Belle.
—Entonces, comenzaron a perseguirme... ¡Yo no quería robar su panal, solo tropecé y caí sobre este! — digo, explicándole a Atti por qué le temo a las abejas con mi vida. —Me picaron un montón, dolió mucho.
Hago un puchero ante aquel recuerdo, me habían traumado la infancia, esos bichos del infierno.
— También, en tercero, intentaba ayudar a una abeja a salir de mi salón porque todos querían matarla, ¡y me pico!
Si, no tengo suerte con esos diablos amarillos y negros.
—De todas formas, ellas trabajan para mí, soy superior a ellas, me como su miel. — dije, riendo con malicia, tal cual villana de dibujos animados.
Atti alza la comisura de sus labios en una sonrisa, hasta que finalmente termina riendo con más cosas que digo, y yo lo hago con él, por supuesto. Con su risa. Me refiero a una risita nasal y una pequeña sonrisita. No es mucho, de hecho, es muy corta, pero es algo, considerando que no lo he visto sonreír mucho antes y que siempre parece estar serio o enojado.
Además, me gusta ver a Atticus sonriendo, y me pregunto si podré provocarlo más seguido. Espero que sí, me siento bien cuando lo logro.
Una vez que él termina de comer, saco los bombones que había comprado. No había dado ninguno a nadie antes, no por tacaña, sino porque los había olvidado. Pero ahora me alegraba, así podía comer muchos más con Atticus.
Uhm...
Me agrada Atti.
—¿Cuáles son tus dulces favoritos? — pregunto, arregostándome al espaldar de la cama al estar en esta.
Se supone que debería estar Atti aquí, pero desde hace una semana, él solo toma asiento en la silla en la que yo solía sentarme y comienza a comer mientras yo le converso de distintas cosas. Él no parece molesto por el hecho de que yo esté en su cama, más bien, es como si no le importara.
— ¿Por qué preguntas? — preguntó, enarcando una ceja. Sus ojos grises brillando llenos de curiosidad.
—Para traértelos, ¿para qué más? — cuestiono obvia.
El simplemente me mira, antes de apartar la mirada con expresión enfadada. — Me gustan todos los dulces. Especialmente los gusanitos de goma. — soltó, su voz sonando en apenas un murmuro.
No lo cuestionó y lo dejo ser, pues sé que él no está realmente enojado, sino avergonzado. Lo he estado observando y Atticus suele poner una cara enojada, y actuar un poco a la defensiva cuando esta avergonzado o muy nervioso.
Entonces, a la mañana siguiente, tal y como había dicho tras él responderme, le había llevado sus dulces favoritos.
Esa mañana, y la siguiente, y la siguiente hasta hacerse un mes.
Si, ya había pasado un mes desde entonces, todo un mes en donde, para alegría mía, había logrado acercarme un poco más a Atti.
Resulta que, detrás de toda esa gruño Neria y bravuconería, hay un chico muy lindo... aunque él intente hacer como si no existiera.
¡Y había estado limpio por todo un mes!
Una de las cosas por las que le había preparado un pastel y le había dicho que estaba orgullosa de él, porque sin duda alguna, era todo un logro. Sobre todo, cuando lo había visto teniendo sus crisis. Pero bueno, Atti parecía necesitar menos de su adicción a cada día que pasaba y eso me hacía feliz. Inmensamente feliz.
Íbamos poco a poco, a pasitos de pingüino. Pero estaba funcionando.
Jina decía que se debía a que yo lo alejaba de su vicio al distraer su mente, pero yo creo que no es nada de eso, es todo mérito de Atticus. En fin, de vuelta a nuestra amistad... Bueno, pasé de visitar la clínica los domingos, a todas las tardes, solo para hablar con él o llevarle algún dulce.
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Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)
Teen FictionUNA DULCE ADICCIÓN (Antes llamada "ADDICTION") Atticus es tan adictivo, como peligroso. Una bomba que puede estallar en cualquier momento. Belle es tan dulce, como adictiva. Un dulce bombón de azúcar capaz de alegrar tu día. Y Atticus ama los dulc...