Capitulo 9

456 52 1
                                    

La cámara de los secretos.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

. . .



—¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa? —Oh no, Filch se abrió paso a empujones seguro atraído por los gritos de Malfoy. Al ver a la señora Norris tomó su cara horrorizado.

—¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a mi gata —Chillo antes de fijarse en ellos, señalando hacia Harry—. ¡Ustedes! ¡Ustedes han matado a mi gata! ¡Y yo los mataré a ustedes! ¡Ustedes. . .!

Beth sujeto más fuerte la mano de Harry, jalándolo un poco hacia atrás.

—¡Argus!

El profesor Dumbledore había llegado, seguido de los demás profesores. En unos segundos pasó por delante de ellos tomando a la gata sacándola de la argolla.

—Ven conmigo, Argus —dijo a Filch —. Ustedes también, Williams, Potter, Weasley, Granger.

Lockhart se adelantó a ofrecer su despacho, mientras mandaban a todos los demás estudiantes a sus dormitorios comandados por sus prefectos.

Cuando llegaron al despacho oscuro de Lockhart, este se adelantó prendiendo unas velas de su mesa y se apartó. Dumbledore dejó a la señora Norris en la superficie comenzando a analizarla.

Beth seguía pegada a Harry, recargando su barbilla en su hombro sin saber qué decir o hacer, de vez en cuando desviaba la mirada a su Padrino que miraba la escena frente a él, mientras que el director y McGonagall seguían inspeccionando a la gata.

El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, lo único que se escuchaba de él eran sus sollozos sin lágrimas, Beth miró a Hermione mordiendo su labio.

Dumbledore murmuraba ahora extrañas palabras que Beth no alcanzaba a oír o entender, dando un golpe con su varita a la señora Norris pero no sucedió nada, la voz de Lockhart con sus comentarios fuera de lugar la estaban desesperando, y al compartir una mirada con su padrino sabía que él estaba igual.

—No está muerta, Argus —dijo finalmente incorporándose Dumbledore.

—¿Que no está muerta? —preguntó entre sollozos Filch mirando a través de sus dedos—. ¿Y por qué está rígida?

—La han petrificado —explicó Dumbledore.

—Ah, ya me parecía a mí. . . —dijo Lockhart haciendo que Beth rodara los ojos.

—Pero no podría decir cómo. . .

—¡Pregúnteles! —Chillo Filch señalando a Harry y a Beth que le frunció el ceño.

—Ningún estudiante de segundo curso podría haber hecho esto —dijo Dumbledore con firmeza—. Es magia oscura muy avanzada.

—¡Lo hicieron ellos dos! —Se levantó Filch señalándolos—. ¡Ya ha visto lo que escribió en el muro! Ellos dos vieron en la conserjería. . . Saben que soy, que soy un. . . ¡Saben que soy un squib!

Beth y la Camara SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora