22- Akatsuki: Peligro cerca

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Uruchi se acerco a Sakura en cuanto pusieron un pie fuera de la nave. Se movió elegantemente, rodeada por sus cuatro guerreros como si formaran una caja protectora a su alrededor.

La mujer Sharingan era preciosa, tan pálida como los hombres, con un largo y brillante cabello negro. Sus ojos rojos sus labios tambíen rojos. Sakura hizo una nota mental para preguntarle si tenían labiales y maquillaje en su planeta, se sentía un tanto frivola, sus guerreros iban a la guerra y ella anhelaba un polvo compacto y sombras para sus ojos. Pero, quíen podría culparla, el mundo se habia terminado cuando ella empezaba a vivir, tras arrebatarle miles de experiencias positivas y lanzarle un puñado de mierda tras otro por largos años. Estar en un banquete, en un lugar que parecia un palació Hindú, no podia mas que admirar a su alrededor, sentirse curiosa.
Uruchi llevaba una túnica negra que le recordaba a las ropas de los antiguos romanos. Un prendedor que tenia una extraña luz parpadeante, sobre el hombro decoraba la vestimenta.

-Eres preciosa humana.- le sonrió de manera maternal. El corazón de Sakura se encogió al pensar en Mebuki. Forzó una sonrisa que le sabía amarga en los labios- Entiendo porque estos guerreros cayeron a tus pies. Tus ojos son tan extraños parecen una luna de sanación.- Aspiro y luego fruncio el ceño- No te separes de tus hombres cariño. - luego miró a Itachi y como si fuera una madre lo regaño.- Estas arriesgando a tu mujer. No es seguro para ella este lugar. Demasiados guerreros solos.

-No tenemos opción. Si rechazamos la cena, Pain nos dejara fuera de los planes de batalla es su planeta, dio la orden de asistir todos y lo considerará una ofensa hacia su persona- respondió bajando la cabeza.

-Esperan que confiemos para demostrar la alianza- añadió Sasuke.

-Entre todos protegeremos a su mujer. Pero ante todo, debemos ayudar a nuestro pueblo- espetó Inabi.

-Lo apreciamos. Vamos a mantenernos alertas, cuatro pares de ojos mas serán de gran ayuda- dijo Shisui.

-Cinco- corrigió Uruchi con una sonrisa- somos una familia, un vinculo- remarcó. Luego volvió a la seguridad de su caja humana, los cuatro hermanos parecían pilares firmes a su alrededor.

Sakura miraba todo con sorpresa y asombro.
-Sharingan es mil veces mas hermoso- dijo Obito en su oído y le guiñó un ojo. Los cuatro caminaban rodeandola como a Uruchi y se sentía incomoda. Necesitaba contacto para estar tranquila. Un brazo al cual aferrarse. Freno de golpe y engancho el de Obito.
Él se congeló y estudio con recelo la nueva posición.

-¿Qué tan hermoso?- dijo ella con una sonrisa. Los demás voltearon a verla y asintieron conformes ante esta nueva forma de guiarla. Sasuke sin querer ser menos tomo el otro brazo. Ahora escoltada por ambos. Con Itachi y Shisui al frente se sentía mas tranquila.

- Hay cuatro lunas y nuestra casa esta sobre una montaña desde donde podemos ver un enorme campo de entrenamiento.- Sakura captaba las notas de orgullo en el tono de Obito mientras él hablaba sobre su hogar.

Estaban cruzando las puertas abovedadas de lo que era una gran construcción, con un patrón uniforme de estructura y apariencia, grandes cúpulas bulbosas se elevaban. Entraron a lo que era una sala inmensa. Al rededor de una plataforma circular, estaban reunidos muchos aliens.

-A nuestra mujer le va a encantar ver a tantos jóvenes guerreros entrenando día a día- dijo Sasuke con sarcasmo. Obito resoplo.

-¡Mierda! Quizá debamos mover la casa.- respondió con el ceño fruncido. La idea de su pequeña tori pegada a las plataformas externas mirando los guerreros mas jóvenes. No. Definitivamente eso no le gustaba. La pelirrosa soltó una carcajada.
Varios guerreros giraron a verla y se sintió avergonzada.

De pronto, un centenar de ojos violetas y extraños aliens que parecían fanáticos de los piercings la miraban fijamente.

Llegaron hasta la plataforma y el líder de los Akatsuki se acerco con una sonrisa que dejaba ver una fila doble de dientes como púas y dos pares de colmillos negros que le hicieron sentir escalofríos.

Él extraño estaba rodeado por cuatro soldados que parecían su guardia personal.
Sakura estaba sintiéndose demasiado observada. Y donde fuera que llevaba sus ojos, solo había hombres. A menos que las mujeres akatsukis fueran muy masculinas.

-Extraña elección de humana- dijo uno de los soldados mientras aspiraba profundamente. Sus dientes asomaban tras una sonrisa que a ella se le hizo sádica.

Sus guerreros estaban tensos y lo sabia gracias al vinculo que compartía con dos de ellos.

Ninguno se movía de su lado. Itachi y Shisui parecían dos paredes de concreto frente a ella. Los soldados debían estirar sus cuellos para poder verla a travez de ambos.

-Ha sido un largo viaje. ¿Podemos revisar los planes? Nos gustaría llevar a nuestra mujer a descansar- dijo Shisui. Haciendo gala de su temperamento calmado.

-Claro- respondió Pain.
Unos extraños soportes se elevaron desde el suelo. Como placas que se alzaban en el aire y quedaban suspendidas. Todos empezaron a sentarse.
Obito arrastro a Sakura sobre su regazo, dejando libre el asiento que le correspondía a ella.
Flanqueado por sus tres hermanos. Se aseguraron todo el tiempo de tenerla junto a ellos.

-Relajense. Ya te lo dije Itachi Uchiha, somos aliados de Sharingan, deseamos lo mismo- añadió Pain.
Pero ninguno de los soldados dejaba de ver a Sakura y sus guerreros se sentían muy molestos.

Por fin aparecieron las mujeres. Deslizándose entre las personas con bandejas de alimento.
Eran mas pequeñas que los soldados, y a pesar de que también tenían esos raros pinchos en el rostro y los ojos violetas que le recordaban a una cebolla. No tenían las púas en sus brazos.

Todas llevaban el mismo tipo de túnica. Y eran considerablemente mas delgadas. Algunas alimentaban a los guerreros pero en ningún momento Sakura vio que probarán bocado.
Ella tampoco comió. Los tentáculos y el extraño insecto brilloso que tenia frente a ella no parecía agradable.

Ninguno de sus guerreros probo la comida ni siquiera los otros Sharingan que estaban frente a ellos.
Uruchi le sonreía a menudo. Eso la reconfortaba.

El dialecto de los Akatsuki era similar al de los Sharingan pero sonaba rasposo y Sakura no lograba seguir el hilo de la conversación.

Obito frotaba su espalda con cariño y ella era muy consciente de la erección que presionaba bajo su trasero.

Una bandeja cayó y un guerrero tomo a una mujer por el cabello, su otra mano se acerco al rostro de la joven y una púa que supuraba algo de color morado intenso se incrustó en el cuello. La chica se sacudió hasta quedar inmóvil. El soldado la arrojo al suelo sin reparo.

-¡Maldito bastardo!- gruño Sakura.
Toda la ira, haciendo ebullición en su cuerpo. Se puso de pie tan rápido que Obito no logro atraparla.

All For She- Sakura-Harem +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora