Capitulo 22

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         Basilisco

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         Basilisco

Después de una noche de sueño, se reunió con los chicos que le habían dicho lo que se les ocurrió cuando se fueron a la cama.

—¿Myrtle, como la misma Myrtle? —Beth los miro con los ojos abiertos.

—Con la cantidad de veces que hemos estado cerca de ella en los baños —dijo Ron con amargura mientras picoteaba su avena—, y no se nos ocurrió preguntarle, y ahora. . .

—Ya se nos ocurrirá algo, come tu avena —Beth lo señaló con su cuchara.

En la primera clase que tuvieron. Transformaciones , Beth miraba a la profesora McGonagall pensando en cómo pedirle el permiso de ir a la biblioteca, no sabía cuánto tardaría en dar con el libro o buscar algo que encajara en la descripción del monstruo, sin embargo se concentró en sus palabras y los sonidos de desacuerdo de sus compañeros.

—¿Exámenes? —Seamus se quejó a unos pupitres delante—. ¿Vamos a tener exámenes a pesar de todo?

Sonó un fuerte golpe detrás de Beth, Harry estaba a su costado y también giró el rostro. A Neville se le había caído la varita, haciendo desaparecer una de las patas del pupitre. La profesora McGonagall volvió a hacerla aparecer con un movimiento de su varita y se volvió hacia Seamus con el ceño fruncido.

—Él único propósito de mantener el colegio en funcionamiento en estas circunstancias es el de darles una educación —dijo con severidad—. Los exámenes, por lo tanto, tendrán lugar como de costumbre, y confío en que estén todos estudiando duro.

¡Eso! De allí se podría agarrar Beth, simplemente le diría a McGonagall que ocupaba un libro y se quedaría toda la tarde en la biblioteca no importaba si había un maestro con ella.

Espero a que terminara la clase para acercarse a la profesora antes de que los escoltara a la siguiente clase.

—Profesora, ¿puede ayudarme necesito ir a la biblioteca por un libro? Es muy importante para los estudios y lo necesito. . . ya.

—Cuando terminen las clases dile a Percy que te traiga conmigo, te llevare a la biblioteca tomarás los libros y estudiarás en la sala común.

Agradeció soltando un suspiro de satisfacción, esa noche regresó con al menos veinte libros sobre criaturas mágicas por suerte McGonagall no le había preguntando de qué eran estos.

                               • • •

Tres días antes del primer examen, durante el desayuno, la profesora McGonagall hizo un anuncio, Beth bajo el décimo libro que había estado leyendo poniendo atención.

—Tengo buenas noticias —dijo, y el Gran Comedor, en lugar de quedar en silencio, estalló en ruido.

—¡Vuelve Dumbledore —dijeron varios, entusiasmados.

Beth y la Camara SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora