020: Las travesuras de Tristán.

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Travesura 1; Los huevos.

Bajé rápidamente las escaleras con la toalla en la mano para limpiarle la cara Tristan. Al llegar a la sala no está allí, seguro salió gateando a la cocina. Voy a buscarlo a allí y al encontrarlo quiero gritar o llorar, lo que sea me sirve. Frente a la nevera abierta está él sentado con las manos y cuerpo lleno de huevo crudo riendo, mientras a su alrededor hay otro montón de huevos rotos. En verdad, no sé si llorar porque recién lo bañe o porque los huevos son costosos y él los rompió todos.

Pero, ¿Cómo regañarle? Con la carita tan tierna que está poniendo.

Travesura 2; Las tijeras.

—Muy bien, Tristan, quedate aquí un segundo mientras voy por tu cepillo de peinar, ¿Si?

—Sip.

Salgo casi corriendo a buscar el cepillo que había dejado en mi habitación. No confío en dejar mucho tiempo sólo a Tristan porque puede hacer una travesura y esto lo confirmo cuando al volver lo veo con las tijeras en manos y un mechón de pelo plateado que definitivamente es suyo. Con miedo le reviso la cabeza y veo que cortó un pedazo de atrás muy largo. ¿Ahora cómo le arreglo eso antes de llevarlo a la escuela?

Travesura 3; Pintar las paredes.

—Mel, vigila a Tristan mientras voy a comprar unas cosas.

—Si, si.

No estoy realmente segura con esa respuesta ya que está más concentrado en ver la televisión que en lo que dije, pero tengo prisa así que siento a Tristan a su lado y me voy a comprar las cosas.

(🦋)

—He vuelto, ¿Y Tristan?

—En nuestra habitación —Me contestó él recogiendo varios juguetes del suelo con calma.

—¡¿Y lo dejaste sólo?!

—Acabo de bajar a buscarle ésto, no te preocupes.

Ambos subimos a nuestra habitación y casi grito al entrar así cómo Meliodas dejó caer los juguetes al suelo de la sorpresa. Tristan, riendo, viene hacia mi torpemente con los brazos abiertos para que lo agarre, pero mi atención está en dos cosas. 1) en la pared blanca toda rayada de esquina a esquina con mi lapiz labial rojo favorito, y 2) en mi hijo todo rayado en cada espacio de la cara con labial rojo que no se quita fácilmente. Giro a ver a Meliodas con el seño fruncido y enojada. Él suspira.

—Genial, ¿Hoy no hay sexo, cierto?

Travesura 4; Las revistas.

Busco a Tristan por cada rincón de la casa hasta que finalmente al abrir la puerta del baño lo encuentro. Él sale riendo y corriendo y no entiendo porque hasta que veo en el retrete todas mis revistas mojadas. Inhala, exhala.

Travesura 5; El cajón.

—¿Como llegó allí? —Pregunta Gelda, viendo en la misma dirección que yo.

—Ni idea.

Frente a nosotras, en un cajón donde debería haber platos, está metido Tristan mientras los platos están todos en el suelo esparcidos.

Travesura 6; La semilla.

A penas Meliodas contesta el teléfono hablo sin dejarlo decir ni hola.

—¿Se puede saber por qué tú y nuestro hijo no están en la casa? He estado muy preocupada, llevó media hora sin saber nada de ustedes, ¿Por que desapareces así cómo así? Espero que tengas una buena excusa para ésto Meliodas Demon o te va a ir mal —Lo escuchó tragar a través del teléfono y a Tristan decir que está muy aburrido y que ya se quiere ir, ¿Donde carajos están metidos? Me pregunto yo—. Habla ahora mismo o ésta noche vas a dormir en el sillón.

—Bueno... Estamos en el hospital.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! —Para éste momento ya estoy buscando mi bolso para ir al hospital. El corazón me late a mil y no paro de imaginarme cosas terribles.

—Tristan se tragó una semilla de sandía.

Dejó mi bolso donde estaba y frunzo el seño confundida.

—Pero... ¿Por qué están allá? No es cómo si la sandía fuera a florecer dentro de él o algo así —Espero que responda algo, pero en los siguientes segundos lo único que escucho es silencio.

—Estaremos ahí en diez minutos.

Travesura 7; Las toallas.

Estoy buscando por todos lados mis toallas sanitarias, pero no las encuentro. Ya busque en los cajones, en el armario, bajo la cama, en el baño, pero nada. Y Meliodas tampoco sabe en donde están. Voy a ver en el cuarto si por pura casualidad no están allí. Y si. Sentando en el suelo está mi hijo con todas mis toallas abiertas y esparcidas por el suelo. Tiene una que otra pegada en el cabello y una en la frente. Creo que es en éste momento cuando me digo que voy a empezar a usar tampones.

(🦋)

¿Piensas que tienes un hijo que hace muchas travesuras? Yo también tengo uno así. Bueno, estas son las travesuras más pequeñas que ha hecho Tristan y definitivamente no son todas, pero, ¿Qué se puede hacer? Son niños, son curiosos con las cosas nuevas y quieren experimentar con todo. Nadie dijo nunca que ser madre iba a ser fácil y yo soy la prueba constante de ello.

—¡Mami!

—¿Si?

—Mira mi nuevo look.

Oh dios... ¿Por que a Tristan le falta tanto cabello?, ¿Ya no le había escondido las tijeras?

*

Nadie me pregunto, pero... ¿Y si todo el libro es un videoclip hecho por Elizabeth y Meliodas ;)?
¿Y Como ser un buen hermano y no morir en el intento es un trabajo para la escuela de Tristan hecho con ayuda de sus padres?
Esto es canon porque llevo cuatro meses pensando en ello y porque lo digo yo.

En fin... Ahora sí. Nuevamente le decimos adiós a ésta historia que ha llegado a su fin >:')

Pasense una vez más por el epílogo y ahora también por la última parte.

LittleStar.

Relatos de una madre primeriza - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora