CAPÍTULO 24

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No quería abrir los ojos, como si al abrirlos aquella magia que abrigaba su corazón fuera a desaparecer. Quería permanecer así, embriagado con aquél aroma, refugiado en esos brazos que en ese momento le transmitían algo más que alivio, algo más que mariposas en el estómago, le daban paz, una profunda paz que lo hacía sentir en casa, como si desde siempre esa persona hubiera sido su hogar.

No era el único que tuvo esas sensaciones, la rubia estaba en un estado parecido, abrumada por todas esas sensaciones, tanto que se asustó y abruptamente se separó del abrazo. Quiso huir, escapar de aquél sentimiento poniendo distancia entre ellos, cosa que no pudo hacer porque ni bien se incorporó para dar la vuelta y correr Suk se levantó para tomarla por la cintura y abrazarla aún más fuerte; hundió la cabeza en el cuello de la chica e inhaló profundo su dulce aroma. Ella puso sus manos sobre el pecho de él, sintió los latidos de su corazón acelerado, la calidez de su cuerpo, lo sintió temblar ligeramente mientras la apretaba, no tuvo el valor para alejarse, lenta y tímidamente elevó sus manos y rodeó su cuello correspondiendo el abrazo.

- No sé dónde estuviste toda mi vida –dijo casi en un susurro –pero por favor no te alejes, siento como si te hubiera esperado desde que nací. Tuve que viajar al otro lado del mundo para encontrarte, pero lo volvería a hacer sólo para ver tus ojos, sólo para oír tu voz y recibir éste abrazo –Paola no pudo evitar estremecerse ante tal declaración, quiso decir algo, confesar que sentía lo mismo, pero su cerebro parecía no tener control sobre su cuerpo.

- No digas cosas tan precipitadamente –soltó con dificultad –estás sensible y podrías equivocarte –Suk deshizo el abrazo sólo para sostener con ambas manos el rostro de la muchacha para mirarla de frente

- Paola por favor, me equivoqué cuando te traté mal, me equivoqué porque estaba asustado cuando te vi por primera vez y algo en mí se movió como las piezas de un rompecabezas que por fin encajan en su lugar. No espero que me comprendas pero jamás me había sucedido antes, no es lógico ni común ver a alguien por primera vez y sentir que sólo entonces la vida tiene una razón de ser... pero cuando te vi lo sentí... en ese entonces me equivoqué al decir las cosas que dije, pero ahora siento que esto es lo más correcto en toda mi existencia –Paola lo miró expectante sin poder articular palabra alguna, sólo analizando sus ojos como si a través de ellos pudiera ver su alma.

- Yo... no sé...

- No me temas, puedo sentir tu miedo y lo entiendo, pero por favor déjame acercarme a ti. Sé que es muy pronto para ponerle nombre a éste cúmulo de sentimientos pero... en serio yo necesito tenerte cerca, si después de todo decides que me quieres lejos de ti sabré respetarlo y alejarme, pero por favor, dame una oportunidad para conocerte mejor, para que me conozcas mejor.

Paola lo miraba sin pestañear, escuchaba cada palabra pronunciada por esos labios de ensueño, por esa voz profunda que la hechizaba cuando la oía tan cerca y le aceleraba los latidos, quiso decir que sí, quiso confesar que también lo necesitaba cerca, pero no pudo, se quedó muda ante las múltiples sensaciones que sólo se multiplicaron por cien cuando su cuerpo reaccionó antes que su mente y respondió reduciendo a cero la distancia entre los rostros y contra todo pronóstico posó los labios sobre los contrarios. Él tembló totalmente sorprendido ante el contacto, pero tardó apenas un segundo en cerrar los ojos y corresponder gustoso y agradecido a ese beso por el que su corazón pedía a gritos. Fue un beso suave e inocente que duró algunos segundos, un instante que bastó para que sus labios se conocieran, hasta que, así como se acercó Paola se alejó, lo miró como asustada de su propia reacción, abrió la boca para decir algo pero nada salió, dio un paso atrás y dio la vuelta para correr en la dirección donde sabía que estarían sus amigas.

Suk se quedó demasiado estupefacto como para correr detrás de ella, paralizado sin poder creer lo sucedido, se llevó una mano al rostro para rozar suavemente sus labios con sus dedos intentando revivir el beso, no estaba loco, no estaba soñando, ella definitivamente lo había besado. Una sonrisa boba apareció en su cara, recogió el montón de leña que había dejado en el suelo, también el que Paola había abandonado en su huida y emprendió el camino de regreso.

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- ¡Ale debemos irnos, Recoge tus cosas y volvamos a la ciudad! –entró de repente en una de las tiendas ya bien armadas, con la respiración agitada y los ojos bien abiertos.

- ¿Qué?, ¿estás bien saltamontitos? –preguntó ella extrañada pero tranquila

- ¡No!, bueno sí, bueno no sé –dijo agarrando su rubia melena por los nervios

- A ver Pao –Alejandra la agarró por ambos hombros para tratar de calmarla –inhala... y exhala, cálmate y explícame qué sucedió.

- Es que... yooo –dijo mirando a su amiga con timidez –acabo de hacer algo terrible

- ¿Puedes decirme qué es eso tan terrible? –preguntó maternal como si estuviera hablando con una niña de seis años.

- Es que yo... acabo de besar a Suk –soltó la bomba

- ¿¡Que hiciste qué!? – se oyó en la entrada, era Diana que había oído lo último y estaba mirándolas asombrada, con sus ojos infantiles bien abiertos

- ¡Ssshhh, Diana cállate! –ambas se abalanzaron sobre ella para taparle la boca

- Cálmate Diana que los muchachos pueden oír –suplicó Paola y ella asintió rápidamente para que la soltaran y así lo hicieron

- ¿Cómo es eso de que lo besaste? –preguntó bajito para no ser escuchada -¿me estás diciendo que lo besaste tú?, ¡no él a ti sino tú a él! –Paola se puso de mil colores y sólo respondió un sí con un asentimiento de cabeza.

- ¡Nuestra Paola está creciendo! –chillaron ambas emocionadas mirándose entre sí, orgullosas del paso que había dado su amiga después de tanto tiempo sin querer relacionarse con nadie que no fueran ellas. Ambas la abrazaron felicitándola por su osadía y más que todo porque sabían lo valiente que tuvo que haber sido para dar aquél beso

- Es que... me habló tan bonito y parecía tan sincero que no me dio tiempo ni de pensarlo, cuando me di cuenta ya lo estaba besando.

- Cuéntanos, ¿fue lindo? –quiso saber Diana

- Sí, fue... muy lindo, me sentí volar por algunos segundos.

- ¿sólo unos segundos? –Alejandra hizo cara de decepción –yo me lo hubiera comido a besos ahí mismo.

- ¿Ah sí?, ¿y por qué no veo que te hayas comido a Yong Hwa? –dijo Diana dándole un codazo en las costillas.

- ¿Me estás retando? –contestó Alejandra levantando una ceja –dame un par de horas y verás

- Basta chicas, la verdad es que estoy avergonzada y no sé ni con qué cara verlo después, ¿creen que hice bien?

- Por supuesto querida, no te apenes y salgamos a asar malvaviscos al fuego, ya después verás que pasa –Dijo Diana

- Exacto, de eso se trata la vida Pao, de vivir –así que mueve ese lindo trasero y vamos afuera que ya los chicos deben tener el fuego y las botanas preparadas

Y salieron las tres para saludar a los chicos que, evidentemente ya tenían la fogata encendida y conversaban al calor del fuego.

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Lamento mucho haberlas dejado esperando por tanto tiempo mis queridas lectoras, estuve todo este tiempo pendiente de mi papá, ingresarlo al hospital fue una tortura, esperar por la cirugía también, ya lo operaron y le dieron el alta pero aún está delicado, lo tengo en mi casa y estoy haciendo de enfermera. Gracias a todas las que pidieron por él y se preocuparon, ya pasó lo peor y ahora sólo queda cuidarlo mucho y alimentarlo bien para que se recupere, sera un proceso largo y difícil porque por ahora no puede siquiera sostenerse en pie, pero seré paciente y lo cuidaré.

Las amo...

Amy_Cash

Jung-Hanna

gigiarevalo311

PorcelainDollOn

MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora