Capitulo 42: Un beso con sabor a sentimientos.

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Belle.

Observe a Atticus con sorpresa y horror. La esquina de su labio inferior estaba hinchada, en tanto un alarmante tono morado se mostraba en la zona. Al mismo tiempo, un piercing de color negro rodeaba esa esquina de su labio, haciendo más preocupante todo.

— ¡¿Qué es eso?! — pregunté horrorizada.

Una sonrisa floja se dibujó en los labios de Atticus. — Se llama Snake Bites, es un tipo de piercing que va en el labio. — respondió como si fuese algo obvio.

— No, quiero decir, ¡¿Por qué rayos te lo hiciste?!— aclaré la pregunta. —¡¿Y cuándo fue?!

— Ah, eso. — Atticus se encogió de hombros. — Solo... Tenía ganas de hacerlo. — respondió.

Bien, supongo que es una excusa razonable. Pero... Su labio se ve terrible. No vengo a visitarlo un día y ya consigue meterse en problemas.

Fruncí el ceño. —¡Tú... deberías demandar al que te hizo esto! ¡Se está poniendo morado!

Atticus me dio una mirada irónica. — No creo que pueda demandarme a mí mismo, puppy.

¿Ah? ¿Se hizo eso él mismo? ¿Qué pasaba por su cabeza?

— ¿Cuándo...?

— El jueves. — respondió. — Después de hablar contigo. Con una aguja, suero y algodón.

Negué, mirándolo impresionada. ¿Está diciendo que lo hizo aquí mismo? ¿Solo? ¿Y sin un profesional especializado para hacerlo?

No, un momento. ¿Lo hizo hace más de una semana?

Oh, no, no, no. Esto es terrible.

— ¡Eso se te puede infectar! ¡Pudiste haberte lastimado! — lo regañé mirándolo preocupada. —¡De seguro ya tienes algo malo, porque no es normal que este morado tanto tiempo!

Tome su mano y lo jale, saliendo de la habitación. Atticus me siguió en silencio.

—Tenemos que ir con una enfermera para que te revise. Probablemente esta infectado o algo, no es normal que tu labio este de esa manera. —dije rápidamente, pensando en las miles de razones posibles por las que el labio de Atticus este de esa manera.

Una suave carcajada se escuchó a mis espaldas. Me gire para mirar a Atticus con molestia.

—¿De que te estas riendo?

—De ti.

—¿De mí? ¿Te parece gracioso que este preocupada?

Él asintió sin borrar la sonrisa de sus labios. Una sonrisa que parecía hacerlo brillar aún más, que lo hacía ver más vivo, más feliz.

Y descubrí que no puedo enojarme con él, no si sonríe de esa manera y se ve tan feliz. No si me mira de esa forma, con tanto cariño y con ese brillo en sus ojos grises.

—Ya me revisó Jina, puppy. —su estaba llena de diversión. —Y dijo que todo estaba bien. Solo necesito aplicarme suero para que no se infecte y debo dejar de jugar con él, o dolerá.

Permití que una suave sonrisa se dibujara en mis labios y suspire. —Esta bien, entonces.

Atticus asintió, y sin soltar mi mano comenzó a caminar, tirando de mí por los pasillos del lugar.

—¿No vas a contarme todo lo que has hecho estos días lejos? —preguntó con curiosidad.

—Sip, solo estaba esperando a que preguntaras. —respondí.

Atticus se detuvo por un instante, girándose a mirarme. Su ceño se frunció.

—Quieres decir que, si yo no te lo pregunto, ¿Tú no me hubieses contado nada?

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora