Capítulo 43: Esos sentimientos.

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Scorpius.

Mi departamento se siente vacío.

Desde que fingí mi muerte, vivir solo fue difícil. Al principio, tenía a un par de conocidos que me acogieron en su casa, mientras yo vivía mi vida con un nombre y registros falsos hasta que cumplí la mayoría de edad. Pero en cuanto cumplí la mayoría de edad e incluso si esos amigos no me decían nada por estar aún en su casa, yo me sentía como un invasor. Por lo que, apenas cumplí la mayoría de edad y en cuanto tuve algo de dinero ahorrado, me fui de allí.

Al principio, mi hogar no era más que un pequeño departamento en donde solo sabía una cama para una persona, un mueble para la ropa, además de un escritorio con una silla. Si trataba de colocar más cosas, entonces no tendría espacio para poder salir del lugar. Sin embargo, aun así, me las arregle para vivir de esa manera.

Ingrese a una escuela de tatuajes, realizando un curso para ser tatuador y me especialice en todo lo necesario para eso mismo durante un tiempo hasta que estuve realmente preparado. Después de convertirme en tatuador profesional y de ser contratado en una tienda, comencé a ganar más dinero. Mismo que ahorre para abrir mi propia tienda de tatuajes, lo que, a su vez, comenzó a darme más dinero para un departamento más grande y espacioso.

Y no mentiré, me gusta la vida que llevo ahora. Alejado de todos lo vicios y problemas, sin embargo, aun así, en días como estos en los que no tengo nada que hacer, no puedo evitar sentirme malditamente solo.

El lugar es demasiado grande para mí solo. Si al menos, tuviese un compañero no lo sería tanto y la soledad no se sentiría.

Uhm, sería divertido vivir con Atticus de nuevo. Me gustaría vivir con él de nuevo. Pero no creo que le agrade la idea si se la planteo, aún esta enojado conmigo. Incluso si me habla y trata de actuar con normalidad, lo sé.

Y hablando de Atticus... ¿Le gustara el celular nuevo que le compré? El suyo estaba demasiado viejo y era él que un abuelo tendría. El que le compre, es uno mejor. Mucho mejor.

Solo espero que le guste.

Soltando un suspiro, tomé mi celular. Una sonrisa se dibujó en mis labios instantáneamente tras ver mi fondo de bloqueo. Una foto mía, junto a un Atticus con cara aburrida y una sonriente Belle.

Belle... ella es la indicada.

Es la persona correcta para Atticus y para... para mí también.

Belle me gusta.

No entiendo como ocurrió, ni porque lo hizo, solo pasó.

Pero el amor es así.

El que te guste, el querer a alguien es así. Llega de una manera tan rápida e impredecible que no sabes cómo actuar cuando sucede.

De pronto y cuando te das cuenta, esa persona aparece frente a ti y comienza a llamar tu atención. Sus sonrisas te gustan, su mirada te pone nervioso, su risa te alegra, su voz te atrae y su presencia ilumina tu día de la misma manera en que una luciérnaga ilumina la noche repleta de oscuridad, de una manera única y especial.

Que te guste alguien no tiene un factor determinante como algunos creen, no pasa porque la persona hizo algo que nadie jamás había hecho, ni porque te trató como nadie nunca lo hizo antes, ni siquiera pasa porque la conoces desde hace tiempo. A veces, que una persona te guste, pasa simplemente como una casualidad.

Puede que te atraiga su voz, su sonrisa o sus ojos, e incluso puede que te atraiga la manera tan inocente en la que actúa sin darse cuenta. Cualquier cosa, incluso un simple saludo o una agradable sonrisa mientras cruzan una mirada puede provocar que alguien te guste y te atraiga como si fueses una maldita polilla y ella tu luz.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora