En otra generación

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Adv. Stony indirecto (?) 

*

Pepper despertó, había escuchado algunos ruidos en la azotea y se sintió un poco inquieta. Apartó las cobijas de su cama y bajó de ella aún un poco somnolienta. Tras ponerse la bata y sus pantuflas salió hacia el pasillo.

—VIERNES, luz—murmuró y las luces de la sala se encendieron, todo parecía normal, pero por si las dudas, pidió a la IA que alertara a Happy.

—No debe ser más que un gato—dijo Happy del otro lado de la línea—, pero si te sientes mejor, iré a ver.

—Te lo agradecería—dijo Pepper, aunque sabía que no tenía que preocuparse demasiado, su hogar tenía seguridad, la mejor de todas, diseñada por su difunto marido.

El recuerdo de Tony, lejos de convertirse en una lágrima, se transformó en una sonrisa que acompañó a su mirada, la cual encontró en automático la fotografía de Ironman. Doce años, se dijo, habían pasado doce años desde su partida. El mundo se mantenía estable, y gracias al corto regreso de Steve Rogers para dar instrucciones, precisamente, doce años atrás, la nueva generación de vengadores había hecho su trabajo.

La vieja guardia de vengadores continuaba como mentora de los nuevos. Los guiaban con los valores y entereza de sus primeros líderes. Los vengadores, desde el cielo que, desde hace seis años, seguramente compartían, debían estar orgullosos de su obra. A pesar de ello, el mundo aún los extrañaba. Los homenajes a Ironman, Capitán América y Black Widow eran siempre eventos solemnes.

Happy llegó poco después, Pepper le sonrió con tranquilidad, pero la expresión de su amigo la sacó de la paz que había alcanzado con sus pensamientos.

—¿Qué sucede, Happy?

—Acabo de ver algo despegando del techo—dijo Happy—. Dime que Morgan está en su habitación.

Pepper suspiró.

—¡Esa niña! —Exclamó al tiempo que echaba a correr hacia la habitación de su hija.

***

—¡Wow! ¡Estabiliza ese propulsor, VIERNES!

Enseguida, señorita

Morgan surcó el lago frente a su hogar y voló un poco más allá.

—Fija las coordenadas hacia la ciudad—pidió mientras intentaba controlar su propio vuelo.

Esa era la primera armadura que hacía desde cero, por supuesto, había usado algo de los diseños de su padre, pero había hecho algunos ajustes para que el traje fuera más ligero y flexible. Esperaba que su madre estuviera durmiendo, porque de otra manera acabaría castigada, sin acceso a la cochera por, al menos, dos meses. Si su padre estuviera vivo, seguramente éste le dejaría saltarse el castigo.

Las luces de la ciudad aparecieron en su campo de visión y sonrió. Daría una vuelta y regresaría. Esperaba no meterse en problemas, pero las cosas, como siempre, solían salirse de su control.

Falla en el propulsor de la pierna izquierda—escuchó la voz de VIERNES alertándola de un desperfecto mecánico.

Morgan frunció el ceño e intentó reducir la velocidad para buscar equilibrio. Pero se vio obligada a aterrizar. Lo hizo en una calle despejada y desierta. Caminó con ella hasta un callejón entre un edificio de departamentos y otro. Ahí se la quitó y se agachó para revisar el desperfecto.

—Diagnostico, VIERNES.

Parece una fuga en el ensamblado, señorita.

Morgan torció la boca y revisó las conexiones. Su armadura era un prototipo no realizado con la nanotecnología del traje de su padre; básicamente, porque su madre no le dejaba usar esa tecnología aún. Así que había algunas partes análogas en su armadura. Por otro lado, le entusiasmaba recorrer el camino de su padre en cierto sentido: construyendo armaduras cada vez más sofisticadas. De alguna manera, cuando trabajaba en ellas, se sentía más cerca de él que nunca.

Stony Series Vol. 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora