GREDEL

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Las primeras tomas, las realizaremos en el balcón de la suite donde se aloja Carvalli. Así que, nada más entrar a éste impresionante sitio, mi equipo de preparación me conduce directamente al cuarto de baño, sin darme tiempo para apreciar la decoración de la habitación.

El cuarto de baño es una espaciosa habitación en colores sobrios de granito pulido en blanco, negro y beige. Cuenta con dos lavados que dominan toda una pared, enormes espejos con lámparas incrustadas a los lados. Una amplia bañera con bordes negros situada justo debajo de una lámpara de araña de fibra óptica, impresionante.

Kirsten y Jo dejan las cosas encima de una de las repisas del lavabo. La ropa que usaré en la sesión, cuelga de las perchas. La bañera está llena de perlas blancas y huele a gel aromático. Me quito mi ropa y me ayudan a poner un vestido suelto color blanco, largo y sedoso.

Me cepillan el cabello y aplican muy poco maquillaje.

—Luzco recién levantada—me quejo al apreciar el resultado en uno de los espejos.

Tanto Kirsten como Jo sueltan una risotada.

—Te envidio si así amaneces de guapa, Gredel—murmura Jo, divertida—. Yo soy todo un desastre por las mañanas.

—Yo creo que todas lo somos, incluso Gredel pero es el efecto que se les quiere dar a las primeras fotos, cariño—responde Kirsten, aplicándome brillo. Me examina con ojos críticos—. Luces más vulnerable con ése aspecto.

—Me siento vulnerable.

Salgo del cuarto de baño descalza y me encuentro a todo el equipo, esperando. Encima de la cama hay un sombrero blanco de copa ancha, lo cojo y me lo pongo.

—Adorable—reconoce Mariann. Su compañero se encuentra a su lado y lleva puesto un traje informal en color blanco, camisa azul y corbata a juego. Nos mira—. ¡Bellísimos!

Mark nos indica ir al balcón, para aprovechar la radiante mañana de principios de Noviembre. Sus órdenes son: que me incline sobre la barandilla de hierro oscuro, admirando el paisaje de Hyde Park y Daniel coloque una mano en mi cintura y la otra apoyada también en la barandilla, mostrando los relojes. Quiere que demos la apariencia de una pareja de "enamorados".

—Perfecto, chicos—dice Mark—. Ahora necesito otras más.

Nos pide sentarnos en el mullido sillón que se encuentra en la terraza. Kirsten corre para pintar mis labios color rojo y eliminar el exceso de brillo del rostro de Daniel. Todos observan muy atentamente.

—Miren hacia la cámara —pide Mark—. Daniel quiero que apoyes tu mejilla en la espalda de Gredel. Tu mano sobre su hombro y mires fijamente hacia acá—indica con señas—. Gredel, echa tu cabello a un lado para que no cubra los relojes ni el rostro de Daniel.

Luego nos pide acercarnos a la pilastra del ventanal, donde apoyo la frente, estudiando a Daniel que se encuentra a mi derecha.

—Entonces, ¿hace mucho tiempo que conoces a Carvalli?

Daniel se muerde el labio inferior, mirándome a los ojos. Tienen unos grandes ojos color miel mezclados con verde y ligeramente rasgados.

—¿Quién eres? ¿Su novia?—acaricia mi cabello—. No creo que te importe.

Frunzo el ceño. ¡Vaya con éste tipo! Pero si es un total grosero.

—¡Chicos, atención!—nos grita Mark.

Siguiendo las órdenes de Mark, Daniel envuelve mi hombro con una de sus manos y se inclina sobre mi rostro, dando la impresión de estar a punto de besarnos. Su aliento huele a una mezcla de menta y cigarrillos.

Mi manera de necesitarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora