Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)

Capítulo 25: Los tatuajes de Atticus.

Belle.

Uh, mi mano es muy pequeña en comparación con la de Atti.

Es lo que noto al comparar nuestras manos, notando como sus dedos pasan los míos. Entonces, no puedo evitar fijarme en sus manos, notando los tatuajes que adornan sus nudillos.

Una vez más, lo veo como un mapa del tesoro, y no me resisto a delinear sus tatuajes con mis dedos, siguiendo el recorrido de estos.

— Atti. — lo llamo, en cuanto la curiosidad del significado me invade. — ¿Me cuentas la historia detrás de algunos de estos? — pido, pasando a verlo mientras dejo en paz sus tatuajes, solo sujetando su mano esta vez. — ¡No me cuentes todos! — chillo antes de que diga algo. — No quiero saberlo todos aún, así que deja el resto de lo que me vayas a contar para otra ocasión, ¿Sí?

Sus ojos grises me observan por unos segundos, antes de asentir. Entonces, me acomodo en mi lugar, dispuesta a escucharlo pacientemente.

— ¿Con cuál quieres empezar? — cuestiona.

— Estos. — digo, señalando los que tiene en sus nudillos. En uno de ellos, viendo un corazón, no puedo evitar dejar un besito. — Este está lindo.

Él parpadea con sorpresa, tras no esperarse mi acción. Entonces, pasa a negar soltando una pequeña risa, para después solo mirar su mano con una pequeña sonrisa de labios.

— Los tatuajes de mis nudillos... — comienza. — Ese corazón es mi familia, por eso está en el dedo medio. La carita sonriente significa todo lo bueno que me ha pasado en la vida. — su voz, aunque baja, logra transmitirme el cariño que posee por las pinturas en su piel. — La letra "A" es por mi nombre, Atticus, y la letra S, es la inicial de un nombre también. Es... — él se detiene, dudando. Sus ojos brillan con tristeza, que segundos después se transforma en rabia.

Oh, ¿Será el nombre de alguna ex novia?

No queriendo que pare de contarme los significados de sus tatuajes, decido preguntar por otro de sus tatuajes.

— ¿Y este? — pregunto, apuntando el tatuaje que adorna su muñeca. Una pequeña serpiente enrollada, alrededor de su muñeca, que parece estar bajando de su brazo, puesto que su cabeza se encuentra en el inicio de la palma de su mano. Es de un color negro con reflejos un verde intenso, como el avada kedabra de las películas Harry Potter.

Es un tatuaje hermoso.

— Esa... — Atticus hace una pequeña pausa, acariciando con suavidad la serpiente dibujada en su muñeca. — Esa serpiente me la hice después de mi primera sobredosis por cocaína. — responde.

Sus ojos brillando con tristeza, mezclada con ira y vergüenza, en tanto su rostro está repleto de seriedad.

— Fue la primera vez que toque fondo. — dice, su voz sonando con algo parecido al dolor.

Atticus se quita la camisa, quedando solo con su camiseta de mangas cortas, dejando a la vista el resto del tatuaje. La serpiente se encontraba junto a un pequeño y hermoso escorpión, de un suave tono azul.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Atticus, mientras miraba con cariño el dibujo.

— Y el escorpión... El escorpión es una persona importante. Estaba allí pintado antes que la serpiente, fui especialmente cuidadoso al momento de hacerme la serpiente, porque no quería que lo dañasen de ninguna manera. — explicó. — El escorpión fue uno de los primeros tatuajes que me hice, de hecho. — comentó, con un rastro pequeño de felicidad. — Y tenía un compañero, un conejo.

Entonces, los ojos de pasan de verse felices, a reflejar la más pura tristeza y angustia, como si hubiese recordado algo sumamente doloroso para él. Atticus traga en seco, mientras sonríe con dolor.