El fin de semana llegó, fue difícil encontrar una hora para reunirse todos por los horarios de trabajo de Paola, estaba de lunes a viernes desde las ocho hasta las cuatro de la tarde en la cafetería y los jueves, viernes y sábado desde las siete de la noche hasta las tres de la madrugada en la discoteca, los jueves y viernes eran agotadores por los dobles turnos que debía hacer, con apenas pocas horas de sueño, por lo que quedaron de salir el domingo por la tarde.
Era sábado por la noche y Paola se encontraba atendiendo a los clientes de la discoteca, la mayoría ya ebrios bailando alegremente en parejas, algunos más sobrios conversando en sus mesas y otros totalmente alcoholizados que, o bien bailaban solos haciendo el ridículo o bien ya estaban dormidos sobre sus sillas con la baba hasta el suelo.
Llegó un par de amigos que al parecer ya se habían tomado una botella en otro lado, se sentaron y uno de ellos, alto, guapo y con una sonrisa de autosuficiencia le hizo una señal para que se acercara. Ella se acercó y notó que el otro la miraba de pies a cabeza como desnudándola con la mirada.
- Sí señor, ¿qué le traigo?
- Una botella de whisky preciosa –le dijo sonriendo
- En seguida señor –y se alejó a traer el pedido
Al volver su sorpresa fue desagradable, pues el tipo ni siquiera esperó a que ella cobrara por la bebida que había puesto sobre la mesa, ni bien la tuvo cerca se puso de pie, la tomó por la cintura y la atrajo hacia su cuerpo, ella inmediatamente intentó alejarse, aquella cercanía le causaba repudio, sintió asco cuando él se acercó con su aliento alcohólico para susurrarle muy de cerca.
- ¿Quieres acompañarme nena?, te aseguro que puedo pagar todas las bebidas que tú quieras y también cada minuto que tu tiempo.
- Lo siento señor –respondió zafándose de su agarre y tratando de ser lo más educada posible –yo soy mesera, no dama de compañía, ahora si me disculpa debo retirarme para atender más clientes.
- Estoy seguro de que tienes un precio al igual que todas, ¿cuánto quieres? –preguntó tomándola de nuevo por la muñeca –te estoy pidiendo que me acompañes, no que te acuestes conmigo, aunque... eso también puedo pagarlo
Ese fue el colmo, ¿quién se creía ese imbécil para hablarle así?, antes se hubiera callado, antes cuando era tímida e insegura, cuando no se atrevía a responder a las ofensas, cuando no podía siquiera mirar a los ojos de quien le hablaba. Ahora no, no después de haber desafiado al hombre de sus sueños, no después de haberse sentido poderosa y de haberle gustado la sensación, se soltó de él bruscamente y le soltó una cachetada que a ella le pareció que se escuchó por sobre la música.
- No se atreva a ofender así a una mujer, que usted sea una basura no significa que los demás también lo sea –dijo apretando los dientes, lo que no se esperó es que el tipo fuera tan cobarde que no dudó en levantarle la mano para devolverle el golpe, golpe que no llegó porque alguien detuvo su mano con fuerza.
- Muy machito para acosar a una mujer, pero muy poco hombre para respetarla, ¿por qué no te metes con alguien de tu tamaño?
Y le soltó un golpe a puño cerrado en la cara, el hombre cayó al piso estrepitosamente, casi ni se levanta porque el alcohol sumado al fuerte golpe le borró la consciencia por un par de segundos, momento en el que su amigo quiso defenderlo pero corrió con la misma suerte porque Suk no se iba a detener hasta molerlos a golpes, cosa que no pudo hacer porque, al ver el alboroto, vinieron los guardias de seguridad y se llevaron al par de hombres por la fuerza.
- ¿Estás bien corazón? – tomó el rostro de la rubia para revisar si había algún rasguño, le revisó las manos y el cuello, Paola estaba algo asustada, pero asombrada por el término que acababa de usar con ella.
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MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️
FanfictionJang Keun Suk es un famoso escritor al que rompieron el corazón, de repente sus libros sólo cuentan historias tristes, viaja a latinoamérica para huir de la presión y la tristeza, ahí conoce a una bella rubia que es muy descuidada con su aspecto, pa...