Capítulo 12: Mi persona más cercana.

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Atticus.

Ella se fue.

Belle se ha ido y yo no puedo evitar sentirme culpable porque sé que la he hecho llorar con mi actitud.

Y joder, no me gusta hacer llorar a la gente. O al menos, no a la gente que es buena conmigo.

Pasan las horas y Belle no vuelve. Revuelvo mis cabellos frustrados, sintiéndome más culpable cada vez.

Ella es una buena chica y yo no debí actuar así. Sobre todo, porque a diferencia del resto de personas que he conocido, ella no ha intentado dañarme de ninguna manera y solo se ha portado amable, siendo agradable en todo momento.

Suspiro, intentando leer un libro, pero no puedo concentrarme. Las palabras se vuelven solo líneas incompresibles sobre un tema.

La imagen de una Belle con los ojos llorosos, una mirada herida y un puchero en sus labios invade mi mente y me hace sentir peor.

Mierda.

Soy un bastardo desgraciado tal y como todos lo dicen, eso lo sé. Pero, por alguna razón eso me hace sentir miserable hoy.

Miro a la puerta en espera de Belle, pero sé que ella no vendrá. Y es que, ¿Quién vendría después de la forma en la que la he tratado?

Aunque, de todos modos, ¿Por qué me importa lo que ocurra con Belle?

No debería de importarme que una chica molesta como ella, se haya puesto a llorar por mi culpa y no haya vuelto a venir a mi habitación en lo que queda del día.

Definitivamente no debería importarme. Es más, no importa. Voy a dejar de pensar en eso. Además, no es mi culpa que Belle sea tan sensible.

Pero...

— Soy un puñetero insensible. — gruño guardando mi libro, resignándome a no leer nada hoy.

Me lanzo sobre la cama aburrido, estresado por el rumbo que toman mis pensamientos tras no poder decidir si Belle me importa o no.

Es que... Belle me agrada un poquito, incluso si es odiosa la mayor parte del tiempo, pero el que me agrade no quiere decir que me tenga que preocupar por ella, ni sentirme tan culpable como me siento ahora mismo por haberla hecho llorar.

No. No me siento culpable. No estoy preocupado por ella ahora mismo.

Suelto un grito de pura frustración, revolviendo mis cabellos con ambas manos tras no poder creerme mi mentira. Sé que, a pesar de que llevamos poco tiempo conociéndonos y, en el fondo, me preocupa un poco Belle.

Porque ella me agrada incluso si es una chica odiosa y, por mucho que quiera negarlo, he llegado a considerarla un buen prospecto de amiga para mí en estos momentos.

Ella puede ser mi apoyo en este lugar tan terrible e insípido.

No sé cuánto tiempo pasa, pero para cuando me doy cuenta, están tocando la puerta y yo estoy dando permiso para pasar a quien sea que venga.

En este punto, dudo que sea Belle.

Levantó la mirada y bueno, no es ella. Es otra enfermera.

— Vengo con tu cena, Atticus. — sonríe, y contrario a la sonrisa de Belle, la de esta chica me parece detestable.

Decidiendo ignorarla, hundo mi cabeza en la almohada.

— Dejaré tú cena en el escritorio. Vendré por la bandeja más tarde. — avisa la enfermera con timbre de voz agradable y falso.

Escucho el sonido de sus pasos y la puerta cerrarse suavemente. Miró la bandeja con comida, pero no siento hambre alguna.

Mi estómago esta apretado. Y sé que es por la culpa que me ha invadido.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora