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Semanas, meses, la cuenta la había perdido, las peleas entre él y Midoriya se habían convertido en parte de su rutina diaria, día tras día era lo mismo, pelear y al final terminar resolviendo el problema.

El amor entre ambos ya era nulo, por no decir inexistente, lo que había comenzado como una linda e inocente relación se estaba convirtiendo en una tóxica dónde las peleas e insultos eran frecuentes, como la que ahora estaban teniendo.

—¡Malditas sea Deku, deja tus estúpidos celos!

—¡¿Estúpidos?! ¡Me dejaste por irte con tus amigos!

—Por díos, hace meses que no me dejabas estar con ellos; tengo el derecho de salir con mis amigos.

—¡Mientras estés conmigo no los necesitas!

Katsuki frunció nuevamente su seño, otra estúpida pelea estaba surgiendo por los celos del menor.

—Los necesito porque son mis amigos, no entiendo cual es tu maldita molestia; no tengo la obligación de estar contigo todo el puto tiempo, el echó de seas mi novio no significa que puedas seguir controlando todo lo que hago... Sabés, está relación ya no funciona.

Por fin lo había dicho, estaba diciendo lo que pensaba, porque efectivamente Katsuki ya no quería seguir con esa relación por más tiempo.

—N-No digas eso Kat-chan, nuestra relación no pude terminar.

Intentó tomar las manos del rubio, pero este de inmediato lo evito.

—Estoy cansado de las peleas.

—¡Puedo cambiar!, Cambiare por ti, pero no me dejes.

—Me has dicho eso tantas veces que no estoy seguro de creerte...

Dicho aquello salió de la habitación de Midoriya. No quería seguir en ese ambiente tan sofocante.

—¡Kat-chan! —gritaba con desesperación el pelieverde—. No me puedes dejar... Tu no puedes hacerlo.

[...]

Caminaba por los pasillos de el edificio para poder llegar a su habitación, iba tan distraído en sus pensamientos que no se percató que habían chocado con él. Katsuki había quedado de pie, mientras la otra persona había caído al suelo, el rubio estaba dispuesto a empezar a reclamar hasta que observó de la persona que se trataba.

—Disculpa Bakugō, no me di cuenta por dónde iba. —comentó Todoroki mientras levantaba sus libros que habían caído al suelo.

En respuesta Bakugō sólo chasqueo la legua, no hizo ningún movimiento para ayudar al bicolor puesto que; desde que empezó a salir con Midoriya y descubrió que él era el chico de las cartas sus relación con Shōto se había ido a la basura, pero no obstante el aún le tenía un gran cariño.

El mitad pelirrojo se levantó del suelo con sus cosas en mano, paso de largo a Bakugō, ya no tenía nada más que decirle, pero la manga de su camisa fue tomada.

—Todoroki...

Su nombre había salido de los labios del rubio, eso hizo que todo su cuerpo temblará, un nerviosismo lo invadió, pero no cedería ante los encantos del rubio, no quería sufrir más.

—¿Te puedo ayudar con algo?

—Yo...

Se quedaron por unos momentos ahí sin decir nada, el mitad albino al ver como Katsuki no decía nada se soltó de el agarre qué Bakugō estaba ejerciendo sobre su muñeca.

—Sí no hay nada que me quieras decir me retiró, ten linda noche.

Se fue de ahí dejando solo a katsuki en aquel pasillo.

Cartas para el chico de ojos rubíes [TodoBakuTodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora