El fin de semana había pasado muy rápido, los dos adolescentes ya tenían un plan bien elaborado. Esperaban que todo saliera bien.
El plan era simple, consistía en: Kirishima distraería a Midoriya después de su práctica de voleibol, mientras eso sucedía Shōto iría a buscar a Bakugō que saldría de su práctica de boxeo. Todo parecía simple de ejecutar, rogaban porque así fuera.
Las clases habían concluido, todos salían para ir a sus respectivos clubs. Midoriya y Bakugō se despidieron y cada uno se fue a su respectivo club, en ese único momento era en el que Midoriya dejaba solo a Katsuki, después de todo ambos debían cumplir con sus respectivas obligaciones.
Shōto ya había salido con anticipación de su club, con una buena excusa la presidenta lo dejo irse.
Ya se encontraba con el uniforme de Yūei puesto, esperaba a Bakugō afuera del gimnasio; se sentía ansioso, hace tiempo que no le dirigía la palabra a Katsuki, había estado practicando toda la noche que decirle a el chico de ojos rubíes.
Miró que en ningún momento Midoriya pareciera y, para su buena suerte no había señales de él. Esperó diez minutos y por fin Bakugō salió, se acercó a él y pudo observar que lo que Kirishima había dicho era verdad, Bakugō se veía más delgado y sus ojeras eran muy notorias, el verlo así hizo que su corazón doliera, así no era Katsuki, ese no era el Katsuki que le había robado el corazón, debía ayudarlo, así como en su momento Bakugō lo ayudo a él.
El rubio cenizo había parado su andar, tal parce que esperaba a alguien o mejor dicho a Midoriya, eso fue perfecto para Shōto ya que; este se paró frente de Bakugō para así poder hablar con él.
—¿Todoroki? —preguntó, no podía creer que Shōto estuviera frente a él, ya ni siquiera podía recordar la última vez que vió el rostro del bicolor.
El mitad pelirrojo mordió levemente su labio inferior, todo lo que había practicado la noche anterior se había volado lejos, Katsuki con sólo una palabra logró ponerlo de nervios.
—H-Hola Bakugō, ¿podemos hablar un minuto?
—No tengo tiempo. —soltó con un tono cortante, no deseaba más problemas con Midoriya, lo mejor era irse.
Bakugō paso de largo a Shōto, pretendía alejarse de allí, mas no contaba con que la mano de Shōto sostendría fuertemente su muñeca y le impediría seguir su andar.
—Bakugō, sé que te encuentras mal.
Katsuki quedó sorprendido ante las palabras de Todoroki, nunca pensó que el bicolor lo notará, después de todo estaba tan ocupado con su nuevo amigo.
—Y-Yo estoy... Bien... —respondió nervioso. Quería decirle todo a Todoroki, quería desahogarse con él, pero tenía miedo, temía ser odiado.
—Deja de mentir; no estás bien, estoy seguro de que algo te pasa. El Bakugō que yo conozco es alguien fuerte, es admirable y es valiente.
Bakugō no sabía que decir, al parecer el «Bakugō» que Shōto conocía ya no estaba más, ahora él era tan débil, tenía tantos miedos e inseguridades, tal vez nuca fue fuerte, tal vez siempre se auto engañó a sí mismo.
—Tal parece que ese 'Bakugō' ya no está más, yo simplemente soy alguien débil —desvío la mirada, estar junto a Todoroki lo hacía sentir tan vulnerable—, así que ya deja de molestarme.
Todoroki frunció levemente su ceño, no permitiría que Bakugō se menos precie. Tomó con más fuerza su muñeca y lo jaló, lo llevo hasta donde se encontraba un gran árbol, claro que por el invierno este ya no poseía su hojas, lo llevó hasta ahí para que nadie los viera o intervenira su conversación. Bakugō no dijo nada y sólo lo sigo, pues muy en el fondo quería seguir juntos a Shōto, estando ahí el bicolor empezó a hablar.
—¿Por qué dices ser débil? No eres débil, eres la persona más fuerte que he conocido, eres tan increíble, tienes tanta confianza en ti mismo. Nuca vuelvas a auto proclamarte débil, porque no lo eres, al menos para mí nunca lo serás. —Pudo sentir como ante ese último comentario sus mejillas se coloreaban de un tono carmesí.
Todoroki había dejado a Katsuki sin palabras. Bakugō estaba feliz de que Shōto pensará aquello de él, hacia sentir su corazón cálido, sentía que no estaba solo, sentía que al fin alguien lo apoyaba.
—Gracias —aquellas palabras de agradecimiento salieron solas, Shōto lo hacía sentir querido—. Yo no estoy bien, tengo miedo... —y sin previo aviso lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
Shōto no lo dudo más y abrazo a Katsuki, le dolía ver como sus lindos ojos rubíes derramaban lágrimas, el no merecía sufrir, más bien nadie merece sufrir. Su abrazo fue corriendo, con su mana comenzó a acariciar el cabello de Katsuki.
—No tengas miedo Katsuki, siempre estaré contigo, siempre tendrás mi apoyo.
Todas las palabras que le decía Shōto hacían que se corazón saltará de la emoción, Todoroki era tan amable, era tan cálido, se recriminaba a sí mismo por no haberlo notado antes. Hundió más su nariz entre el cuello de Shōto aspirando así el dulce olor de el mitad albino, todo del bicolor era tan cálido y reconfortante.
—Hueles como el Sol.
Nuevamente sus mejillas se pintaron de carmesí y su corazón comenzó a latir más rápido, Bakugō sabía como siempre ganarse su amor.
Perdón si quedo corto. (。•́︿•̀。)
Espero que les haya gustado el capítulo. El final de: «Cartas para el chico de ojos rubíes» está muy cerca, ¡muchas gracias por seguir leyendo!
Gracias por su apoyo y por sus lindos comentarios. ( ◜‿◝ )♡Nota: «Hueles como el sol» es una expresión (usada entre los japoneses) que refleja la sensación que llena tu corazón de un calorcito, de esa calidez que brinda el sol. Hueles a sol, a un nuevo despertar, un nuevo amanecer, hueles a calidez, le transmite la sensación agradable de luz, vida, calidez, amanecer, tranquilidad, etc.
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Cartas para el chico de ojos rubíes [TodoBakuTodo]
FanfictionTodoroki está enamorado de Bakugō, pero este tiene miedo al rechazó, teme el no ser correspondido por la persona que ama. Tan grande es su miedo al rechazó que decide escribirle cartas en anónimato a Bakugō expresando aquel tan hermosos sentimiento...