Relatos de una madre primeriza - Melizabeth

008: Celos.

Miserable: Como cuando te sientes reemplazado, ya sea por un desconocido o tu propio hijo.

[🦋]

—Entonces déjame ver si pude entender...

—Mjum

—En un año y cuatro meses, desde que tienen al bebé, ya lo han perdido tres veces, en su propia casa y en el centro comercial, casi quemas la casa cuatro veces, no supieron darle la comida a Tristan, casi les arranca los cabellos y les saca un ojo, se trago un bloque de juguete y tuvieron que salir corriendo al hospital, te desmayate por comer de la comida de Meliodas y perdiste tu dignidad una buena cantidad de veces. —Yo solo asentía a todo lo que Derieri decía, excepto a lo último, yo en ningún momento perdí mi dignidad... Supongo.

Derieri y yo somos amigas desde hace mucho, y justo ahora nos encontrábamos paseando por el parque después de mucho, realmente mucho tiempo sin vernos. Yo llevaba a Tristan en mis brazos y ella iba caminando a mi lado mientras se tomaba un batido de durazno, de vez en cuando le daba un poco al bebé. Nos sentamos en una banca a descansar un rato, mientras yo ponía a Tristan en el suelo.

Para la edad que tiene Tristan, un año y cuatro meses, ya sabe caminar, un poco torpe, pero ya lo hace. Suele tropezarse y caer, pero siempre se levanta, así que no me preocupo de que llegue muy lejos.

—Cuéntame de ti, D —Dije, poniendo toda mi atención en ella. Termino su batido dejo el vaso a un lado mientras ponía su mirada en mi con una sonrisa.

—Solo mira esto —Subió su mano izquierda mostrando un hermoso anillo dorado con un rubí en ella. No pude evitar emocionarme y antes de decir algo me lancé a abrazarla.

—¡Felicidades! ¿Con Monspeet, cierto? —Fue lo primero que dije al separarme de ella. Derieri asintió muy feliz, ella abrió la boca para decir algo más, pero una sombra alta que nos tapo de repente llamó nuestra atención. Ambas miramos al frente encontrándonos con un hermoso chico alto.

—Bonjour, excusez-moi, mais vous ne savez pas où se trouve le bar “Boar Hat”?

Derieri y yo nos vimos con cara de no entenderle ni mierda.

Al parecer el joven era un francés, uno muy lindo a mi parecer. Me quedé mirandolo unos segundos en silencio, más bien admirandolo, ni yo ni Derieri decíamos nada aún. Hasta que me di cuenta de que él joven aún esperaba una respuesta y yo solo lo miraba como una boba.

—¿Disculpe? No hablo francés...

—Oh, lo siento mucho, mil disculpas, es la costumbre —Su español no era el mejor, pero tampoco era tan malo, con su acento francés le daba un toque divino. Le regale una sonrisa haciéndole saber que no importaba— De casualidad Mademoiselle, ¿No sabe donde queda el “Boar Hat”?

—🦋—

Tristan, a pesar de ser un bebé, podía entender alguna de las cosas que pasaban a su alrededor. Y sabía cuales les alegraban y cuales les disgustaban.

Así que cuando vio a su papá abrazando a su madre y haciendola reír mientras le deba pequeños besos por toda la cara supo que eso no le gustaba. No le gustaba lo pegajoso que podía ser su padre con su madre, como cuando estaba tocando sus pechos, pechos que debían ser para él comer, no para que su padre los manipulara a su antojó.

Fruncio el seño e hizo un puchero que lo hizo ver aún más tierno cuando vio como su padre se apoderaba de los labios de su mamá, no sabía por qué, ni que hacían, pero no le gustaba. Así que supo exactamente que hacer.