CAPÍTULO 46: UN AMPLIFICADOR

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EL SILENCIO SE EXTENDÍA DENTRO DEL CARRUAJE. Según Skala había oído  se dirigían a Tsibeya y rezaba con todas sus fuerzas de que no encontraran nada. No manada, no ciervo, no amplificador, no Alina. Su conexión con Dax había disminuido de una manera drástica, tanto que le mantenía muy preocupada. Era como buscar en una cueva vacía solo porque sentía el eco de alguien que alguna vez estuvo allí. No quería imaginar lo peor pero no podía evitarlo y cómo  consecuencia  de eso sus propias pesadillas habían incrementado volviendose más sangrientas, y con más personas. Dax, Alina, Kaz, Mal.  

Movió su mirada de la ventana para intercambiarse entre David e Iván. Al menos tenía la suerte de no tener que pasar el viaje a solas con Aleksander, sus preocupaciones sumada a la tensión que sentía cada vez que estaba en solitario con él no serían una buena combinación. 

La pelirroja esbozó una ligera sonrisa al clavar su mirada en el hombre de kefta morada. Sabía que era el interés amoroso de Genya, pero según había oído, no era muy listo para reconocer sentimientos ajenos, o simplemente los pasaba por alto al no saber como tratarlos, algo que no sería muy extraño al ver como era su personalidad. —Eres el hacedor más talentoso del Pequeño Palacio, ¿no? — cuestionó. 

David balbuceó ligeramente, las miradas de Aleksander e Ivan recayeron en ella. —Bueno, eso se dice... — respondió con sutileza —¿Necesita que le construya algo? 

—¿Un puente que cruce La Sombra por arriba quizás?— bromeó. Aleksander elevó las comisuras de sus labios, y David frunció el ceño. 

—Bueno, mi señora, eso no sería físicamente posible, y aunque logrará crear algo de tal magnitud nos tomaría muchísimo tiempo, pero mis habilidades no son tan...

El codazo que Iván le metió hizo que incluso Skala hiciera una mueca de dolor. Cuándo David pareció comprender lo que le quería decir la mirada del Corporalki, esbozó una sonrisa incómoda —Oh, lo siento. Era una broma, no soy b-bueno con esas cosas. 

—Descuida, creo que yo tampoco lo soy— respondió Skala. —Perdí el toque — susurró.  Movió su mirada azul hacía la ventana notando que cada vez el frío se adueñaba más de esta. 

Estaban cada vez más cerca de Tsibeya. 

"Tendrás que hacer sacrificios si quieres una Alina poderosa pero no esclava" la voz del Apparat sonó en su cabeza como un recuerdo molesto. Tragó saliva con dureza, y observo el perfil del Oscuro en el pequeño reflejo de su ventana. Sus emociones cruzadas parecían estar partiéndole a la mitad.

Moral o corazón. Dos opciones que no se llevaban de la mano en su caso. Se sentía balanceándose sobre una delgada línea que podría terminar con ella o salvarla.














EL FRÍO HABIA MENGUADO CON LA LLEGADA DEL SOL. Dax se había mantenido algo cabizbajo durante todo el recorrido que habían hecho esa mañana mientras intentaba comprender el porqué de sus nuevas emociones, y el porqué de aquel vacío que sentía en su cabeza. Sabía que quería conectarse con Skala, informarle cómo estaba todo, sentirle, pero no podía. 

Era como buscar a alguien en un lugar inhóspitamente vacio. 

No había nadie más en su cabeza que él. 

—¡Hey!— un jadeó proveniente de Alina llamó la atención de ambos hombres. —Miren...

Varios cuerpos blancos salieron de entre los árboles, doblando sus gráciles cuellos para mordisquear la hierba que había al borde de un claro nevado. En medio de la manada de Morozova se hallaba un enorme ciervo blanco. Les miró con grandes ojos oscuros, y sus astas plateadas  centellearon bajo la luz del sol. 

WICKED SAINTS | GRISHAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora