Elizabeth Black-Williams pasó unas buenas vacaciones con sus tíos y está emocionada por regresar a su segundo año en la escuela de magia y hechicería hogwarts.
Sin esperarse los problemas y enredos que le esperará este año, eso si está decidida a co...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Harry la ayudó a incorporarse, mientras apremiaba a Ginny a caminar, Fawkes los estaba esperando, revoloteando en la entrada de la cámara.
Tras unos minutos de andar por el oscuro túnel, a los oídos de Beth llegó un ruido de piedras.
—¡Ron! —gritó Harry, todavía sujetándola—. ¡Están bien!, ¡Las traigo conmigo! Beth está herida pero están bien.
—Herida pero no sorda, —Beth le apretó un poco el brazo—. Además me duele la cabeza, no grites.
Escucho como Ron daba un grito ahogado de alegria, y al doblar la última curva vieron su angustiada cara que asomaba por el agujero que había abierto.
—¿Que hicieron ustedes dos? —Beth le preguntó a Harry mientras Ron ayudaba a Ginny a pasar.
—Luego te cuento, vamos —con ayuda de Ron que soltó a una Ginny que sollozaba, pasó por el hueco.
—¡Beth! —Ron la abrazo, mientras la azabache hacia una mueca—. ¿Estas bien?
—Estoy viva, eso es mucho —se sostuvo en la pared cuando la soltó, sujetando a Harry que la tomó cuando pasó.
—¿De donde ha salido ese pájaro? —Fawkes pasó por el agujero después de ellos.
—Es de Dumbledore —dijo Beth
—¿Y cómo has conseguido esa espada? —dijo Ron, mirando con la boca abierta el arma que todavía sostenía Harry.
Beth se intentó apartar, seguro no era nada cómodo cargar con su peso y la espada, Harry la apretó a su costado frunciéndole el ceño, antes de contestar a Ron.
—Te lo explicaré más tarde, cuando salgamos —Harry miro a Beth—. ¿Qué haces?
—Darte espacio, me llevas casi a cuestas y te peleaste con un basilisco y llevas una espada —explicó está en calma.
—Estas loca, no te voy a soltar ni apartar de mi vista de ahora en adelante —Beth lo observo con los ojos abiertos sin sabe que decir, este solo la apremio a caminar.
—¿Donde está Lockhart? —le preguntó Harry a Ron.
—¿Lockhart, trajeron a Lockhart? —Beth los miro como si les hubieran crecido dos cabezas más.
Ron se rio señalando hacia delante.
—Volvió atrás. No está bien, esto te va a encantar Beth.
Guiados por Fawkes, cuyas alas rojas emitían en la oscuridad reflejos dorados , siguieron por la tubería. Gilderoy Lockhart estaba allí sentado, tarareando plácidamente.
—Ha perdido la memoria —dijo Ron a Beth—. El embrujo desmemorizante le dio a él. No tiene ni idea de quién es, ni de dónde está, ni de quiénes somos. Le dije que se quedara aquí y nos esperara. Es un peligro para sí mismo.
