Capítulo 33: Everett Scorpius Blurd.

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Atticus.

Nervioso, ansioso, asustado y preocupado. Malditamente preocupado. Así es como me siento ahora, mientras espero que ese desconocido traiga a mi amiga al centro de rehabilitación, ya que aquí no me dejaron salir, ni siquiera cuando les rogué y amenace con huir. Lo que solo sirvió para que pusiesen un ojo más fijo en mí.

Pude sentir las miradas alertas de algunos internos, así como de la mayoría de los enfermeros aquí. Sin embargo, ninguno se acercó a preguntar. Ya no lo hacen desde que les grité.

Caminando de un lado a otro, ansioso, observo la puerta cada dos por tres. Una sensación de alivio me recorrió en cuanto vi a Belle, mis ojos no pudiendo apartase de ella en ningún momento.

- ¡Por fin llegas! - dije acercándome rápidamente. - ¿Qué demonios fue lo que le pasó a puppy? - pregunté. - ¿Por qué tardaste tan-

La reparación se me cortó, una sensación de vértigo invadiéndome, así como las náuseas haciéndose presente.

- ¿Q-qué...? - tartamudee.

Su cabello, su rostro, incluso su físico era iguales a los míos. Sus ojos negros me miraron con sorpresa, en tanto Belle era arrebatada por un enfermero de sus brazos.

- La llevaré a tu habitación, Atticus. - me informó Fernando.

Asentí, sin poder decir nada. Mis ojos no pudiendo abandonar los del chico frente a mí.

Es... Él es...

No. No es posible.

Trague saliva, sintiendo mis ojos aguarse. - ¿Scorpius...? - pregunté débilmente, casi en un hilo de voz.

No puede ser posible.

Mi hermano falleció en un accidente, ¿No?

Estuve en su funeral, lloré por él, sufrí por él, ¡Vi como enterraban su ataúd! ¡Scorpius no puede estar vivo!

Pero... Su cuerpo nunca fue encontrado.

¿Por qué Scorpius está vivo?

- Hey, Atti... Cuanto tiempo. - me sonrió, sonando casual y relajado, incluso cuando sus ojos parecían querer decir mucho.

No...

Negué, soltando una risa incrédula, mientras los nervios y la rabia me invadían.

No, yo... Estoy viendo mal. Estoy imaginando cosas de nuevo.

Esto es una pesadilla. Una cruel.

Es otra pesadilla... Tiene que serlo.

Reprimí un sollozo, mientras me pellizcaba el brazo, sintiendo el dolor real.

Joder.

No es un sueño.

- Tú... Lo ves también, ¿Cierto? - pregunté a una enfermera, Brenda. - ¿Es igual a mí, ¿no?

Brenda me miró confundida, antes de asentir con una pequeña sonrisa. - Lo veo. Es igual a ti, ¿tú gemelo? - preguntó al final.

Mierda.

No estoy soñando, ni viendo ilusiones, ni nada por el estilo.

- ¿Atti? ¿Estás bien? - preguntó Scorpius, mirándome preocupado, acercándose a mí.

- Oh, no. Tiene un ataque de ansiedad de nuevo. - escuche decir a Brenda.

Lleve mis manos a mi cabeza, tirando de mis cabellos mientras me dejaba caer al suelo, sintiendo la agonía, así como también una sensación de vértigo llenándome, impidiéndome poco a poco el respirar.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora