014: ¿Por qué el Kiane no cuida a Tristan?

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[King]

—... Y su mamila es cada tres horas, y sus horas de dormir son cada dos y media —Decia Elizabeth, hablandome a mi mientras que mi querida novia le hacia muecas tristan sin prestar atención. Giré los ojos y suspire, Meliodas y Elizabeth llevaban rato explicándonos cómo cuidar a Tristan con la triste excusa de hacer que se les hiciera tarde o yo que sé, se niegan a irse y dejar a Tristan, es la primera vez lo que dejan con alguien más.

—Por milésima vez, ya entendimos —Dijo, para mi sorpresa, Diane, que ahora tenía el seño fruncido y un mohín en sus labios. Al parecer si estaba prestando atención. Tristan, aún en los brazos de Elizabeth, puchereo al dejar de recibir atención.

—¿Están seguros de que lo cuidarán bien? —Hablo ésta vez Meliodas. Yo me le acerque y le puse una mano en la espalda mientras lo empujaba suavemente hacia la puerta.

—Que sí —Me quejé—. Tampoco es cómo que seamos un desastre, ¿Ok? Fuimos los únicos de nuestra clase que lograron cuidar de su huevo sin romperlo, sabemos que hacer. No ha de ser muy diferente.

—¿Estás comparando a nuestro hijo con un huevo?

—Ya, tienen que irse o perderán su cita con el viejo ese.

Meliodas giró los ojos.

—No le digas viejo a Zaratras, cuarenta y nueve años no son muchos y es tu jodido jefe.

—Si, si, ya —Intenrrumpio Diane—. Dejen de alargar esto, sé que les preocupa lo que le pase a su hijo en su ausencia, pero nada malo le va a pasar —Yo agarré a Tristan de los brazos de Elizabeth y Diane comenzó a empujarla hacia la puerta donde estaba Meliodas. Les pasamos sus bolsos y nos paramos lado a lado frente a ellos con sonrisas en nuestras caras—. No se preocupen, ¿Va?, su melizabethsito está buenas manos.

Si las miradas mataran, Elizabeth ya habría pulverizado a Diane.

—No le digas así.

Meliodas le puso una mano en el hombro a su mujer antes de nos arrebatara a Tristan, a quien abracé con fuerza en mis brazos. Seguido de eso comenzó a hablar otra vez...

—Bien, nos vamos, cualquier cosa nos llaman. O mejor-

—Que sí, que sí —Lo interrumpí—. Ya, chao —Seguidamente les cerré la puerta en la cara y exhale—. Dios, que intensos.

(🦋)

—Mmm... ¿King? —Dejo de leer el periódico y miro a Diane que viene con tristan en sus brazos. Le hago un gesto para que hable y me entrega a Tristan, por el olor ya sé qué es lo que quiere. Oh, no—. Yo no sé cambiar pañales, así que tu te haces cargo de eso, ¿Si? Ya después yo lo alimento y lo duermo. Es tú turno.

Antes de poder reclamarle sale corriendo escaleras arriba.

—¡¿Y qué te hace creer que yo sí sé?!

(🦋)

Pongo a tristan en la cama, busco un pañal nuevo y las toallitas, Elizabeth dijo algo de que había que echarle un ungüento, pero olvidé el nombre, así que no lo voy a utilizar. Bien, esto será rápido. Desabrochó el pañal, levanto las piernas y paso cómo siete toallitas para limpiarle la cola, pero en el camino desgraciadamente me llené de excremento y cuando me voy a limpiar las manos olvido quitar el pañal sucio y tristan se vuelve a ensuciar la cola.

Mierda. Literalmente mierda.

Tómo aire y vuelvo a levantar sus piernas, paso otras cinco toallitas, quito el pañal sucio y procedo limpiar mis manos porque otra vez me llené. Meliodas me explicó que si dejaba que le pegara mucho aire sin el pañal me podía orinar porque ya a él le había pasado así, en su momento me reí con Ban de eso, pero cuando el orine de tristan me cayó en la cara quise llorar. Me limpio la cara escuchando las mini risas del pequeño tritan de sólo cinco meses.

Le hace gracia mi sufrimiento.

Intento recordar cómo me dijo Elizabeth que se ponía el pañal. Levanto sus piernas y paso el pañal por debajo, es raro, porque aparentemente se abrocha hacia atrás, pensé que era hacia adelante, pero creo recordar que Elizabeth dijo que los dibujos van hacia atrás, creo. Da igual.

En fin, así es cómo se limpia un bebé. Siganme para más consejos.

(🦋)

Miro atentamente el frasco de leche leyendo lo que dice. Ya es la hora de que Tristan coma. Bueno, lo era hace una hora, pero cómo no lloró no nos dimos cuenta hasta ahora.

—Veamos, aquí dice que hay que batirlo durante un minuto antes de prepararlo.

Diane que carga al bebé suspira y niega.

—De acuerdo —Veo cómo toma de la cintura a Tristan y lo empieza a sacudir de arriba a abajo. Entro inmediatamente en pánico. Creo que esto es precisamente lo que Meliodas y Elizabeth temían, jaja... Pero, un error lo comete cualquiera, ¿No? Y ellos no deben enterarse de esto.

—¡Cariño, no! —Me acerco lo antes posible a ella y le quito a bebé, quién ríe ante la reciente sacudida— La leche. Hay que batir la leche —Abrazo protectoramente al bebé mientras ella gira los ojos y va a por la leche.

—Ah. Pudiste haberlo dicho antes, casi lo bato en modo turbo.

(🦋)

[Elizabeth.]

Movía mi pierna intranquila. Aún estabamos en el taxi, llevábamos sólo quince minutos de haber salido de casa y dejado a Tristan con King y Diane, pero estaba nerviosa. Es la primera vez que dejamos a Tristan con alguien más, y no es que no confíe en ellos, los conozco perfectamente, y por conocerlos es que sé ellos aveces pueden un poco desastre y eso me preocupa. Miró a Meliodas a mi lado que mira con insistencia su teléfono.

—Mel, tengo un mal presentimiento.

—Yo también... Sigo esperando que escriban algo, pero no escriben. ¿Crees que Tristan esté bien?

Nos miramos y los siguiente lo decimos al mismo tiempo.

—Regresemos.

Meliodas se inclina hacia adelante y le habla al conductor.

—Señor, dé la vuelta por favor, nuestro hijo corre peligro.

*

Volví.

Seguro se preguntaran cosas cómo; ¿Esta historia no estaba terminada ya? ¿Y el epílogo? ¿Y ésta loca porque actualiza un año después de terminar la historia?

Todo a su debido tiempo uwu, aunque ya se los había explicado meses atrás en mi tablero xD

Añadiré más capítulos a la historia y al terminar les diré porque hago esto.

Ahora; ¿Les gusto el capítulo?, ¿Si los hice reír? Espero no haber perdido el toque :')

Volver a escribir acá se siente tan bien...

Dato curioso.

A partir de acá (O mejor dicho, desde el capítulo anterior de Verónica) los capítulos estarán desordenados cronológicamente, pero no importa, una cosa probablemente no altere la otra <3

¡Nos seguiremos leyendo!

LittleStar.

Relatos de una madre primeriza - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora