Capitulo 51: ¿Por qué Atticus miente?

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Belle.

Me sentía cómoda junto a Atticus. Sus brazos alrededor de mi cintura se sentían seguros, reconfortantes.

Pero por mas que quisiera pasarme todo el día así, abrazada a él, no podíamos hacer eso.

Atticus necesitaba comer algo y yo tenía que ayudar aquí en el centro.

—Deberíamos levantarnos.

Atticus, a mi lado, soltó una queja.

Su brazo se enrollado alrededor de mi cintura me apretó más hacía él y su cuerpo se contrajo un poco mientras se acurrucaba.

—Van a ser las doce. —reclamé. —y ni siquiera has desayunado.

Un sonido ronco escapó de su boca, en una queja que era similar a un lloriqueo.

—¿No podemos quedarnos aquí? —preguntó. —Ni siquiera tengo estomago para comer ahora mismo.

Fruncí el ceño, moviéndome hasta quedar con las palmas apoyadas en su pecho.

Atticus me miró.

—¿Qué?

—¿Por qué no puedes comer?

—Err, —Atticus me miró nervioso. —me duele el estómago.

—Oh, —murmuré. —¿Comiste algo en mal estado?

Atticus no me miró a los ojos.

—Si. —respondió. —Probablemente fue eso.

Esta mintiendo.

Atticus nunca me mira a los ojos cuando miente.

—¿Estas seguro que solo te duele el estómago? —pregunte, mirándolo con cautela.

Él jugueteo con el piercing de su labio, asintiendo.

—Tambien me duele un poco en la cabeza, pero probablemente es porque no dormí bien.

—¿Y por qué no dormiste bien?

—Me... me desvele leyendo. —respondió.

Atticus evitaba mi mirada, y no entendí por qué. Quiero decir, ¿Qué es lo que está tratando de ocultar? No es como si quedarse leyendo durante la noche fuera algo malo. Y sé que últimamente es lo único que hace Atticus.

Esa aplicación naranja consume las noches de mi chico, él se vicia leyendo allí porque, aparentemente, hay algunas novelas de romance que son bastante interesantes.

—Oye... ¿Estás seguro de que solo es eso? —le pregunté suavemente.

Él asintió, pasando a mirarme.

—Solo es eso. —aseguró.

Pero no era sincero. Sus ojos grises parecían llenos de duda.

Atticus se veía culpable, mientras estaba con la mirada perdida y no entendí por qué.

Abrí la boca para decir algo, pero Atticus rápidamente se levantó de la cama y fue hacía su escritorio, buscando algo en los cajones.

—El otro día estaba pensando, —comenzó a hablar, mientras se movía. —voy a estar aquí un tiempo, esperemos que no tan largo, entonces...

Lo mire con curiosidad.

—¿Entonces? —pregunté.

Él se giró con un cuaderno en las manos. Me acerqué, mirándolo con duda.

—He estado haciéndolo todas las tardes o cuando estoy solo. —comentó, entregándome el libro.

Lo abrí y alcé ambas cejas.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora