CAPÍTULO 50: UN FUNERAL.

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ellos están quemando a todas las brujas aunque no seas una.















LAS FIGURAS DE SKALA Y DAX ARRIBARON DE FORMA TAMBALEANTE SOBRE LA SUPERFICIE DEL MUELLE, pesé al mareo y el cansancio de interferir en las órdenes que el Oscuro daba al poder de Alina, Skala sonrió abiertamente. —¡En serio puedes viajar!— exclamó con alegría. Dax respondió su sonrisa antes de que ambos volvieran a concentrarse en lo que sucedía. La Invocadora enderezó su espalda antes de comenzar a caminar por el muelle, y mientras lo hacía, aquella lejana conversación que había mantenido con Dax en la biblioteca le llegaba a la memoria: había elegido al Primer Ejército. A su gente. Así como el Oscuro eligió a los Grisha. Skala quería una Ravka libre, pero unida, y eso se lograba con ambos ejércitos con igualdad de oportunidades.  El Puerto estaba repleto de personas, tanto soldados como civiles, y al frente de la multitud se erguía con solemnidad la figura de Zlatan, el cual, portaba un típico traje verde del Primer Ejército solo que bordeado con hilos de oro y una franja con los colores de Ravka.

—General Zlatan — saludó Skala cuándo llegó frente a él. El silencio del lugar era abismal, y todas las miradas se alternaban de ella a la Esquife que había quedado estática en el mismo lugar. El hombre parecía verdaderamente sorprendido y le evaluó con la mirada.

—¿Señorita Radajok?— cuestionó reconociéndole pobremente. Esbozó una sonrisa inquieta —Luce diferente de lo que imaginé.

—Usted luce exactamente igual que en sus carteles — respondió la pelirroja antes de mover sus azules ojos repletos de esperanza por detrás de él observando los rostros de los Soldados de Primer Ejército. Por un momento se sintió como en casa, cuando usaba rifle y arreglaba la misma camisa color crema desgastada con hilos que robaba de alguna pequeña costurera. Cuándo corría detrás de Mal para evitar que se metiera en otra pelea clandestina o cuando defendía a Alina de los malos comentarios. La pelirroja esbozó una sonrisa sincera.

—Lamento ser descortés pero...¿qué hace usted aquí? ¿Porqué la Esquife se ha detenido?

Skala movió los dedos con nerviosismo. —Creo que ambos tenemos una respuesta a eso, General. — murmuró. —El Oscuro no está contento con su idea de independencia.

El hombre lanzó una sonrisa de lado antes de poner las manos detrás de su espalda. —Y supongo que tú tampoco.

Skala negó —Yo estoy aquí para lograr un acuerdo, deseo a Ravka unida...

—Eso no va a pasar. — dictaminó el de cabello oscuro. —Y si mal no recuerdo en una de mis cartas te pedí que Oscuro no debía seguir viviendo, supongo que era mucho para tí.

Skala sintió un sabor ácido en su boca y su sonrisa flaqueó —Usted prometió un pase libre y seguro para La Invocadora del Sol y envío a alguien a asesinarle apenas tuvo oportunidad — recriminó. Era verdad que su pase tenía un precio que no había pagado, pero el hombre debía comprender su mala posición frente a aquella situación. —Solo quiero una resolución pacífica.

Zlatan elevó una ceja —¿Y para eso debo hacer qué? ¿Entregar la independencia de mi gente?

—El Primer Ejercicio responde a Ravka tanto como el Segundo. Somos hermanos. Yo misma he crecido entre las filas del Primer Ejército, soy una rastreadora...

—Tú eres una Grisha. — el tono del hombre dejó en claro que ella no pertenecía allí. Skala frunció el ceño. Se sintió desestabilizada por unos instantes. Movió su mirada hacía él rostro serio de Dax.

—B-bueno, sí, uso una kefta ahora pero sigo siendo una rastreadora y sé las necesidades que nuestro ejército tiene. Comprendo porque quieres independencia pero las cosas van a cambiar de ahora en más...

WICKED SAINTS | GRISHAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora