Capitulo 21: Planes y cosquillas asesinas.

1.3K 95 4
                                    

Atticus.

- Atti, dime que no vas a hacer nada que te meta en problemas. - pidió Belle, tomando mis manos entre las suyas y viéndose desesperada. - Prométeme que no harás nada, por favor. No me perdonaría si tú te metieras en problemas por mi culpa, aún tienes la mira de la policía encima y no quiero que te acusen de nada, por favor.

La miré, incapaz de poder prometerle aquello. No puedo simplemente quedarme quieto si alguien le está haciendo daño.

- Te preocupas mucho, puppy. - suspiré. - No va a pasarme nada y a ti van a dejar de molestarte. -dije con firmeza, dando un punto final al tema.

Aunque me gusta la idea de que ella se preocupe por mí, ahora mismo me gustaría que no lo hiciese, porque solo intento ayudarla, de alguna manera.

Ahora, ¿Cómo se supone que vaya a su colegio si no sé dónde demonios queda? Podría seguir a Belle, pero tampoco sé dónde vive y se vería muy acosador de mi parte si la voy siguiendo por la calle.

Me verían peor de lo que me ven ahora.

También, podría preguntarle a alguien, pero no soy bueno preguntando cosas a la gente y suelo perderme con facilidad cuando me dan direcciones.

- ¿Puedo acompañarte al colegio mañana? - pregunté.

Ella me miró sorprendida.

- No haré nada, solo quiero ver donde estudias. - aclaré, mintiendo a medias. No haré nada, al menos, no mientras Belle este presente allí. Por otra parte, solo iré para poder ver quién es él imbécil que la está molestando.

-No lo sé. - dudó. - Además, tendría que pedirle permiso a Jina, pues tendrías que volver solo. Yo confío en ti, pero ellos sospecharán de lo que harás una vez que estés lejos de cualquier supervisión. - murmura, viéndose preocupada.

Chequeo la lengua. Cierto, este lugar es así.

- Prometo que no haré nada. Solo déjame acompañarte. - pedí nuevamente, mirándola. - Ten en cuenta que, si no me dejas ir contigo, voy a escaparme de aquí para ir a tu colegio y posiblemente terminaré perdiéndome porque soy pésimo siguiendo direcciones. Y eso será solo porque tú no quisiste que te acompañara.

Si, estoy cayendo muy bajo al intentar manipularla de esa manera, pero, ¿De qué otra manera podré conseguir qué ella acepte llevarme?

Yo lo único que quiero es protegerla.

Belle alza una ceja tras oírme. - Pero cuanto descaro el tuyo, ¿estás intentando manipularme? - espeta, acercándose a mí. Asiento sin poder negar sus palabras.

Ella está junto a mí, lo suficientemente cerca como para ponerme nervioso. Sus pequeñas manos presionan contra mi pecho, para luego bajar hasta mis costillas. Entonces sonríe y comienza a hacerme cosquillas.

¡Mierda, no me esperaba esto!

Mis carcajadas no se hacen esperar, incluso si no tengo ganas de reírme. Pero eso es lo que pasa cuando te hacen cosquillas, incluso si la estas pasando mal y lo odias, no puedes evitar reírte con las cosquillas.

- ¡Ya, ¿crees que puedes manipularme así?!- cuestiona riendo. Su risa es alta, suave y melódica, perfecta. O al menos, así me suena a mí cada que la escucho reírse.

Cansado de sufrir por causa de las horribles, y nada agradables, cosquillas, decido tomar las riendas de la situación. Invirtiendo los papeles, pasando a ser yo quien le hace cosquillas a ella.

- ¡No, no, ya! - pide Belle, retorciéndose entre risas sobre la cama, puesto que, en algún momento, habíamos terminado allí. - ¡No respiro!

- Llévame contigo o muere por las cosquillas. - amenazo.

- ¡Acepto, acepto, te llevo conmigo! - suelta en un chillido, ya sin poder seguir aguantando más.

Cuando la suelto, toma una fuerte bocanada de aire. Sus mejillas están rojas y tengo que aguantar las ganas de reír.

-Tramposo. - se queja.

Mis labios se alzan en una pequeña sonrisa, mientras finjo que volveré a hacerle cosquillas. Ella se apresura a tomar mis manos, entrelazándolas con las suyas, evitando que pueda soltarla y hacerle cosquillas.

- Ya, no... No más cosquillas. - pidió.

Ella tiene «esa» mirada en sus ojos.

Tiene esos ojos de cachorrito triste. Y, por mucho que me cueste admitirlo, soy débil ante esa mirada.

Sonreí divertido. - Bien, no más cosquillas. - prometo.

Belle es adorable.

Me acomodó en la cama, quedando acostado de espaldas, arrastrando a Belle conmigo, abrazándola, aún con nuestras manos entrelazadas. No sé porque, pero abrazar a Belle mientras estoy recostado en mi cama, se me hace bastante cómodo, además de adictivo.

Todo de ella es extremadamente adictivo.

Siento que cada día necesito más de sus abrazos o caricias en el cabello. O de sus incesantes parloteos.

Y hablando de parloteos...

- Léeme un poco. - pido, pasándole mi libro abierto en las páginas que hasta hace poco leía.

Belle acepta al instante. Ella nunca se niega a lo que le pido... Debería aprender a decir "no" a veces.

Acomodándonos para pillar una posición cómoda, abrazo a Belle por la cintura y cierro los ojos escuchando su suave voz leerme las palabras, que en el libro salían, con emoción.

Sí, esta es mi actividad favorita del día, sin duda.

Los minutos pasaron, Belle leía y yo me relajaba al escucharla. Me gusta su voz. Es muy dulce y suave, para nada chillona.

- Belle, ¿A qué hora tendré que esperarte mañana por la mañana y donde tendré que hacerlo? - pregunte interrumpiéndola, recordando que no sabía dónde vivía Belle y que no podría pasar por ella. - ¿Crees que te dejen dormir aquí? - pregunte pensativo ante mi nueva idea. - Así podríamos irnos juntos de aquí y sería más fácil todo.

Ella incluso podría dormir conmigo hoy. Como en una pijamada, quizás hasta invite a Jimin... si es que no se pone pegajoso conmigo hoy también.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora