Su teléfono sonó repentinamente, lo que le resultaba extraño ya que eran las 6 de la tarde. Louis seguía trabajando y tenía una estricta política de no usar el teléfono para asuntos personales de segunda necesidad mientras laboraba. Su hermana le había llamado tan solo unos minutos atrás, por lo que se quedaba sin opciones de posibles personas que pudieran escribirle. Realmente no era mucho de socializar, no porque fuera introvertido o tímido, simplemente disfrutaba de su propia compañía, aunque tenía que aceptar que el plan de beber y fumar hierva con su mejor amigo, el cual se escapaba de su inestable hogar dejando sola a su fastidiosa esposa, era una de sus cosas favoritas en su monótona vida.
Número desconocido:
-¿Quiere salir a dar una vuelta?
Eso en definitiva era algo totalmente nuevo para él.
-Creo que tiene el número equivocado. – Envió el mensaje a ese misterioso número, pero enseguida su teléfono empezó a sonar, lo estaba llamando. Una parte de él se encontraba temblando. No era normal que un completo desconocido consiga tu número y te invite salir, pero por otro lado podría tratarse de una de esas extorciones baratas que hacen las personas para conseguir dinero fácil. – Uy, mira como tiemblo con tu extorción de mierda, consigue un trabajo y deja de reventar las pelotas. - Dijo al contestar la llamada.
-Señor Malik – dijo una voz grabe al otro lado de la línea.
-Li-liam? Lo- lo siento, no fue mi intención. No tenía tu número y pensé se trataba de una broma de mal gusto, no es que piense que revientas las pelotas, o tal vez sí, pero en otro sentido. Pero agh yo, no sé, lo siento. – Se había convertido en más nervios que persona. Desde la incómoda interrupción del viernes, no creyó volver a tener comunicación con ese castaño.
-No te preocupes. – rió - Es bueno saber que tomes tus precauciones y bueno sé que es muy repentino y si dices que no, está totalmente bien, pero como dije en el mensaje: te gustaría ir a dar una vuelta?
-Emm justo ahora? Sí, porque creo que no tengo nada que hacer.
-Excelente, paso por ti en 40 minutos. Envíame tu ubicación por mensaje.
Acababa de tomar la decisión más imprudente de su vida, salir con el hombre que le había chupado el pene en los baños del antro, sin saber nada más que era amigo cercano del jefe de su mejor amigo, y por lo visto tenia poder. Pero, que tal si se trataba de uno de esos fetichistas locos millonarios, que tenía fantasías sexuales de lo más retorcidas, con personas de razas distintas; pero demonios tenía que aceptar que se trataba de un malditamente guapo millonario, además de contar con una boca muy talentosa.
Tomó lo más decente que se encontraba en su armario, sin verse muy ostentoso; unos jeans negros y una camisa gráfica, que había comprado unos días atrás con sus botas negras, se roció colonia y antes de salir de su departamento, tomó de su mesa de noche un condón que guardo en su bolsillo trasero. Prefería verse desesperado, que en el hospital, muriendo a causa de una enfermedad de transmisión sexual.
Al salir, se encontró con un hombre que vestía unos pantalones grises, con una ceñida camisa blanca que hacía resaltar los definidos músculos de sus brazos cubiertos por tinta y sus pectorales. Tenía la espalda recargada sobre un camaro zl1 de un pulcro negro esmaltado. No sabía qué lo intimidaba más: si el auto o el dueño. Pero, tenía por seguro que ambos le gustaban, solo no lograba descifrar cuál le gustaba más.
Ambos apretaron los labios a manera de saludo, mientras el castaño le abría la puerta del precioso vehículo. El motor se encendió con un fuerte rugido que terminó con el silencio del vecindario. Una vez que el carro se puso en marcha, pasaron unos minutos y ninguno de los dos había dicho palabra alguna, Liam tenía su vista centrada en el camino, mientas que Zayn estaba en su teléfono celular, lo que parecía ridículo, porque lo único que lograba hacer, era pasar fotos de su galería una y otra vez.