Una espesa nube de humo con olor a tabaco y hierba envolvía el lugar, permitiéndole nublar sus pensamientos a medida que esta se extendía por cada esquina del salón. Imágenes intermitentes bombardeando su cabeza, dejándolo en un limbo por semanas.
"Feliz aniversario, Lou"
"Para usted también, señor Harry Tomlinson"
"Seremos libres"
"Te veo a las ocho afuera de tu casa"
"No me digas que no lo sabías. Contestaste esa llamada mientras estábamos en Nueva York. Lo sabías, no me mientas y no te mientas a ti misma."
"ESTOY EMBARAZADA, CARAJO"
En ese momento sintió como su alma se desprendía de su cuerpo material, perdió la conciencia de sus acciones y su mente había quedado en blanco. Trató de correr hacia la mujer, pero había olvidado como moverse, las puertas del ascensor se cerraron perdiéndola de vista. Logró voltear la cabeza, todo parecía ir en cámara lenta a pesar de que sus pensamientos iban extremadamente rápido. Y ahí, justo atrás de é,l se encontraba ese hombre alto, con unos cálidos ojos esmeralda, que tan solo un par de minutos atrás, lo veían como si de su posesión más preciada se tratara, con una mirada resplandeciente y una dulce sonrisa. La diferencia era que ahora el suave y reconfortante calor, había sido apagado por una tormenta invernal cayendo a bajo cero. Su semblante no mostraba emoción alguna, era solo un cuerpo ocupando su espacio correspondiente.
- Harry, Harry, mírame. Harry. – el castaño contenía las lágrimas mientras acariciaba el rostro de su amante en busca de alguna respuesta, pero esta no llegó.
Una lagrima se deslizaba por la mejilla del vicepresidente hasta caer al suelo, sin embargo seguía sin demostrar emoción alguna, ignorando el cuerpo de la persona a la cual había decidió entregar su vida hacía un mes atrás. Comenzó a caminar a costa de las suplicas del abogado, "Te amo. Por favor, dime algo, So" "¿Harry? ¿Estás escuchándome?" "Harry, por favor, no me sueltes". Cada una dolía más que la anterior, pero en algún momento todas fueron bloqueadas, sabía que él lo estaba siguiendo, sabía que aún rogaba por un "te amo" de su boca, pero había dejado de escucharlo. Todo era eco a su alrededor, estaba aturdido por la situación; el último recuerdo que quedó de ese día, fue haber subido a su carro y arrancar mientras veía como el cuerpo de su esposo se desplomaba por su retrovisor.
- LOUIS – un ardor en su piel, lo trajo de vuelta a la realidad – Auch... – se quejó acariciando su mejilla golpeada
- Perdón, no quería hacerlo, pero te perdiste. Solo mencionamos su nombre una vez y pasaste a otro plano.
- Perdón, ¿qué estaban diciendo?
- No esta bien que estes así. Alguien que va a ser padre, no se esconde en la casa de sus amigos por semanas para drogarse y emborracharse, Lou.
- No me llames así, Zayn.
- Él tiene razón, Louis. Te la has pasando diciendo que serás padre, pero no parece que quieras serlo. Puede que no te conozca tanto como mi novio lo hace, pero por él y por mi mejor amigo, sé que la idea siempre te había gustado.
- Y me gusta. Voy a ser papá, Liam.
- Louis, deja de mentirte, carajo. Que repitas todo el día eso, no te hará cambiar las cosas, solo te estas lastimando más. Vas a ser padre, claro que si, y por más que digas que esa idea te agrada, lo que te esta matando es la persona con la que compartirás tu paternidad. El chiste se te salió de las manos y no, ahora no, desde el día de tu boda con ella. Nunca quisiste hacerlo y aquí están las consecuencias.
