que quieres hacer. Ella tomó sus decisiones. 

 Aleksander movió su boca en una mueca tensa —Ella es lo único que importa ahora. —reconocio —Ten cuidado, madre. Ya ni siquiera tú eres tan importante — advirtió. 

Baghra elevó una ceja —Realmente te afecta que ella te desprecie, ¿no? 

—Ella no me desprecia, sólo está entendiendo que somos nosotros contra nuestros enemigos...

—Te mientes a tí mismo de la misma forma en la que le mentiste a ella. — le cortó Baghra. Los ojos del Oscuro se llenaron de ira —Vas a perderla. 

Aleksander elevó su cabeza y cruzó las manos detrás de su espalda. —No voy a hacerlo. Ella no es como los demás. Skala es como yo, somos iguales. — sus palabras adoptaron un tinte de desesperación. Parecía un joven aferrandose a lo único que creía tener. —Nos entendemos, y lucharemos lado a lado contra quiénes quieran interponerse entre nosotros y la libertad de Ravka. 

—Entre ustedes y el poder, querrás decir— soltó la mujer para luego esbozar una sonrisa de lado. —Ella no va a convertirse en lo que tú eres. No va a traicionar a sus amigos, y lo que cree correcto por...¿qué? — le miró de arriba a abajo —¿El amor de un hombre? — se detuvo enseguida —¡Ja! Ni siquiera llega a eso, alguien como tú no ama más que el poder. No vas a convencerla de unirse a tí —pese a lo segura que sonó, en el interior se instaló una duda. Había visto en Skala el mismo reflejo de lo que alguna vez fue Aleksander: un joven brillante y poderoso. El problema radicaba en que la Invocadora tenía más de una razón para caer en el vasto camino de las sombras, y además, ser arrastrada por la mano de un amante hacía la codicia. 

Baghra esperaba que Radajok fuera lo suficientemente fuerte como para resistir a la ingenuidad que la chispa del amor brindaba. 

—El tiempo le hará darse cuenta de que no hay otro como yo. Y no hay otra como ella.—murmuro —Nos pertenecemos— dictaminó —Y está es la última advertencia que te doy, madre; mantente alejada. 

Aleksander desapareció de la cabaña justo como había entrado: entre sombras. 

















SKALA ESTABA RECLUÍDA EN SU HABITACIÓN. El Pequeño Palacio era un escándalo; habían asesinado a las "dobles" que se hacían pasar por las Invocadoras. Aquello había sido una especie de plan en caso de una amenaza, que se había cumplido. Skala no sabía mucho pero se sentía muy mal por la mujer Grisha que había muerto en su lugar y pesé a que quiso averiguar quién les había atacado no había conseguido mucha información de parte de los Corporalki que custodiaban las puertas de su recámara. Por otra parte, la desaparición de la Invocadora del Sol mantenía en vigilia a todo el Palacio. Muchas teorías recorrían los pasillos; la habían raptado, ya estaba muerta, o había escapado por una amenaza. Solo una de ellas se acercaba ligeramente a lo que realmente había sucedido.

Nadie le había cuestionado la ausencia de Dax aún, pero la pelirroja esperaba que lo hicieran. 

Luego de la discusión con el Oscuro, él se había quedado en silencio y ordenado que la escoltaran a su habitación. Skala no se resistió a aquello, no tenía caso y no quería hacerlo. Apenas llegó a la salvedad y privacidad de su recámara, se sentó a llorar por el estrés que sostuvo toda aquella semana. Por el nudo de su garganta que sentía, no le dejaba respirar. 

Masajeó sus sienes buscando conectar con Dax. No sabía si era por la lejanía o por su propio cansancio pero no podía sentirle y el no saber nada le estaba poniendo mucho más nerviosa. Esperaba que Kaz cumpliera su palabra, que Dax fuera suficiente guardia para sus dos amigos.

Esperaba que funcionará.

Cuándo la puerta se abrió repentinamente, Skala se levantó de su asiento. Aún tenía puesta la misma kefta pero había soltado completamente su cabello de las joyas que le retenían y se había quitado todo el maquillaje de encima. Ver al Apparat ingresar le sorprendió. —No tenemos mucho tiempo — declaró el hombre mientras se acercaba. 

—¿Qué hace usted aqui?— cuestiono. —No creo que los Corporalki mantengan su visita en silencio frente a El Oscuro. 

—El rey está severamente enfermo— dictaminó. Skala contuvo el aliento. 

Genya fue lo primero que pensó. 

El Oscuro

—¿Usted ha asumido el trono?— preguntó. Algo le decía que el hijo mayor del rey no lo había hecho aún. El Apparat asintió. 

—La reina está recluída por seguridad, para evitar el contagio, al igual que el príncipe heredero— informó. Skala lanzó una risa incrédula. 

Ese era su plan. Ya no servir al Rey. 

Tomar el poder.

—¿Porqué está aquí?

—Debes permitir que Alina obtenga el poder del ciervo. — aseguró. Skala elevó las cejas con sorpresa. ¿Cómo podía si quiera perdirle algo así?

Ella no confiaba en él.

—¿Qué? ¿Y hacerla esclava del Oscuro?— cuestionó. —¡No!

—No será esclava si intervienes en el ritual de emparejamiento con las astas del ciervo. — murmuró dando una mirada hacía la puerta, como si quisiera asegurarse que nadie iba a entrar por allí de un segundo a otro.

La confusión se adueñó del aire —¿Cómo podría intervenir en eso?

Los ojos saltones y desquiciados del Apparat parecían en aquel momento los más cuerdos que había visto. Su boca se formó en una ligera mueca que asemejaba una sonrisa — Escúchame atentamente...











































n/a; 

Baghra le dijo al oscuro que el no puede amar a nada más que el poder. 

Skala es la personificación del poder. 

Ahí la dejo. 

WICKED SAINTS | GRISHAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora