Four

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T/n Jones

La escuela por fin había terminado, tome mis cosas de mi ultima clase y salí de mi salón para comenzar a caminar por los largos pasillos del colegio.

Al salir del colegio estaba a nada de dirigirme hacia el colegio de mi hermano pero mire a Karla. Estaba en la esquina, mirando a sus lados, es como si esperaba a alguien.

Con mucha curiosidad me acerque ella y cuando estoy lo bastante cerca la llamo.

— ¡Karla! — Grito y ella me mira con una sonrisa.

— ¿Qué pasa T/n? — Pregunta con una sonrisa.

— ¿Qué te pasa a ti? ¿Por qué miras a todos lados? — Pregunto curiosa y confundida.

— Es que estoy esperando a James, hoy cumplimos 1 mes de que el sea mi Sugar Daddy y dijo que me tenia una sorpresa — Dijo con emoción.

— ¿¡Un mes!? — Digo sorprendida —

— Si, el dijo que vendría por mi así que lo estoy esperando — Dice volviendo a mirar a todos lados.

— Bueno me gustaría esperarte pero tengo que ir por mi hermano al colegio, no quiero que le pase algo — Digo tratando de que me comprenda y eso hace.

— No te preocupes, puedo esperar sola — Sonreí y yo asiento ligeramente.

— Bien, nos vemos el Lunes — Digo para luego darle un beso en la mejilla — Te cuidas Karla — Dije mientras que me iba.

— ¡Eso hago! — Grita con una sonrisa.

Yo comienzo a correr hacia el colegio de mi hermano, en todo este día se me esta haciendo tarde para todo. Corro y corro todo lo posible para llegar a tiempo.

Cuando estoy cerca del colegio de mi hermano me doy cuenta de que la maestra Miel esta consolando a mi hermano, el no para de llorar y yo al verlo llorar apresuro mis pasos hasta llegar enfrente de ellos.

— Lamento mi tardanza — Digo tratando de tranquilizar mi respiración.

— ¡T/n! — Grito Mati mientras que corre hacia mi.

Sus pequeños brazos me envolvieron y yo solo sonreí agitada mientras que acariciaba su cabello.

— Gracias por cuidarlo — Le agradezco y ella niega sonriendo.

— No hay problema T/n, cuando quieras — Dice y yo sonrió.

— Mati — El me mira — Despídete de la maestra Miel que nos tenemos que ir a casa — Digo con una ligera sonrisa, apartando su cabello de su frente.

El solo asiente y corre hacia la maestra Miel para darle un abrazo.

— Nos vemos el Lunes maestra Miel — Dice tiernamente.

— Nos vemos Mati — Dice la maestra.

— Una vez mas gracias, no sabe cuanto le agradezco — Digo mientras que tomo la mano de Mati.

— No hay problema — Sonríe.

— Bien, nos vemos el Lunes — Mati agita su mano, despidiéndose una vez mas de su maestra.

Nos alejamos del colegio y comenzamos a caminar hacia la casa. El iba muy feliz, brincando ligeramente mientras que tomaba mi mano y miraba a su alrededor.

Yo solo estaba pensando en si ir o no ir a ese lugar. Estaba indecisa pero necesitaba el dinero de ya. Mire a Mati con una sonrisa y decidí que era le mejor opción.

[...]

Al llegar a casa Mati corrió hacia adentro para luego dejar su mochila en una silla y correr hacia el cuarto de mama. Yo mire de reojo la cocina y pude ver que la comida que le deje a mama aun estaba ahi, no había comido nada.

Di un suspiro para luego caminar hacia la habitación y al entrar sonreí mientras miraba como Mati movía ligeramente a mama.

— Mami, mami — Dijo el muy feliz y mi madre apenas pudo abrir sus ojos mientras que mostraba una ligera sonrisa — Hoy la maestra Miel nos pidió que dibujáramos lo que mas queríamos y yo te dibuje a ti junto con T/n — Dice emocionado mientras le muestra el dibujo.

Ella solo sonríe mientras mira más a detalle el dibujo — ¿Y tu padre? — Pregunta y mi sonrisa se esfuma — El no merece ser amado, es un hijo de puta, me dejo por una zorra, los abandonó. No nos quiso y nunca lo hizo, no le importamos, no le importe ¡Lo odio, lo odio! — Comenzó a gritar y yo tome a Mati.

Tome rápidamente a Mati y lo saque de la habitación de mama. Abrace fuertemente a Mati mientras que ambos escuchábamos el sonido de como mi madre tomaba cosas y las lanzaba al suelo o a las paredes.

— ¿Por qué mama se comporta así cuando habla de papa? — Pregunto Mati muy confundido.

— Es un tema muy sensible para mama el hablar de papa. Papa le rompió el corazón a Mama, ella siempre pensó que su amor seria para siempre y papa siempre la estuvo engañando con otra mujer y eso le dolió mucho a mama, ella si lo amaba, demasiado — Digo triste y Mati me abraza.

— No quiero que te vallas, no quiero que nos abandones como lo hizo papa — Me pidió con lagrimas en sus ojos.

— No lo hare Mati — Sonreí levemente y limpie sus lagrimas — Ven — Tome su mano y ambos caminamos hacia la mesa para poder sentarnos — Tengo que ir a trabajar — El asiente — Tienes que cuidar a mama y la casa por mi ¿Sí? — El vuelve a asentir — Solo por esta vez serás el hombre de la casa y la cuidaras mientras que yo no este — Sonreí con emoción.

— Seré el hombre de la casa, cuidare a mama y a ti de todo mal, como un verdadero hombre lo hace — Dice feliz — Las cuidare del feroz dragón, seré su caballero y no dejare que nada ni nadie les haga daño — Yo rio de ternura.

— Así es — El me mira sonriendo — Los caballeros hacen la tarea también así que córrele, quítate el uniforme y pinte algo mas cómodo para que hagas la tarea ¿Bien? — El asiente para luego dirigirse a la habitación.

Mientras que Mati se cambia yo preparo algo para que coma mas tarde, al terminar veo como Mati ya se encuentra sentado en una silla mientras que saca sus cosas de la mochila.

Sonrió y me dirijo hacia la habitación para ponerme mi ropa para el trabajo. Al terminar de vestirme salgo de la habitación y me dirijo hacia Mati.

— Ya me tengo que ir, nos vemos mas tarde ¿Bien? — El asiente.

— Bien — Afirma sonriendo.

— Nos vemos y no olvides cuidar a mama por mi — Grite mientras que abría la puerta de la casa.

Al salir de casa comencé a caminar pero no hacia la pequeña cafetería donde trabajo si no que comencé a caminar hacia un lugar donde no esperaba ir.

Seguí caminando hasta que llegue a mi destino. Me sentía demasiado pequeña frente al gran edificio, es obvio, eso es un edificio y yo soy una humana, obvio es mas grande eso que yo pero me siento aun mas pequeña al recordar de quien es la empresa.

Muerdo mi labio inferior delicadamente por los nervios, miro la tarjeta de presentación que me dio aquel chico llamado Aidan para luego mirar al gran edificio frente a mi y suspirar para comenzar a caminar hacia adentro del edificio.

Dios protégeme de todo mal. Amén.

𝐌𝐲 𝐬𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲 © [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora