All For She- Sakura-Harem +18

5-Segundo error- Cerrarse

El tiempo pasó y Naruto siguió cuidandola. Fue tan difícil para ella reponerse, tuvo un periodo negro y sombrio, donde no veía la luz, donde no encontraba la forma de salir de ese pozo de auto compación y dolor.

Varias veces quiso acabar con todo. Pero él fue como una cuerda, que la mantuvo estable. Caminando por una cornisa, pero sin dejarla caer.
Supo llevarla de la mano mientras ella bordeaba los limites de la razón.
Curo cada corte que se provoco en la muñecas y muslos, hasta que ella dejo de herirse. Aveces creía que él se daría por vencido, que un día despertaria sola en la tienda y él la abría abandonado. Harto de lidiar con ella. Pero eso nunca paso. Siguió hablandole, siguió protegiendola.

Finalmente vio la luz de nuevo. Una tarde, sentada en silencio, como siempre, observando a Naruto tratando de pescar. ¡Dios! Él podía hacer casi cualquier cosa, pero era tan malo para eso. Siempre terminaba matando algún conejo o libre. Pero debían cuidar las municiones. Ya que les había resultado imposible conseguir nuevas.

Entonces se puso de pie y bajo la sorprendida mirada del rubio se sentó a la sombra con una lanza de caña y empezó a gastar la punta para darle filo.
Él la observaba con recelo, no podía culparle, fueron meses, de querer quitarse la vida. Aún la acosaban horribles pesadillas nocturnas.
Pero Naruto la traía siempre a la realidad.

-¿Para qué es eso?- había dicho mientras despellejaba una libre. Luego de algunas horas de darse por vencido con la pesca.

Ella no lo miro. Pero hablo. Una sola palabra que salió estrangulada de su boca. -Pescar...- Casi soltó una lágrima al oir su propia voz después de tanto tiempo. El animal que Naruto tenia entre sus manos, cayó al suelo. En tres largos pasos estaba de rodillas junto a ella y con los ojos inundados.

-Dime algo mas... lo que sea- pidió con la voz quebrada por la emoción.

-Gra- gracias...- dijo antes de que él la abrazara con tanta fuerza que le quito el aire.

-Diablos, pase meses creyendo que eras muda, hasta que hablaste en sueños. Sabia que tarde o temprano ibas a superarlo. Hay fuego en tus ojos. Y un espíritu de lucha que no podia haberse apagado. - afirmó con emoción.- Hagamos las presentaciones de nuevo- sonrió mientras extendía su mano. Cuando la vio, tenia sangre de la liebre en ellas, las paso por su pantalón y luego se la ofreció de nuevo.- Mayor Naruto Uzumaki.

-Sakura Haruno- dijo tomando la mano que el rubio le daba.

Ese día cambio todo. Poco a poco volvió a ser ella. Seguían solos, moviéndose por los distritos, evitando las naves que cada tanto aterrizaban y cargaban humanos como si fueran rebaño.

Los años pasaron y se convirtieron en un buen equipo juntos. Él nunca la toco de manera inapropiada. Siempre fue un hermano.
Aprendió a defenderse cuerpo a cuerpo, Naruto le daba lecciones y ambos se mantenían en forma. Ella era buena disparando y él tenia armas que saco del cuartel cuando todo se puso feo. Cazaban, ayudaban a quien podían pero no se establecían en ningún grupo.
Preferían los bosques a la ciudad. La intemperie y la soledad, al temor de un edificio donde podían rodearlos con facilidad.

Una tarde, con la mira de una escopeta semiautomatica, vio un sujeto, iba delante del grupo y otros tres tipos también estaban con él. Detrás caminaban unas seis mujeres .

-Mira al bastardo con su pequeño harem. Algún día las mujeres tendremos hombres a nuestros pies, que serán completamente devotos.- juro mientras apuntaba a su cabeza.

Justo antes de disparar, él se detuvo y grito algo. Una pelinegra se acerco al frente y le dio agua.
El suelo bajo Sakura tembló, la garganta se le seco al instante.

-¿Hina?...

Habían pasado años, pero estaba segura que era ella. Hacia tiempo había dejado de pensar en los miembros de aquel primer grupo. Solo evocar el pasado le dolía.

Se puso de pie y corrió hasta el campamento, Naruto estaba mirando un viejo mapa.

-¡Necesito tu ayuda!- él rubio arqueo una ceja.

-¿Por qué estas tan agitada? ¿Qué sucedio?- cuestionó.

-Una vieja amiga esta en problemas. Tengo que salvarla. No puedo dejar que siga sufriendo. Yo... yo... necesito...- empezó a temblar y se desplomó sobre sus rodillas llorando.

Naruto nunca, ni una vez desde que la había rescatado la vio así. Se acerco y la rodeo con sus brazos.

-¿Dónde esta? Vamos. Voy a ayudarte, no te preocupes Saku. La rescataremos.

Volvieron al claro y Sakura le indico donde estaba el grupo de hombres.

-No podemos ir de frente, son muchos para mi solo, y tú aún no puedes derribarme. - ella golpeo su hombro y él sonrió. -Una extracción limpia, sin bajas, esta noche.

Saku asintió. Volvió a mirar el asentamiento, habían encendido una fogata y estaban bebiendo algo que parecía alcohol. Las mujeres preparaban comida en una gran olla.
Una estaba dentro de la tienda con uno de los hombres. Los otros vigilaban.

El estómago se le revolvió. Pero hizo a un lado los pensamientos y se enfocó en lo que importaba. Salvar a Hinata. La vio delgada, sucia y parecía tan cansada. Se pregunto que habría pasado con los demás, con su hermana Hanabi. El pequeño Konohamaru.

No quería llorar, pero era inevitable.
Cuando los hombres cayeron, ebrios y cansados, las mujeres estaban en tiendas. Se acercaron en silencio.
Hasta la que Saku había marcado como la de Hinata. Ella dormía en los brazos del que parecía ser el lider.

Puso la punta de la escopeta en la cabeza del tipo.
Sus ojos se abrieron, pero seguían nublados por el alcohol.
Naruto hacia guardia afuera.

-Shhh, un solo ruido y te vuelo los sesos- susurro.

-¿Quién eres? ¿Qué quieres?- balbuceo el tipo.

-¿Saku?- la voz de Hina fue un susurro ahogado por las lagrimas que salían sin control de sus ojos.

-¿Cómo estas Hina? ¿Quieres irte de este sitio?- la joven pelinegra asintió con temor. Se disponia a ponerse de pie pero el tipo la tomo del brazo.

-¡No! No puedes dejarme, te he protegido todo este tiempo.

-Sueltame- gimio.

-¡Dejala! ¡No creas que no voy a dispararte!- afirmo Sakura con marcada irritación.

-Soy Kiba, ¿estás sola chica? Puedo cuidar de ti, estarás segura.

Saku soltó una risa irónica.

-Escucha imbécil. Ella se va conmigo, si nos sigues voy a volarte las pelotas y luego la cabeza.

-Se mi mujer. ¡Diablos! Me calientan las mujeres fuertes- dijo Kiba mientras soltaba a Hinata. Esta se vistió deprisa.

-¿Hay alguna otra chica que quiera venir?- cuestionó Saku a su vieja amiga.

-No... no... las demás están conformes con ellos.- susurro.

-Lo vez, soy un buen sujeto, cuide de tu amiga por mucho tiempo. ¿Estás segura que no deseas quedarte?

-¡Pudrete!- le dio un culatazo que lo dejo inconciente.

Salieron de la tienda con Naruto siguendolas de cerca. Una vez en el campamento, juntaron las cosas y se alejaron.
Necesitaban poner distancia entre el grupo de Kiba y ellos. Saku no tenía dudas  de que el sujeto trataría de atraparlas si seguían en la misma área.