018: Bañar a Tristán.

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—Tristan, cariño, es hora de bañarse —Anuncio, entrando en su habitación mientras tomo la toalla y el jabón que están en la repisa de su cuarto.

—No quiero, gracias por preguntar.

Me volteo de brazos cruzados hacia él arqueando una ceja, incrédula. Está recostado en el suelo jugando con su ironman y su thanos de juguete, ni siquiera se ha dado el tiempo de mirarme.

—¿Disculpa? No te estoy preguntando. Vas a bañarte y punto. ¿Ya te has visto en un espejo? —Lo señalo. Tiene el cabello lleno de tierra así cómo la cara y la ropa, que al estar un poco mojada se volvió barro. También, cómo cosa normal en él, está lleno de pintura hasta en los pies. Él se levanta del suelo con aburrimiento y se mira en el espejo de cuerpo completo que tiene su armario, allí, procede a hacer poses de superheroe e inflar el pecho.

—Yo creo que me veo fantástico así.

—Pues yo creo que no. Vamos a darte un baño y después nos acostamos a ver una de las películas de marvel, ¿Si?

Él parece pensárselo y tengo la esperanza de que acepte y que no me de trabajo para bañarlo. La verdad, creo que soy demasiado optimista en eso.

—No, gracias, puedo verla después, Mami, pero gracias, en serio, por la oferta, muy tentadora, pero no me voy a bañar y ya —Vuelve a recoger los juguetes y sigue jugando con ellos, pero ésta vez parado. A veces, en verdad no puedo creer lo terco que es mi hijo, eso lo sacó de Meliodas, seguro. Suspiro y pongo mis manos en mi cintura, no quiero llevarlo a bañarse por las malas. Comienzo a acercarme a él para llevarlo cargado al baño, tocó a la fuerza.

—¿Y eso quién lo decidió?

—Yo. Atrapame si puedes —Y antes de que pudiera reaccionar salió corriendo del cuarto.

(🦋)

Cansada, me acerco jadeando hacia Meliodas que está recostado en la cama leyendo un libro de Paulo Coelho.

—¿Has visto a Tristan? Lo estoy buscando para bañarlo, en cuanto se lo dije salió corriendo y lo perdí de vista después de la tercera vuelta a la casa.

—Ah, si, creo pasó hacia las escaleras.

Justo en ese momento Tristan pasó corriendo cómo un rayo en dirección a su cuarto. Salgo corriendo una vez más detrás de él, estoy cansada, así que en vez de correr salgo arrastrando penosamente los pies hasta el cuarto de mi hijo, que al entrar no lo logro en contrar con la mirada. Se escondió. Un largo suspiro sale de mis labios a la vez que prosigo a comenzar a buscarlo por todos lados. Debajo de la cama, en el armario, en su baño, detrás de su cesta de juguetes. Pero no lo encuentro. No hasta que veo hacia arriba.

—Por amor a las Diosas, Tristan, ¿Que haces, o cómo llegaste allí?

Mi hijo, desde la cima de su armario, se encoge de hombros y me mira con aburrimiento. Me agacho lentamente y me vuelvo a levantar mostrándole lo que tengo en mis manos.

—Como no bajes de allí y te dejes bañar en este instante, te voy a decomisar tus juguetes de marvel hasta que tú padre comience a cocinar algo que sea comestible —Eso fue suficiente para que comenzara a bajarse del armario con una mirada de alerta.

(🦋)

—¿Es agua caliente?

—Si.

—¿Y shampoo del que no pica?

—Si.

—¿Ésta allí mi patito de plástico?

—Si.

—¿Y Hulk?

—También.

Parece estar pensando en otra preguntar mientras lo ayudó a quitarse la ropa. Siempre hace esto, la mayoría de veces para buscar una razón para no bañarse.

—¿Puedo jugar allí?

—No.

—Mi papá me deja jugar mientras me baño.

—Bien por él. Ahora entra en la tina.

A regañadientes, Tristan entra en el agua. Los primeros treinta segundos son fáciles; Logro mojarlo y quitarle la pintura y la tierra de la cara. Sin embargo, cuando voy a intentar hacer lo mismo con su cabello comienza moverse, a dar patadas y a botar el agua mientras comienza una pelea entre el Hulk y el patito. Comienzo a pelear una media hora con él porque no quiere dejarse bañar y sigue completamente sucio. Los gritos suyos, mios y del cerdo que tiene cómo mascota no faltan.

Tras una larga hora, finalmente le he quitado la pintura de la cabeza.

Y tras otra media hora, he logrado exitosamente terminar de bañarlo.

Duro otra hora completa para vestirlo porque no se deja poner nada y cuando intento al menos ponerle la ropa interior sale corriendo desnudo a mi cuarto a saltar en la cama con un Meliodas intentando detenerlo. Tuvimos que vestirlo entre los dos para que no siguiera haciendo desastres.

¿Quién dijo que bañar y vestir a un niño de cuatro años era fácil?

(🦋)

—Eso fue agotador —Digo para mi misma mientras me tiro en la cama para descansar.

Escuchó la puerta abrirse y cerrarse, pero no le presto atención. Mis ojos se cierran poco a poco a pesar de que aún debo bañarme yo misma e ir a cocinar, pero fue un día agotador y bañar a Tristan no fue exactamente fácil. Y sin previo aviso me quedo dormida. Lo primero que siento a los minutos de dormirme, es un pequeño peso en la cama ir hasta mi y sé que es Tristan. Me tallo los ojos mientras bostezo, veo la hora, no es tan tarde, sólo dormí cuatro minutos.

Inmediatamente mi vista se va a Tristan que está sentado encima de mi estómago con una gran sonrisa y quiero llorar. Está completamente lleno de lodo, tierra y hojas.

—¿Puedo saber que te pasó?

—Fui a jugar con Hawk afuera.

Suspiro y miro a Meliodas, también completamente sucio, entrar al cuarto.

—¿Y a ti que te pasó?

—Intenté detenerlo de que jugara con Hawk.

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¿Les gustó?

Me divertí mucho escribiendo éste capitulo e imaginando la situación xd

Algo corto, según yo, pero en fin, no hay que quejarse.

Voy a intentar actualizar aquí mañana otra vez uwu, sólo que más temprano que hoy xD (aquí en mi país son las 11pm)

No prometo nada, eh.

LittleStar

Relatos de una madre primeriza - MelizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora