CAPITULO 4

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Corría, corría sin importarme nada, corría sin saber a dónde estaba huyendo, lejos de el, lejos de mi padre, lejos de todo el mundo de aquella base.

Las gotas de agua caían sobre mí, los truenos se hacían cada vez más notorios, la adrenalina y el terror inundaban mis venas con oleadas cada vez más grandes. 

Sabia que nadie me iba a querer como mis sentimientos me hacia sentir, sabia que nunca tendría una familia feliz como en los libros que estaba acostumbrada a leer antes de toda esta mierda, fui fuerte ante todo, pero no podía mas era demasiado peso en mi rota espalda, mis ojos estaban rojos y mis muñecas eran lienzos maltratados, ya no quedaban lagrimas por derramar, las había dejado todas en mis sucias mangas, esas mangas que serian las únicas de expresar el dolor que sentía ahora mismo. Deje que mi cuerpo cayera congelado en el sucio pasto mientras que gotas de lluvia caían encima de mí. 

···············

Estaba decidido iría allí, seque mis lagrimas o las pocas que quedaban con las mangas de mi sudadera, llevaba el mapa en mi mano, tenia decidió que no iría a la base en unos días, cuando pasaba algo siempre huía ese era mi metodo huir para no sentir, huir para que no doliese mas aun. 

Estaba cansada necesitaba llegar ya, me dirigía hacia un antiguo orfanato del que había oido hablar, nunca antes había ido pero la verdad es que tenia muchas ganas, bastantes de echo. 

La neblina y las nubes se hacían presentes, el tiempo no acompañaba, cuando de repente una extra figura me tapo el camino, no sabia de quien se trataba debido a la oscuridad pero no me importo en absoluto, era mas o menos de mi altura algo mas mayor que yo, cuando me di cuenta de una cosa. 

Ese sombrero...

Era imposible, estaba muy lejos de Alexandria, pero todas mis dudas se fueron cuando escuche esa voz. 

-¿Allana?

Mierda, se acordaba de mí y probablemente sabia quien era en realidad. 

-Carl...

Sentí como bajaba el arma poco a poco y se acercaba hacia mi, en unos cuantos segundos lo tenia enfrente, con la venda de su ojo empapada y algo sucia y ese ojo, el mismo que me miro con aquel desprecio antes de partir de Alexandria. 

-¿Qué coño haces aquí? -pregunte antes de nada. 

El sin decir nada me apunto con su arma a mi cabeza haciendo que por un momento parase de respirar. 

-¿Que ha....? -me interrumpió 

-Cierra la boca y camina. Ahora -me ordeno 

No respondí y me quede quieta en mi sitio. 

-No me das ordenes entérate niño -apreto mas la pistola contra mi frente, pero sabia que no dispararía. 

Nuestros ojos conectaron.

-Dispara -prácticamente se lo ordene. 

-¿Qué? -pregunto confundido 

-Hazlo. 

Creo que la propuesta le dejo un poco chocado ya que cambio de tema, sabia que no me dispararía eso creia. 

TWD:Te odio  {Carl Grimes} #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora