002: Nunca Dejar Sin Supervision Al Bebé.

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—No lo sé, Meliodas —Dije mientras mecía a Tristan en mis brazos. Meliodas hizo un puchero y yo suspire mientras negaba— No creo que estés listo para cuidar a Tristan tu solo.

—¿Por qué no? Soy bueno con él bebé.

—Anoche pusiste una canción de cuna para dormirlo y quien terminó dormido fuiste tu —Él abrió la boca indignado y se cruzo de brazos fingiendo estar molesto. Pero es cierto, anoche pude oír como le puso una canción de cuna a Tristan para dormirlo mientras yo tomaba un baño, cuando salí encontré a Tristan sentado en la cuna y a Meliodas a un lado completamente dormido en la silla.

—A cualquier persona le puede pasar.

—Siempre que no quiere comer su papilla le das dulces, apenas tiene tres meses —Según lo que los enfermeros me dijeron, a los bebés no se les puede dar dulces hasta que tenga un año o al menos hasta que pase de los seis meses.

—¿Y? —Suspire.

—Bueno, voy a confiar en ti porque te amo.

Eso y que si no lo hacia me iba a seguir molestando en lo que restaba del día y de verdad no tengo la suficiente paciencia para eso. Él sonrió y abrió los brazos para recibir a Tristan, le di un beso en la frente al pequeño y lo puse en sus brazos. La imagen de Meliodas como padre es sin dudas hermosa y seductora.

—No te preocupes, cuidadoso es mi segundo nombre —Se acerco a mi y dejo un beso en mis labios.

—No tienes segundo nombre, ojalá fuera “cuidadoso” —Fue lo último que dije antes tomar mi bolso y salir a comprar. No me preocupe ni por mi apariencia, sabía que tenía ojeras y el cabello desordenado, pero justo en este momento no me importaba.

[🦋]

[Meliodas.]

Me encontraba meciendo a Tristan para que durmiera, no es tan difícil. No entiendo porque Elizabeth no quería que yo lo cuidara, digo, yo también soy su padre, estoy en todo el derecho de cuidar a mi hijo y no lo hago tan mal, es mucho más fácil de lo que pensé, solo tengo que dormirlo hasta que ella llegue y si se despierta solo tengo que vigilarlo o jugar con él. Tristan parecía estar luchando por quedarse dormido, tal vez si le cuento cualquier cosa decida quedarse dormido.

—Cuando tenía tu edad... —Me quedé un momento pensativo— No, espera... No puedo contarte esa historia, es extremadamente inapropiada —Dije para seguir meciendolo.

Tristan es, sin dudas, la cosita más hermosa que haya visto en mi vida. Es tan pequeño y frágil que pareciera que si se me cae podría romperse, bueno, probablemente algo así sucederá, así que es mejor no arriesgarme. No puedo ni siquiera entender como es que Elizabeth duda sobre mis talentos como padre para cuidarlo.

Una vez Tristan estuvo dormido lo dejé en su cuna y fui a ver televisión un rato para no aburrirme.

[🦋]

—¡Ya llegue!

Me levante de golpe al escuchar la voz de Elizabeth, ¿Que había pasado? ¿Cuanto tiempo había pasado? ¿Y por qué tenía baba en mi mejilla? Al parecer me quedé dormido en el sofá. Podía escuchar los pasos de Elizabeth en la cocina y sonido de bolsas, probablemente ordenando todo. Fui al cuarto a ver si Tristan seguía dormido antes de que ella fuera, pero grande fue mi sorpresa al encontrar su cuna vacía, ¿Se lo habían robado y no me di cuenta? Era la explicación más lógica, pero sin dudas lo hubiese sabido. Entonces, ¿Como desapareció de la cuna?

Los nervios me tomaron por completo y también el miedo de lo que me haría Elizabeth si se enteraba, comencé a buscar al pequeño por todos lados. En el baño, debajo de la cama, en la cama, en la sala, por el mueble, debajo de la mesa, en cada rincón de la casa, solo me faltaba uno... La cocina. Entre lentamente en la cocina tratando de no llamar mucho la atención, si Elizabeth se entera de que perdí a Tristan me mata.

—Creo que es hora de alimentar a Tristan —Dijo dándome la espalda. Una alarma sonó en mi cabeza y comencé a buscar frenéticamente a Tristan por toda la cocina. Nada.

—¿Ya? Se ve un poco gordo, ¿No? —Elizabeth al parecer no se daba cuenta de lo que hacía, mejor para mi. Pero trague saliva cuando la vi salir de la cocina e ir hacia la habitación, fui tras de ella con la esperanza de que Tristan apareciera en la cuna por arte de magia y la razón de que yo no lo haya visto es que estaba medio dormido en ese momento.

—Un enfermero dijo que lo alimentaramos cada dos horas, ¿Recuerdas? —Distracción, necesito una distracción.

—¡Bueno, al parecer le estuviste echando un vistazo a los enfermeros! —Fingí estar celoso aprovechando estar a espaldas de ella, mientras mi mirada iba a cada rincón de la casa esperando encontrar al bebé. Nada. Estaba literalmente jalando mi cabello desesperado. De repente, Elizabeth paro ya una vez dentro de la habitación y yo trague saliva nervioso. Al parecer ella se dio cuenta de que algo andaba mal, además de que la cuna estaba vacía.

—Meliodas, ¿Donde está Tristan? —Hola Dios, soy yo de nuevo.

Más pálido no podía estar. Estuve a punto de responder que no sabía cuando un llanto dentro del armario sonó y el color volvió a mi rostro.

—¡AQUÍ ESTA! —Fui corriendo al armario y cuando lo abrí vi a Tristan dentro llorando, lo cargue e intente tranquilizarlo, pero no quería. Voltee a ver a Elizabeth quien estaba de brazos cruzados y matandome con la mirada. Sus lindos ojos azules brillaban de la furia y estaban más oscuros de lo normal. Se acercó a mí y aun viendome mal tomó a Tristan en sus brazos y él dejó de llorar.

Elizabeth no dijo nada más, y creo que es mejor así, porque lo siguiente que me va a decir no creo que sean palabras bonitas. Dio media vuelta y salió de la habitación, y puedo jurar que antes de irse, Tristan me saco la lengua como si lo que acababa de suceder fue a propósito.

Bueno, al menos aprendí algo; Nunca dejar sin supervision al bebé.

*
Dato Curioso:

Originalmente este capítulo era un Incorrect, pero se me ocurrió agregarlo aquí.

Relatos de una madre primeriza - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora