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¿Era demasiado pedir un poco de tranquilidad en este lugar?. Bufé mientras me dejaba caer en la cama, el tema de las chicas en busca de mi guardaespaldas había cesado despues de un par de días, no sabia si Cesar lo habia solucionado o si habia sido Ethan, pero lo que si sabia era que estaba sumamente agradecida por ese hecho, tenia mil cosas en la cabeza para preocuparme por algo más.

—¿Lista para mañana en la noche?—mire a mi esposo

—¿Que pasa mañana?—me senté—¿Tengo algun compromiso oficial?

—¿Como no te acuerdas de lo que pasa mañana?—comenzo a reírse—estas demasiado perdida en el tiempo

—La coronación me está matando—negó con la cabeza sin dejar de reírse de mi falta de atención al tiempo

—Mañana es 24—segui mirándolo sin saber a lo que se refería—¿De verdad?

—No entiendo—me quejé

—Cielo, es 24 de diciembre—fruncí el ceño—es noche buena—abri la boca cayendo en la realidad—¿Como pudiste olvidarlo?

—No lo sé, mi cabeza no deja de pensar en la coronación, olvidó que ese día también es mi cumpleaños por todo el estrés que me esta causando esa fecha

—Pero hace un año hicieron la ceremonia de asignación en la misma fecha

—Por que no era algo que dejará mucho peso en mis hombros, siendo princesa dirijo algunas cosas del país y apruebo cosas que el primer ministro ya examinó—pause un momento para arreglar mi cabello intentando distraerme un segundo—cuando sea la reina toda mi vida cambiará de un segundo a otro, nada volverá a ser como antes—seguí

—Sabes que siempre me tendrás a mi cada que no puedas con todo, no estaras sola en todo esto, como tu esposo, mi deber es apoyarte y cuidarte, quiero que lo tengas en cuenta siempre—lo miré

—No sabes cuando me alegra haberte conocido, no se que hubiese hecho sin ti—sonrío

—Creeme, hubiese movido mar y tierra para volver a tí—sonreí—ven, tengo algo para tí—me tomo de la mano e hizo que lo siguiera hasta el closet

—¿De que se trata?

—Ya lo verás—busco entre sus cosas—aqui lo tenemos—se hizo aun lado y me dejó ver lo que escondía

—Dios...—murmure al ver un vestido sumamente hermoso ante mis ojos, podía ser un regalo poco habitual pero era el mismo vestido que había visto en una de las tantas salidas que tuve con Ethan cuando estuve en Dinamarca pero se había agotado cuando intenté comprarlo—pero, estaba agotado, ¿Como lo conseguiste?—lo mire

—¿Alguna vez te dije que ser hijo de un duque tenia sus ventajas?—sonreí aguantando mis ganas de besarle toda cara—mi madre conoce a la diseñadora y no se negó en conseguir un vestido cuando se lo pedí

—Ethan...

—¿Te gustó tú sorpresa?—una pequeña risa se escapó de mis labios

—Gustarme es una palabra muy pequeña—me acerque a él—muchas gracias, me encantó—bese sus labios

—Me pone feliz que tú estes feliz, esa es la mejor forma de agradecerme

—¡Ay es que no puedo quererte mas!—exclame antes de volver a besar sus labios

¿Como puedes ser tan egoísta?, no lo quieres pero tampoco lo dejas seguir con su vida. ¿Que tan infeliz tiene que ser para que tú seas feliz?

“No voy a permitir que lo sigas destruyendo, si quieres que termine con esto, tú tienes que devolverle su libertad.”

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•Realeza en México•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora